Elena Denia: 'Me gusta pensar en el primer amanecer de la historia del cosmos'
Hoy te recomendamos un canal de Youtube imprescindible para aprender más sobre física: Early Universe, de Elena Denia.
Elena Denia es una de esas investigadoras y divulgadoras polifacéticas apasionadas por lo que hacen. Física de formación, Elena lleva años inmersa en el mundo de la divulgación científica y actualmente prepara su tesis doctoral sobre comprensión pública de la ciencia en el instituto INGENIO (CSIC-UPV).
Su canal de Youtube, Early Universe, ya cuenta con más de 1.000 suscriptores, un número que seguramente irá en aumento ya que sus vídeos, llenos de rigor, profundidad, y de entrevistas súper interesantes a expertos, tienen una gran calidad y enganchan a cualquiera. Hemos hablado con Elena de temas tan variados como la física, la divulgación, la brecha de género o los superhéroes, ¡no te lo pierdas!
La física es una de esas ciencias que a muchos nos cuesta entender. Elige una ley, teoría o concepto de física y explícanoslo a los profanos en la materia.
Elijo un concepto. Me gusta pensar en el primer amanecer de la historia del cosmos. No todo el mundo sabe que el universo estuvo inmerso en una profunda oscuridad durante 380 mil años, después de ese primer estallido de espacio-tiempo que conocemos como Big Bang. Durante ese período, las partículas de luz –unas entidades sin masa llamadas fotones– estaban totalmente atrapadas, acopladas con partículas materiales. El calor era salvaje pero oscuro. Hasta que aquella suerte de infierno opaco se enfrió lo suficiente y esas partículas de luz comenzaron a liberarse; viajaron en todas direcciones por el espacio. Los astrónomos dicen que fue entonces cuando el universo se volvió transparente.
Lo más apasionante de este fenómeno es que aún nos llega parte de esa primera luz a los telescopios, algunos la llaman el eco del Big Bang, un fósil cosmológico en forma de radiación residual que nos revela información acerca de aquel tiempo tan remoto. Casi todo lo que conocemos del universo es a través del estudio de la luz que nos llega, y ese fue su primer amanecer. Aunque si alguien exige la presencia de un sol que pueda ser admirado, en ese sentido el alba cósmica tuvo lugar unos millones de años después, cuando al aglutinarse la materia se formaron estructuras más complejas y se encendieron las primeras estrellas, brillando en el rango de luz visible para los ojos humanos.
¿Qué temáticas son las que más le gustan a tu público?
Creo que las temáticas que tienen que ver con futuros desarrollos tecnológicos suscitan un interés especial: ¿podremos transferir nuestras mentes a un ordenador? ¿Qué tipo de lenguaje deberíamos emplear para comunicarnos con una civilización extraterrestre? Me refiero a especulaciones que conciernen a nuestro sello de identidad humana, además de ser inherentes a consideraciones éticas y sociológicas. A raíz de este tipo de vídeos recibo mensajes personales –o comentarios– que están extraordinariamente elaborados, aunque no sean necesariamente los que más visitas tengan.
La marca del canal es invitar a la reflexión filosófica, no perder de vista el factor humano en el desarrollo científico. Creo que eso es lo que me hace conectar con el espectador. Además de transmitir la información científica per se, concibo el ser youtuber como un proceso de retroalimentación muy bello que da sentido a mi labor de divulgadora. No tengo una audiencia masiva, pero sí muy fiel.
Alguna anécdota graciosa o emocionante que hayas vivido mientras grabas tus vídeos.
Las situaciones más curiosas tienen lugar cuando me las ingenio para entrevistar a investigadores de difícil acceso. ¡Es un juego de estrategia emocionante! Hace un par de semanas Alan Sokal me recibió en su despacho descalzo, con una montaña de papeles esparcida por los suelos y una sonrisa de oreja a oreja. Varias veces durante la entrevista, iluminado por alguna idea repentina, interrumpió su propio discurso, lanzó el micro por los aires y salió disparado hacia la pantalla del ordenador para recitarme ésta o aquélla cita textual de Galileo. Cada vez que veía el impacto contra el suelo de mi pequeño dispositivo no podía evitar pensar en que me sería imposible reponerlo con mi reducido sueldo. Pero al mismo tiempo, presenciar el desempeño de un personaje tan singular no dejaba de resultarme emocionante y cómico.
En otras ocasiones, personalidades como Brian Greene o Sean Carroll han arqueado las cejas al verme sacar el teléfono e inscrustarlo en un pequeño trípode encima de la mesa. Sin duda están acostumbrados a equipos mucho más sofisticados. También conocí a Neil DeGrasse Tyson, no pude entrevistarlo para el canal pero sí que charlamos sobre algunos aspectos de mi tesis doctoral y se guardó mi tarjeta en algún recoveco del traje. Siempre va muy elegante, con detalles astronómicos en la corbata. Me pregunto qué se le pasaría por la cabeza al encontrar mi contacto en su bolsillo aquella noche al llegar a casa.
Uno de tus vídeos con más éxito es el de “Ciencia y súper poderes”. ¿En qué súper heroína te gustaría reencarnarte? ¿Por qué?
Como dijo el tío Ben: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad” (Spiderman). Creo que me quedo como estoy, de lo contrario imagino un escenario más parecido a aquella serie británica, Misfits, en la que un grupo de adolescentes inadaptados que presta servicios comunitarios adquiere súper poderes por accidente y todo lo que hacen resulta desastroso. Eso sí, si me viera forzada a elegir, escogería algún súper poder relacionado con el cerebro, que casualmente suelen estar asociados con villanos. O como dice Álvaro Pons en el vídeo, el súper poder de Batman: ser rico.
¿Qué sorpresas y nuevos descubrimientos científicos crees que nos deparará el 2019? ¿Qué gran noticia te gustaría contar en tu canal?
Respecto a 2019… ¿qué tal la detección directa de materia oscura? Hemos postulado su existencia desde hace décadas basándonos en los efectos gravitatorios que apreciamos en fenómenos astronómicos, pero no tenemos una prueba directa de que esté ahí, al ser un tipo de materia que no interacciona con la luz. Ese descubrimiento suena razonable.
Desde luego también tengo preferencias estéticas mucho más osadas: me gustaría poder anunciar la detección de una señal intencionada de origen inteligente que procediera del espacio, aunque no parece demasiado probable. Y la ciencia no es una cuestión de gustos, ¿verdad?
Actualmente te encuentras preparando tu tesis doctoral. ¿Crees que existe brecha de género en el mundo de la investigación? ¿Notas algún tipo de discriminación – negativa o positiva- hacia las mujeres?
Creo que la brecha de género asoma en todos los ámbitos de la vida. Recientemente en el sector académico se ha levantado la voz social denunciado la penalización que sufren las mujeres en su desarrollo profesional a consecuencia de la maternidad; se han impulsado iniciativas de alcance viral que demandan respetar estos períodos de ausencia a la hora de evaluar la productividad científica. Esto es solo un ejemplo. En mi caso particular, de momento la noto en comentarios de pasillo inapropiados o en ejemplos estereotipados de mujeres que se utilizan en algunas ponencias.
También participas en el Proyecto “Ciencia en el Parlamento”. Háblanos de tu experiencia.
Es una iniciativa ciudadana que encuentro esperanzadora y que además está apoyada por todos los grupos parlamentarios. Tratamos de fomentar el diálogo entre la comunidad científica y la comunidad política, prestando atención a las necesidades y a las demandas de los ciudadanos para construir una cultura política cercana a la ciencia, y que de esta manera la toma de decisiones tenga una base sólida: la evidencia científica.
En mi caso estoy asesorando sobre un tema relacionado con las matemáticas, preparo un informe de evidencias cuya neutralidad debe ser exquisita –no hacemos recomendaciones, solo presentamos información objetiva–. El proceso es arduo pero muy bonito, además me permite interactuar con numerosos expertos y tomar conciencia sobre ciertas problemáticas actuales, como por ejemplo el anumerismo –una forma de analfabetismo que nos hace más manipulables–. Es muy interesante. También guardo algunos ratos para leer joyas de la divulgación como “Amor y matemáticas”, de Edward Frenkel. Ya que estoy...