En el año 1819 se inauguraba en Madrid una de las joyas culturales de nuestro país: el Museo Nacional del Prado, llamado entonces Museo Real de Pinturas. En estos doscientos años de vida, el Prado se ha consolidado como uno de los lugares más visitados de España: en el año 2018, por ejemplo, se alcanzaban las 2.892.937 visitas, y otros años como el 2016 cerraron con un récord de más de tres millones de visitantes.
Actualmente, la colección del Museo del Prado se encuentra repartida entre varios edificios en el centro de Madrid: el edificio Villanueva, el Claustro de los Jerónimos, el Casón del Buen Retiro, el edificio administrativo de la calle Ruiz de Alarcón, y el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro. De todos ellos, la sede original escogida en 1819 fue el edificio del Prado de los Jerónimos, que fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785 por orden de Carlos III y que iba a albergar un Gabinete de Ciencias Naturales. Fue Fernando VII, su nieto, quien tomó la decisión de destinar el edificio a un museo de pintura y escultura.
Uno de los mayores atractivos del Museo del Prado es que alberga numerosísimas obras de algunos de los pintores europeos más relevantes de los siglos XVI al XIX. El artista más representado del museo es Goya, y también son abundantes las obras de Tiziano, Velázquez, el Greco, Rubens, el Bosco o Murillo. Al igual que sucede con otros grandes museos europeos, la colección del Museo del Prado es el reflejo de los gustos de los monarcas de cada momento, se sus aficiones como coleccionistas e incluso de sus rencillas políticas, lo que hace que determinados artistas y estilos estén más representados que otros.
Además de sus colecciones de pintura, el Museo del Prado cuenta con una colección de esculturas y otra de artes decorativas. En esta galería vamos a ver algunas de las obras más famosas de esta importante institución cultural.
La fachada del Museo del Prado
La colección del Museo Nacional del Prado está formada por unas 7.600 pinturas, 1.000 esculturas, 4.800 estampas y 8.200 dibujos, además de múltiples objetos de artes decorativas y cientos de documentos históricos. Actualmente el museo exhibe en su propia sede algo más de 1.300 obras, mientras que alrededor de 3.100 obras (el conocido como ‘Prado disperso’) se encuentran, como depósito temporal en diversos museos e instituciones oficiales, y el resto de las obras de arte se conserva en almacenes.
Auto de Fe presidido por Santo Domingo de Guzmán
Pedro Berruguete pintó entre 1439 y 1499 este óleo sobre tabla de 154 cm x 92 cm en el que se ve a Santo Domingo, rodeado de otros 6 jueces presidiendo el Auto de Fe en el que se juzga a los albigenses. Una de las características más interesantes de esta obra es la disposición del escenario y de las figuras, pues reflejan la modernidad de Berruguete en relación a las tendencias compositivas de la época.Copyright: Museo del Prado
Autorretrato de Alberto Durero
Muchos artistas se autorretratan por razones diversas. En este caso Alberto Durero se pintó a sí mismo en una tabla de 52 cm x 41 cm en 1498 como un gentiluomo, vestido con sus mejores galas.Copyright: Museo del Prado
El caballero de la mano en el pecho
Alrededor de 1580 El Greco ejecutó una de sus obras más famosas, El caballero de la mano en el pecho. Se trata de un retrato realizado en lienzo con unas medidas de 81,8 cm x 66,1 cm. Se trata de un caballero de unos 30 años vestido a la moda de finales de los setenta del siglo XVI con la famosa gorguera blanca que enmarca la cabeza. La solemnidad, su fantástica ejecución y su temprana exposición en el Museo del Prado han encumbrado a esta obra entre las más importantes del artista.Copyright: Museo del Prado
Retrato ecuestre de Carlos V
El Retrato ecuestre del emperador Carlos V lo realizó Tiziano en conmemoración de la victoria en Mühlberg de las tropas imperiales sobre las protestantes. Data de 1548, está pintado en óleo sobre lienzo y mide 335 cm x 283 cm. Aunque parezca simple en su composición, esconde una fuerte simbología, pues muestra al monarca en su doble condición de caballero cristiano y heredero de la tradición imperial romana.Copyright: Museo del Prado
La condesa de Chinchón
Este fantástico retrato de María Teresa de Borbón y Vallabriga, condesa de Chinchón, realizado por Francisco de Goya data del 1800, está realizado en óleo sobre lienzo y mide 216 cm x 144 cm. El estudio técnico del cuadro, después de su adquisición por el Museo, ha revelado que fue pintado encima de un lienzo ya utilizado por Goya, en el que se identifica plenamente en su radiografía un retrato en pie de Godoy, y otro menos visible y subyacente de un caballero joven, que lleva en el pecho la cruz de la orden de San Juan de Malta. Ambos fueron cubiertos por una capa de color beige rosado, utilizada como preparación del retrato final de la condesa de Chinchón.Copyright: Museo del Prado
El descendimiento
Pintado alrededor de 1435 esta obra de Roger van der Weyden mide 220 cm x 262 cm, está pintado sobre tabla y pertenece a la escuela flamenca. El cuadro se centra en el dolor de la Virgen María tras la muerte de su hijo Jesús. Destaca tanto por su belleza como por los materiales y las dimensiones del mismo. Por ejemplo el azul del manto de María es uno de los lapislázulis más puros empleados en la pintura flamenca de la época. Es un cuadro tan grande que prácticamente están pintados los personajes a escala natural.Copyright: Museo del Prado
El Jardín de las Delicias
También conocido como la pintura del madroño este óleo pintado por El Bosco sobre tabla tríptica es una de las grandes obras de la escuela flamenca de principios del siglo XVI. Cerrado muestra en grisalla el tercer día de la creación del mundo mientras que abierto, como se puede observar, los colores llevan de vida la obra. Está dividido en tres escenas: la tabla de la izquierda está dedicada al Paraíso, con Adán, Eva y la Fuente de la vida; en la de la derecha se observa el Infierno. En el centro se encuentra el jardín de las delicias. Se trata de una obra con un fuerte componente moral y una de las creaciones más enigmáticas, complejas y bellas de El Bosco.Copyright: Museo del Prado
El Lavatorio
Esta pintura de Tintoretto data de 1548-1549 y mide 210 cm x 533 cm. Pintada en óleo sobre lienzo muestra el momento justo antes de la Última Cena, en el que Jesús se dispone a lavar los pies de San Pedro, como ejemplo de servicio al prójimo y de absoluta humildad. Este cuadro ingresó en el Museo del Prado en el año 1939.Copyright: Museo del Prado
Una fábula
Hacia 1580 El Greco pintó este óleo sobre lienzo de 50,5 cm x 63,6 cm. En ella se ve a un muchacho soplando la llama central, un hombre con una sonrisa atontada y un mono encadenado que sigue el gesto del primero y sopla concentrado la vela. Se trata de una alegoría que probablemente tenga mucho que ver con las fábulas populares.Copyright: Museo del Prado
La familia de Carlos IV
Francisco de Goya y Lucientes pintó en 1800 este fantástico y enorme lienzo de 280 cm x 336 cm a cargo de los reyes de España. La pintura muestra a la casa de Borbón y sus numerosos miembros reunidos en torno a Carlos IV y María Luisa. La obra muestra la influencia de Las Meninas, por ejemplo en la aparición del propio pintor en la obra o la decoración del fondo con dos cuadros simétricos.Copyright: Museo del Prado
Ferdinando Brandani
Velázquez retrató al banquero Ferdinando Brandani alrededor de 1650 sobre un lienzo de 50,5 cm x 47 cm. En él se observa la excelente técnica del artista, con una facha llena de matices que muestran la viveza de la persona en cuestión.Copyright: Museo del Prado
La Fuente de la Gracia y Triunfo de la Iglesia sobre la Sinagoga
Esta alegoría de la escuela de Jan van Eyck mide 181 cm x 119 cm y fue pintada en óleo sobre madera en 1430. La representación está dispuesta en tres planos. En el plano inferior se representan a la izquierda reyes, nobles, papas, teólogos, y a la derecha varios judíos confusos y en fuga, uno de ellos con los ojos vendados. En el superior se encuentra Cristo en el trono, entre la Virgen y San Juan Evangelista, con el Cordero a los pies, de donde brota un manantial. En el medio aparecen ángeles músicos y cantores.Copyright: Museo del Prado
Huida a Egipto
Alrededor de 1570 El Greco pintó sobre tabla este óleo de pequeño tamaño (15,9 cm x 21,6 cm). En ella el autor muestra cómo el paisaje es un elemento esencial de la composición. Muestra a la Sagrada Familia en su huida a Egipto tras la persecución decretada sobre todos los menores nacidos en la ciudad de Belén.Copyright: Museo del Prado
Las meninas
También conocido como La familia de Felipe IV es una de las obras más bellas y famosas que pueden verse en el Museo Nacional del Prado. Tiene una dimensiones de 318 cm x 276 cm, data de 1656 y su autor es el inconfundible Diego Velázquez. Se trata de una de las obras más grandes del autor y con una composición realmente enrevesada y llena de significación.Copyright: Museo del Prado
Las tres Gracias
Pedro Pablo Rubens pintó entre 1630 y 1635 en óleo sobre tabla esta fantástica obra. Su tamaño, 220,5 cm x 182 cm, muestra a las tres mujeres desnudas en tamaño real, dispuestas según el modelo escultórico antiguo. Como apuntan desde el propio museo, "la elección del soporte de madera demuestra la importancia que la obra tiene para su autor, puesto que la madera de roble procedente de la región del Báltico que usaban los pintores de Amberes era un soporte muy costoso, por encima del lienzo o el cobre. Además, este soporte, por la luminosidad y el aspecto esmaltado que concede a las pinturas, implicaba el deseo de una terminación preciosista y la consideración de la pintura como un objeto valioso en sí mismo".Copyright: Museo del Prado
La muerte de San Pedro Mártir
Pintado entre 1439 y 1499 este óleo sobre tabla de Pedro Berruguete mide 128 cm x 82 cm. Muestra como, escondido entre los cazadores, Carino, un hereje que iba a ser juzgado, cae sobre los dos clérigos y atraviesa a San pedro con su espada.Copyright: Museo del Prado
Pinturas negras
Las pinturas negras son 14 pinturas que Francisco de Goya realizó directamente al óleo sobre las paredes de dos salas de la llamada Quinta del Sordo, cerca del río Manzanares (Madrid) una propiedad que compró en 1819. Fueron trasladadas a lienzo en 1874 por el restaurador del Museo del Prado Salvador Martínez-Cubells.Copyright: Museo del Prado
Sagrada Familia, ‘La Perla’
Felipe IV consideraba esta la pintura más preciada de su colección, de ahí que la conocieran como “La Perla”. Aunque no se conoce con absoluta certeza, se atribuye el diseño y composición a Rafael, que habría delegado en su discípulo, Giulio Romano, parte de su realización. El paisaje y los contrastes lumínicos son esenciales en la obra, como en otras obras tardías de Rafael. Está pintado con óleo sobre tabla, data de 1519-1520 y tiene unas medidas de 147,4 cm x 116 cm.Copyright: Museo del Prado
El tránsito de la Virgen
De dimensiones bastante reducidas (54,5 cm x 42 cm) esta obra de Andrea Mantegna realizada sobre tabla hacia el 1462 es un buen ejemplo del arte italiano del Quattrocento. Como explican desde el propio Museo del Prado, se trata de una obra maestra por su perfecta composición, resuelta mediante una habilísima contraposición de horizontales (ventana y lecho de la Virgen) y verticales (apóstoles y pilastras); su dominio de la perspectiva; la individualización de las fisonomías de los apóstoles, y el tratamiento del paisaje, al mostrar el lago en torno a Mantua, el puente que lo cruza, y el Borgo di San Giorgio al fondo.Copyright: Museo del Prado
La Virgen con el Niño
Roger van der Weyden pintó entre 1435 y 1438 este óleo sobre tabla de 100 cm x 52 cm en el que se ve al niño Jesús en el regazo de María jugando con un libro, en una clara alusión a los textos sagrados que anunciaban la misión redentora de Jesucristo. También se conoce como Madonna en rojo o Madonna Durán y existen numerosas versiones de la misma.Copyright: Museo del Prado
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