Los cuentos y leyendas urbanas que más horror causan rara vez pueden ser verificadas, pero revelan verdades importantes acerca de nuestros temores más profundos y oscuros. Abrazar estos miedos compartiéndolos con un grupo es una forma interesante de enfrentarnos a todo aquello que más pavor nos provoca. Así que, en una noche oscura, tal vez a la luz de una hoguera, durante una noche tranquila con amigos, puede que quieras compartir una de estas historias de terror (si te atreves).
Uno de los elementos más frecuentes de las historias de miedo son las brujas.
La histeria por las brujas se apoderó de Europa alrededor de 1400, cuando muchas brujas acusadas de serlo acabaron confesando -normalmente bajo tortura-, una variedad de comportamientos perversos. ¡Caza de brujas! A lo largo del siglo siguiente, la caza de brujas era algo bastante común y la mayoría de los acusados eran condenados a morir quemados en la hoguera o colgados.
Entre los años 1500 y 1660, hasta 80.000 presuntas brujas fueron ejecutadas en Europa. Alrededor del 80% eran mujeres que se creía comulgaban con el diablo y la lujuria. Alemania tenía la tasa más alta de ejecución de brujería, mientras que Irlanda poseía la más baja.
La publicación del volumen Malleus Maleficarum (Manual para la caza de brujas), escrito por dos alemanes muy respetados en 1486, incitó, sin duda a que la caza de brujas se volviera viral. El libro, conocido como “El martillo de las brujas”, era esencialmente una guía sobre cómo identificar, cazar e interrogar a las brujas.
Malleus Maleficarum calificaba la brujería como una herejía, y rápidamente se convirtió en la autoridad de los protestantes y católicos que intentaban expulsar a las brujas que vivían entre ellos. Durante más de 100 años, el libro vendió más copias de cualquier otro libro en Europa, exceptuando la Biblia.
Si eres del tipo de persona que cuenta los días para que llegue Halloween, te encanta ponerte el primero de la fila para ver la última película de terror en el cine y adoras contar historias de miedo, has venido al lugar correcto. Durante años, muchas personas han contado leyendas urbanas: historias de miedo que, antes de la llegada de Internet, circulaban en la escuela y el instituto, pero ahora están disponibles a un solo click de distancia.
La leyenda de Bloody Mary
Si alguna vez has entrado al baño, has encendido y apagado las luces y has recitado "Bloody Mary, Bloody Mary, Bloody Mary" -tres veces- frente al espejo y realmente pensaste que habías visto a la niña Mary como un cadáver cubierto de sangre, no te preocupes, lo más probable es que estuvieras alucinando. Básicamente es lo que aparentemente puede suceder cuando te miras al espejo durante mucho tiempo. Mary es, según la leyenda, el espíritu de una niña muerta que acabó suicidándose después de que le cortaran su larga melena y no soportara verse “fea”. En España, se suele utilizar el nombre de Verónica.
Candyman
Candyman, la película basada en el relato de Clive Barker sobre un asesino que cometió una serie de crímenes en un barrio de Chicago, sigue siendo un potente relato de horror de la venganza emprendida por un artista negro (Tony Todd) asesinado en la década de 1890 por tener una relación con una mujer blanca. Si bien no es probable que puedas invocarlo diciendo su nombre varias veces en un espejo, la idea de que un asesino sí se basa en la realidad. En 1987, el Chicago Reader publicó una historia sobre Ruth McCoy, quien realizó una llamada desesperada al 911 insistiendo en que estaba siendo atacada en su apartamento. Los que respondieron finalmente la encontraron muerta de heridas de bala. Los investigadores determinaron que sus asaltantes habían logrado acceder a su unidad al atravesar la pared de conexión en el apartamento contiguo. Este método se convirtió en un modo frecuente de entrada para los ladrones, y en el caso de McCoy, de sus asesinos.
La leyenda de Dog Boy
Tenemos que remontarnos a una ciudad llamada Quitman, en Arkansas (Estados Unidos) en la década de 1950. El niño de una pareja, Gerald Bettis, era conocido por ser bastante cruel y divertirse con entretenimientos un tanto insólitos. Atrapaba animales callejeros, como perros y gatos, y los torturaba. Hasta los vecinos decían escuchar los aullidos de los pobres animales. A medida que crecía, más cruel se volvía. Acabó encerrando a sus padres en el ático de la casa y cuando Gerald fue enviado a prisión y sus padres hubieron fallecido, la casa se puso en venta. Todos los que vivieron en la casa contaban historias acerca de sucesos extraños como luces que se encendían y se apagaban, monedas flotando en el aire y hombres desconocidos que miraban por las ventanas y desaparecían. Esta “casa maldita” es la pesadilla de los agentes inmobiliarios, pues nadie quiere irse a vivir allí.
La Llorona
Nació como un cuento popular originario de México y habla de una madre llamada María (también conocida como La Llorona) que arrojó a sus hijos a un río al darse cuenta de que su marido le era infiel. Inmediatamente lamentó este acto impulsivo, y por eso la leyenda dice que si merodea por los ríos o arroyos después del anochecer, es posible que encuentres su espíritu de lamento. La Llorona lleva un atuendo de encaje blanco muy inquietante, y poner los ojos en ella traería la muerte y la fatalidad. No está claro si la leyenda de La Llorona está basada en una mujer real.
Cropsey
Hay historias como esta en casi todas las partes del mundo: un hombre misterioso que se esconde en la oscuridad y secuestra niños. Algunos padres usan estos cuentos para evitar que sus hijos se comporten mal y se escapen. Desafortunadamente, la leyenda de Cropsey en Staten Island tiene base de verdad. La historia cuenta que un paciente que escapó de un asilo mental con un gancho se escondió en la abandonada Escuela Estatal de Willowbrook esperando a que los niños apareciesen y matarlos con el gancho. En la realidad, se sospechaba que un portero llamado Andre Rand, que trabajaba en la escuela antes de que cerrara en 1987, secuestró a varios niños; fue declarado culpable del crimen en 1988 y en 2004.
La leyenda de Hanako-San
Nos trasladamos a Japón. La historia habla acerca de una niña de primaria que se suicidó tras sufrir bullying. Hanako-San aparece en el baño de las niñas si la convocas llamando a la puerta tres veces, diciendo 'Hanako-San asobimashou, que significa" vamos a jugar, Hanako-San. Por lo general, tras oír un “hai” (sí), arrastrará a esa persona y la matará.
El novio asesinado
La historia cuenta que una joven y su novio conducían a casa una noche en la oscuridad por un camino rural tranquilo cuando el vehículo se quedó sin gasolina. El único teléfono que poseían estaba en casa de sus padres (no había aún móviles). El novio se dio cuenta que solo podían hacer una cosa: caminar para encontrar ayuda. Preocupado por la seguridad de su novia, le dijo que se quedara en el coche y lo esperara. Se aseguró de que las puertas estaban cerradas. La novia esperó. Y esperó, pero su novio no regresó. Justo cuando estaba a punto de salir e ir tras él, vio una figura en la ventanilla del conductor. Con un suspiro de alivio, se dio la vuelta, y comenzó a sonreír para darle la bienvenida a su novio. Sin embargo, en lugar de este, un extraño estaba de pie junto a la ventana, mirándolo fijamente. La mujer gritó, aunque se sintió aliviada al ver que las puertas del coche estaban cerradas. Lentamente, el hombre se acercó y comenzó a levantar la mano. La joven pensó que iba a usar un martillo para romper el cristal pero, desafortunadamente para ella, fue mucho peor. El hombre alzó la cabeza decapitada de su novio. Gritó, se cubrió los ojos y volvió a revisar las puertas del coche, que afortunadamente seguían cerradas. Sin embargo... el extraño levantó la otra mano... e hizo sonar las llaves del coche.
La leyenda de Polybius
Los jugadores de videojuegos antiguos hacían correr una historia acerca de un juego de arcade que funcionaba con monedas en los años 80 y que tuvo efectos extraños en sus jugadores. Viajamos hasta Portland. El juego, titulado Polybius, supuestamente provocó sentimientos de desorientación, amnesia, adicción al juego e incluso suicidio. Se decía que la máquina estaba completamente pintada de negro, y se rumoreaba que hombres de aspecto serio solían visitar de cuando en cuando salas de juegos para recopilar información de la máquina antes de que desapareciera. Una de las historias hablaba de un niño de 12 años llamado Brian Mauro quien había enfermado durante un concurso de videojuegos de maratón de 28 horas en Portland en 1981.
El Silbón
Hay una leyenda urbana en Venezuela acerca de una figura conocida como "El Silbón". Este personaje se describe generalmente como un hombre muy demacrado vestido con harapos de vaquero, con un sombrero de ala ancha que oculta su cara esquelética. Deambula por el campo y los parches de arbustos por la noche, con los hombros caídos y la mirada hacia el suelo. Lleva una pesada bolsa llena de huesos y restos medio descompuestos sobre su espalda. Fiel a su nombre, la entidad silba continuamente una progresión de acordes que ascienden con cada nota. También es antinaturalmente alto y fuerte (hay relatos que hablan de hasta seis metros de altura). Su origen no está claro, pero hay algunos cuentos que lo consideran un parricidio maldito. Cuando el sonido de su música baja y parece más distante, es que el Silbón está muy cerca.
La estatua del payaso
Hay una historia que relata que una niñera adolescente que cuidaba a dos niños pequeños llamó por teléfono a sus padres a última hora de la noche para pedirles permiso para cubrir la estatua de payaso de tamaño natural que se encontraba en la esquina del salón familiar. "No es que no me guste", dijo. "Simplemente me asusta. No puedo ver la televisión con esa cosa en la habitación". Su reacción la asustó aún más. El padre le dijo: “Escúchame atentamente. Coge a los niños, sal de la casa y llama a la policía. ¡Ahora!”. “¿Qué problema hay?”, preguntó a continuación la chica. Su respuesta fue: “No tenemos ninguna estatua de payaso”.
Ellerbe Road School
Ellerbe Road School se llamaba George Washington Carver High School a principios de los años 50. Ahora, una estructura en ruinas, muchos la llaman "Escuela Demon" de "Ellerbe Road" y por una buena razón. Se han difundido muchas historias acerca de las cosas horribles que sucedieron en la escuela, incluido un conserje malévolo y niños atrapados mientras la escuela quemaba. La escuela abrió sus puertas en 1957 y cerró en 1973. El edificio ha estado desocupado definitivamente desde 1985.
SlenderMan
Esta leyenda de un hombre de gran altura que se escondía en el bosque a la espera de atrapar a sus víctimas se hizo viral en las noticias. No es porque en realidad hubiera alguien que merodeaba por la noche buscando a niños pequeños, sino que una niña de 12 años apuñaló a su compañera de clase, culpando a Slender Man. La niña afirmó haber cometido este acto para impresionar al personaje de ficción (creyendo que era real) para que no dañara a su familia. Afortunadamente, la otra chica vivió, pero el crimen hizo que la leyenda se convirtiera en algo mucho más extraño.
The Licker
La historia cuenta que unos padres adoptaron un perro para que su hija adolescente se mantuviera entretenida. La joven amaba tanto al perro que lo dejaba dormir debajo de su cama, donde de vez en cuando le lamía los dedos cuando se agachaba. Una noche, la niña se fue a la cama como de costumbre, diciéndole buenas noches a su perro mientras se acurrucaba en su cojín debajo de la cama. En algún momento de la noche se despertó, sobresaltada por un ruido que goteaba de algún lugar de la casa. Como cualquier persona racional, pensó que se habían dejado un grifo abierto y se levantó para cerrarlo. Regresó, se recostó contra el colchón, dejando caer la mano para acariciar a su perro. Sintió el familiar y húmedo calor de su lengua contra sus dedos, pero el can parecía más ansioso que de costumbre, lamiéndole con rapidez cada vez que su mano se deslizaba fuera de la cama. De repente, se dio cuenta de que podía oír el goteo de nuevo. Una vez más, salió de la cama, fue al baño y tiró del grifo del fregadero con fuerza, a pesar de que no parecía haber agua. La niña regresó, volvió a meterse en la cama y dejó que su perro le lamiera la mano de nuevo. Unos minutos más tarde, se dio cuenta de que volvía escuchar el goteo del agua. Se estaba volviendo loca. Sabía que los grifos en el baño estaban bien cerrados, así que, ¿qué diablos estaba causando el ruido? Levantándose, aguzó los oídos para identificar de dónde venía el sonido. Entonces se dio cuenta: el goteo venía de dentro de su armario. La niña abrió la puerta, sin esperar ver nada. En cambio, se horrorizó al ver a su perro, colgando del cuello, con la garganta cortada y la sangre goteando al suelo. Había una nota alrededor de su cuello, con grandes letras impresas en ella, que decían: "Los humanos también pueden lamer".
RECIBE CADA SEMANA LAS NEWSLETTERS DE MUY INTERESANTE