Los libros son para el verano
¿Aún no has elegido qué libros te acompañarán en las vacaciones de verano? En la redacción de MUY Interesante hemos preparado un menú estival literario con seis "platos" para todos los gustos.
¿Aún no has elegido tus lecturas de verano? En la redacción de MUY Interesante hemos preparado un menú estival literario para todos los gustos.
Aventuras del profesor Challenger
(Valdemar, 22 euros, 576 páginas)
Recomendado por Abraham Alonso, redactor jefe de MUY Interesante
En 1887, tras su primera y exitosa aparición en Estudio en Escarlata, quedó meridianamente claro que el genial investigador Sherlock Holmes se haría por méritos propios con un espacio en el Olimpo de los personajes de ficción. Sin embargo, no fue la única criatura pergeñada por su creador, el escritor escocés Arthur Conan Doyle (1859-1930). A la sombra de aquel y entre 1912 y 1929, el irascible y bravucón profesor Challenger se hizo un importante hueco en el incipiente género de la ciencia ficción. Doyle se inspiró en el fisiólogo del siglo XIX William Rutherford para dar vida a este experto en ciencias naturales y explorador de los límites científicos al que se le describe como "una mente privilegiada en un cuerpo de pitecántropo".
El ciclo de Challenger consiste en cinco relatos (El mundo perdido, La zona ponzoñosa, El país de la bruma, Cuando la Tierra lanzó alaridos y La máquina desintegradora) que la editorial Valdemar ha recogido en parte en el entretenido volumen de 576 páginas Aventuras del profesor Challenger. En esta recopilación, los editores han decidido prescindir de El país de la bruma y sustituirlo por otro título de Doyle, El abismo de Maracot, protagonizado por el profesor Maracot, colega de Challenger. Según se indica en la introducción, la razón es que en El país de la bruma (1926), el autor, que desde siempre había estado interesado por lo sobrenatural y en las pseudociencias, utiliza a Challenger "como mero pretexto para la propaganda espiritista", lo que hace que la narración resulte ajena a los demás relatos.
En cualquier caso, el plato fuerte es, sin duda, El mundo perdido (1912), una obra que sigue el ritmo de algunas novelas de Julio Verne, como Viaje al centro de la Tierra, y que, en esencia, coloca a un aguerrido grupo de exploradores encabezados por el propio Challenger en un remoto enclave de Sudamérica en el que por un serie de azares geológicos y climáticos aún sobreviven los dinosaurios. Con todas las salvedades científicas y paleontológicas que merece la obra -se publicó sólo siete años después de que Henry Fairfield Osborn describiera el Tyrannosaurus rex-, resulta una de las más brillantes de Doyle, y su Leitmotiv ha sido seguido desde entonces por otras muchas novelas y películas, entre ellas King Kong.
El museo de los números
(Dimitris Calokiris. Berenice, Córdoba 2007, 16 euros)
Recomendado por Esperanza García Molina, editora de MUY Interesante
"No sé cómo termina esta frase; ni siquiera puedo decir cómo empieza". Así comienza uno de los 28 relatos de El museo de los números, de Dimitris Calokiris, una destacada figura de la literatura griega actual, dos veces Premio Nacional de Narrativa Griego. La frase es un buen anticipo de las sensaciones que produce el libro: un divertido desconcierto, una sonrisa de complicidad ante los guiños al lector que plagan la obra, el deleite en infinidad de detalles juguetones que hacen volver varias veces sobre una misma idea para saborearla. Y las reflexiones continúan después de cerrar la última página, cuando uno se pregunta el porqué del título ya que no hay nada en él que guarde relación explícita con las matemáticas. Las historias son surrealistas, oníricas, inteligentes, a veces aparentemente caóticas, pero resueltas de manera asombrosa. Clasificar estos relatos bajo un género es una misión condenada al fracaso. Quizá se podrían situar en el territorio del ensayo ficción. Un pueblo donde todos los habitantes son la misma persona, un león memorioso misteriosamente emparentado con Napoleón, ciclistas que pedalean sobre la torre Eiffel... Calorikis mezcla la realidad y el sueño, la Historia y la imaginación, lo elevado y lo prosaico, lo personal y lo filosófico, saltándose todas las formas de la literatura con una irrefrenable capacidad inventiva. Cabe destacar la edición de la obra, con preciosas ilustraciones, y la excelente traducción de Vicente Fernández y Ioanna Nicolaidou. Todo un placer estético.
Obras Completas de Dashiell Hammett, Tomo I y II
(Editorial Debate, 35.75 Euros, 923 páginas )
Recomendado por Palma Lagunilla, subdirectora de MUY Historia
Si debo recomendar una lectura para el verano, no lo dudo. ¿Qué mejor momento que las largas siestas caniculares para depositar en un atril (por motivos obvios, no queremos una distensión muscular ni un corte de digestión) las obras completas de tu autor favorito? Así no hay excusa. No necesitas un tamaño de bolsillo, imprescindible para leer en el transporte público. Dispones de unas horitas cómodamente instalado en una tumbona o similar para sumergirte en la lectura y solazarte con las aventuras de unos protagonistas en este caso de toda confianza. Y eso que Sam Spade, el Agente de la Continental o Ned Beaumont no son precisamente gente de fiar, cuya presencia destila simpatía y bondad. Al revés. La vida les ha dado ya tantos revolcones, que la desconfianza hacia sus semejantes es su rasgo más intrínseco y lo que les ha librado en más de una ocasión de una muerte segura. Reconozcamos que exhiben un código de conducta atípico, pero tienen sus valores arraigados y los respetan. Y qué decir de esas mujeres fatales, tan reales y misteriosas a la vez, cuyo atractivo se mastica en las frases con que Hammett las describe.
También recomiendo vivamente esta lectura para aquellos que desprecian a la novela negra. Así comprobarán que no está reñida con la buena literatura, que sus páginas también contienen una demoledora denuncia social, política y económica, descripciones precisas y unos brillantes diálogos, inteligentes y chispeantes, repletos de humor (casi siempre negro, eso sí). ¡Ah!, y si se puede leer acompañado de una copa de gimlet (ginebra y lima, fifty-fifty, con una espiral de corteza de limón), se mete uno mucho más en situación.
Dashiell Hammett trabajó como detective privado para la agencia Pinkerton, fue represaliado y encarcelado en la Caza de Brujas del senador McCarthy, alcohólico, tuberculoso y pareja de la escritora Lillian Hellman durante más de 30 años; su vida ya daría para una novela. Pero, además, es el autor que dignificó la novela negra y la integró en la literatura con mayúsculas: El halcón maltés, Cosecha roja, La maldición de los Dain, El hombre delgado, entre otras; y mi preferida: La llave de cristal. Gran literatura que también inspiró grandes películas: El halcón maltés (John Huston, 1941), La llave de cristal (Stuart Heisler, 1942), La cena de los acusados, adaptación de El hombre delgado (W.S.Van Dyke, 1934)... ¡Que aproveche!
Momentos estelares de la humanidad
(Stefan Zweig. El Acantilado, 18 euros)
Recomendado por Pablo Colado, editor de MUY Interesante
Desde hace algunos años se viene reivindicando en España la figura del austriaco Stefan Zweig (1881-1942), un escritor inmensamente popular en su tiempo que luego pasó a un discreto segundo plano. Uno de los libros que han vuelto a ponerle en órbita es Momentos estelares de la humanidad , modelo de literatura aplicada a la divulgación histórica. Zweig reivindica que la voluntad de un solo hombre o la concatenación de circunstancias pueden desencadenar auténticos Big Bangs a partir de los cuales ya nada vuelve a ser lo mismo. ?Un único "sí", un único "no", un "demasiado pronto" o un "demasiado tarde" hace que ese momento sea irrevocable para cientos de generaciones?, aventura el autor en el prólogo. Teorías al margen, lo cierto es que el lector encontrará en este libro 14 miniaturas históricas exquisitamente contadas, rebosantes de tensión narrativa -caso de los capítulos dedicados a la caída de Constantinopla o al "minuto universal de Waterloo"? y admiración por figuras geniales como Núñez de Balboa, Dostoievsy, Händel y el capitán francés que compuso La Marsellesa.
Sobrevivir a un gran amor, seis veces
(Luis Racionero. RBA Libros, Barcelona, 2009. 19.50 euros, 266 páginas)
Reseñado por José Pardina, director de MUY Interesante
Decidí comprar las memorias amorosas de Luis Racionero ("Sobrevivir a un gran amor, seis veces") por dos razones que luego se han demostrado equivocadas: la primera, por el título, que me pareció agudo, jocoso e inteligente; nada melodramático, vamos. La segunda, porque cierta noche de insomnio me topé con su autor en una televisión de madrugada, departiendo a calzón quitado con su viejo compinche, Fernando Sánchez Dragó. Promocionaban el libro. Me resultó tan políticamente incorrecta, tan irresistiblemente anacrónica, y divertida, aquella conversación entre los dos rijosos intelectuales -hablaban de mujeres, claro-, tan increíblemente real y a la vez tan antediluviana, que no pude resistirme a meterlo en mi equipaje con la excusa de "una lectura ligera pero inteligente para estas vacaciones", algo con lo que atenuar la presumible pesadez de la autobiografía de H. G. Wells o el thriller histórico de Christian von Ditfurth.
Craso error. Una cosa es dejarte llevar por la entretenida conversación de dos cantamañanas misóginos disfrazados de maestros budistas, y otra, bien distinta, enfrentarse a la lectura de esta especie de crónica sentimental timorata y de encargo, escrita apresuradamente y de mala gana, repetitiva, cargada de chascarillos, topicazos y lugares comunes.
El libro se divide en dos partes: en la primera ("La Teoría"), salpicada de manidas disquisiciones sociológicas y políticas sobre la España que pasó de la dictadura a la democracia, aspira a descifrar, ni más ni menos, "el arte supremo de la naturaleza femenina" para conquistar y utilizar a los hombres. Los ejemplos utilizados para tan ambiciosa generalización son, por supuesto, el pobrecito Racionero y sus seis desastrosas relaciones. Lo más divertido: la propia perplejidad del autor al verse abandonado, una y otra vez. Su gran excusa: las madres de su época, de todas las épocas, que no enseñan a sus varoncitos a llevar una casa.
La segunda parte -"La Práctica"- repasa, cual diario adolescente, su inventario de conquistas y fracasos sentimentales. Y quien espere morbo, que se despida. No salen aquí ni Elena Ochoa, ni María Vidaurreta, ni María José Ragué... Tan sólo A., B., C., D., E. y F. Y muchas páginas de relleno para contar siempre la misma historia repetida: la de un galán inmaduro y más bien pesado que trata de conquistar y seducir a toda mujer que se le pone a tiro, pero que parece incapaz de llevar una relación adulta -de tu a tu y entre iguales- con ninguna de ellas.
Divertido a veces, por patético. Lamentable, casi siempre. Sólo tolerable cuando se refiere con distancia y sin dramatismos al dolor de la ruptura. Y es que este buen diletante que es Racionero -"Sólo te interesa levantarte tarde y leer", llegará a reprocharle una de sus mujeres-, con tantas iniciales/muescas en la culata de su romántico revolver, no parece haberse enterado todavía del ABC de la relación amorosa.
¿Cómo se llama este libro?
(Raymond Smullyan. Ediciones Cátedra, 1998. 11.90 euros, 294 páginas)
Recomendado por Elena Sanz, editora on-line de MUY Interesante
Un hombre ha cometido un delito castigado con la muerte. El hombre tiene que emitir un enunciado. Si el enunciado es verdadero será ahogado; si el enunciado es falso será ahorcado. ¿Qué enunciado podría emitir para confundir a su verdugos? (y quizás salvarse...). Es uno de los enigmas que plantea Raymond Smullyan en Cómo se llama este libro, una de las obras más divertidas publicadas por este matemático autodidacta nacido en Nueva York, que dedicó gran parte de su vida a aprender por su cuenta lógica y matemáticas mientras se costeaba la vida como mago. En sus páginas podrán perderse junto a Alicia en el Bosque del Olvido, visitar la isla de los caballeros y los escuderos, conocer a los habitantes de Transilvania o ayudar a los pretendientes de Porcia a elegir un cofre. Una excusa excelente para ejercitar el cerebro, sólo o en compañía, durante las vacaciones.
Estas son nuestras recomendaciones. Y tú, lector, ¿qué libros sugieres?
Aventuras del profesor Challenger
(Valdemar, 22 euros, 576 páginas)
Recomendado por Abraham Alonso, redactor jefe de MUY Interesante
En 1887, tras su primera y exitosa aparición en Estudio en Escarlata, quedó meridianamente claro que el genial investigador Sherlock Holmes se haría por méritos propios con un espacio en el Olimpo de los personajes de ficción. Sin embargo, no fue la única criatura pergeñada por su creador, el escritor escocés Arthur Conan Doyle (1859-1930). A la sombra de aquel y entre 1912 y 1929, el irascible y bravucón profesor Challenger se hizo un importante hueco en el incipiente género de la ciencia ficción. Doyle se inspiró en el fisiólogo del siglo XIX William Rutherford para dar vida a este experto en ciencias naturales y explorador de los límites científicos al que se le describe como "una mente privilegiada en un cuerpo de pitecántropo".
El ciclo de Challenger consiste en cinco relatos (El mundo perdido, La zona ponzoñosa, El país de la bruma, Cuando la Tierra lanzó alaridos y La máquina desintegradora) que la editorial Valdemar ha recogido en parte en el entretenido volumen de 576 páginas Aventuras del profesor Challenger. En esta recopilación, los editores han decidido prescindir de El país de la bruma y sustituirlo por otro título de Doyle, El abismo de Maracot, protagonizado por el profesor Maracot, colega de Challenger. Según se indica en la introducción, la razón es que en El país de la bruma (1926), el autor, que desde siempre había estado interesado por lo sobrenatural y en las pseudociencias, utiliza a Challenger "como mero pretexto para la propaganda espiritista", lo que hace que la narración resulte ajena a los demás relatos.
En cualquier caso, el plato fuerte es, sin duda, El mundo perdido (1912), una obra que sigue el ritmo de algunas novelas de Julio Verne, como Viaje al centro de la Tierra, y que, en esencia, coloca a un aguerrido grupo de exploradores encabezados por el propio Challenger en un remoto enclave de Sudamérica en el que por un serie de azares geológicos y climáticos aún sobreviven los dinosaurios. Con todas las salvedades científicas y paleontológicas que merece la obra -se publicó sólo siete años después de que Henry Fairfield Osborn describiera el Tyrannosaurus rex-, resulta una de las más brillantes de Doyle, y su Leitmotiv ha sido seguido desde entonces por otras muchas novelas y películas, entre ellas King Kong.
El museo de los números
(Dimitris Calokiris. Berenice, Córdoba 2007, 16 euros)
Recomendado por Esperanza García Molina, editora de MUY Interesante
"No sé cómo termina esta frase; ni siquiera puedo decir cómo empieza". Así comienza uno de los 28 relatos de El museo de los números, de Dimitris Calokiris, una destacada figura de la literatura griega actual, dos veces Premio Nacional de Narrativa Griego. La frase es un buen anticipo de las sensaciones que produce el libro: un divertido desconcierto, una sonrisa de complicidad ante los guiños al lector que plagan la obra, el deleite en infinidad de detalles juguetones que hacen volver varias veces sobre una misma idea para saborearla. Y las reflexiones continúan después de cerrar la última página, cuando uno se pregunta el porqué del título ya que no hay nada en él que guarde relación explícita con las matemáticas. Las historias son surrealistas, oníricas, inteligentes, a veces aparentemente caóticas, pero resueltas de manera asombrosa. Clasificar estos relatos bajo un género es una misión condenada al fracaso. Quizá se podrían situar en el territorio del ensayo ficción. Un pueblo donde todos los habitantes son la misma persona, un león memorioso misteriosamente emparentado con Napoleón, ciclistas que pedalean sobre la torre Eiffel... Calorikis mezcla la realidad y el sueño, la Historia y la imaginación, lo elevado y lo prosaico, lo personal y lo filosófico, saltándose todas las formas de la literatura con una irrefrenable capacidad inventiva. Cabe destacar la edición de la obra, con preciosas ilustraciones, y la excelente traducción de Vicente Fernández y Ioanna Nicolaidou. Todo un placer estético.
Obras Completas de Dashiell Hammett, Tomo I y II
(Editorial Debate, 35.75 Euros, 923 páginas )
Recomendado por Palma Lagunilla, subdirectora de MUY Historia
Si debo recomendar una lectura para el verano, no lo dudo. ¿Qué mejor momento que las largas siestas caniculares para depositar en un atril (por motivos obvios, no queremos una distensión muscular ni un corte de digestión) las obras completas de tu autor favorito? Así no hay excusa. No necesitas un tamaño de bolsillo, imprescindible para leer en el transporte público. Dispones de unas horitas cómodamente instalado en una tumbona o similar para sumergirte en la lectura y solazarte con las aventuras de unos protagonistas en este caso de toda confianza. Y eso que Sam Spade, el Agente de la Continental o Ned Beaumont no son precisamente gente de fiar, cuya presencia destila simpatía y bondad. Al revés. La vida les ha dado ya tantos revolcones, que la desconfianza hacia sus semejantes es su rasgo más intrínseco y lo que les ha librado en más de una ocasión de una muerte segura. Reconozcamos que exhiben un código de conducta atípico, pero tienen sus valores arraigados y los respetan. Y qué decir de esas mujeres fatales, tan reales y misteriosas a la vez, cuyo atractivo se mastica en las frases con que Hammett las describe.
También recomiendo vivamente esta lectura para aquellos que desprecian a la novela negra. Así comprobarán que no está reñida con la buena literatura, que sus páginas también contienen una demoledora denuncia social, política y económica, descripciones precisas y unos brillantes diálogos, inteligentes y chispeantes, repletos de humor (casi siempre negro, eso sí). ¡Ah!, y si se puede leer acompañado de una copa de gimlet (ginebra y lima, fifty-fifty, con una espiral de corteza de limón), se mete uno mucho más en situación.
Dashiell Hammett trabajó como detective privado para la agencia Pinkerton, fue represaliado y encarcelado en la Caza de Brujas del senador McCarthy, alcohólico, tuberculoso y pareja de la escritora Lillian Hellman durante más de 30 años; su vida ya daría para una novela. Pero, además, es el autor que dignificó la novela negra y la integró en la literatura con mayúsculas: El halcón maltés, Cosecha roja, La maldición de los Dain, El hombre delgado, entre otras; y mi preferida: La llave de cristal. Gran literatura que también inspiró grandes películas: El halcón maltés (John Huston, 1941), La llave de cristal (Stuart Heisler, 1942), La cena de los acusados, adaptación de El hombre delgado (W.S.Van Dyke, 1934)... ¡Que aproveche!
Momentos estelares de la humanidad
(Stefan Zweig. El Acantilado, 18 euros)
Recomendado por Pablo Colado, editor de MUY Interesante
Desde hace algunos años se viene reivindicando en España la figura del austriaco Stefan Zweig (1881-1942), un escritor inmensamente popular en su tiempo que luego pasó a un discreto segundo plano. Uno de los libros que han vuelto a ponerle en órbita es Momentos estelares de la humanidad , modelo de literatura aplicada a la divulgación histórica. Zweig reivindica que la voluntad de un solo hombre o la concatenación de circunstancias pueden desencadenar auténticos Big Bangs a partir de los cuales ya nada vuelve a ser lo mismo. ?Un único "sí", un único "no", un "demasiado pronto" o un "demasiado tarde" hace que ese momento sea irrevocable para cientos de generaciones?, aventura el autor en el prólogo. Teorías al margen, lo cierto es que el lector encontrará en este libro 14 miniaturas históricas exquisitamente contadas, rebosantes de tensión narrativa -caso de los capítulos dedicados a la caída de Constantinopla o al "minuto universal de Waterloo"? y admiración por figuras geniales como Núñez de Balboa, Dostoievsy, Händel y el capitán francés que compuso La Marsellesa.
Sobrevivir a un gran amor, seis veces
(Luis Racionero. RBA Libros, Barcelona, 2009. 19.50 euros, 266 páginas)
Reseñado por José Pardina, director de MUY Interesante
Decidí comprar las memorias amorosas de Luis Racionero ("Sobrevivir a un gran amor, seis veces") por dos razones que luego se han demostrado equivocadas: la primera, por el título, que me pareció agudo, jocoso e inteligente; nada melodramático, vamos. La segunda, porque cierta noche de insomnio me topé con su autor en una televisión de madrugada, departiendo a calzón quitado con su viejo compinche, Fernando Sánchez Dragó. Promocionaban el libro. Me resultó tan políticamente incorrecta, tan irresistiblemente anacrónica, y divertida, aquella conversación entre los dos rijosos intelectuales -hablaban de mujeres, claro-, tan increíblemente real y a la vez tan antediluviana, que no pude resistirme a meterlo en mi equipaje con la excusa de "una lectura ligera pero inteligente para estas vacaciones", algo con lo que atenuar la presumible pesadez de la autobiografía de H. G. Wells o el thriller histórico de Christian von Ditfurth.
Craso error. Una cosa es dejarte llevar por la entretenida conversación de dos cantamañanas misóginos disfrazados de maestros budistas, y otra, bien distinta, enfrentarse a la lectura de esta especie de crónica sentimental timorata y de encargo, escrita apresuradamente y de mala gana, repetitiva, cargada de chascarillos, topicazos y lugares comunes.
El libro se divide en dos partes: en la primera ("La Teoría"), salpicada de manidas disquisiciones sociológicas y políticas sobre la España que pasó de la dictadura a la democracia, aspira a descifrar, ni más ni menos, "el arte supremo de la naturaleza femenina" para conquistar y utilizar a los hombres. Los ejemplos utilizados para tan ambiciosa generalización son, por supuesto, el pobrecito Racionero y sus seis desastrosas relaciones. Lo más divertido: la propia perplejidad del autor al verse abandonado, una y otra vez. Su gran excusa: las madres de su época, de todas las épocas, que no enseñan a sus varoncitos a llevar una casa.
La segunda parte -"La Práctica"- repasa, cual diario adolescente, su inventario de conquistas y fracasos sentimentales. Y quien espere morbo, que se despida. No salen aquí ni Elena Ochoa, ni María Vidaurreta, ni María José Ragué... Tan sólo A., B., C., D., E. y F. Y muchas páginas de relleno para contar siempre la misma historia repetida: la de un galán inmaduro y más bien pesado que trata de conquistar y seducir a toda mujer que se le pone a tiro, pero que parece incapaz de llevar una relación adulta -de tu a tu y entre iguales- con ninguna de ellas.
Divertido a veces, por patético. Lamentable, casi siempre. Sólo tolerable cuando se refiere con distancia y sin dramatismos al dolor de la ruptura. Y es que este buen diletante que es Racionero -"Sólo te interesa levantarte tarde y leer", llegará a reprocharle una de sus mujeres-, con tantas iniciales/muescas en la culata de su romántico revolver, no parece haberse enterado todavía del ABC de la relación amorosa.
¿Cómo se llama este libro?
(Raymond Smullyan. Ediciones Cátedra, 1998. 11.90 euros, 294 páginas)
Recomendado por Elena Sanz, editora on-line de MUY Interesante
Un hombre ha cometido un delito castigado con la muerte. El hombre tiene que emitir un enunciado. Si el enunciado es verdadero será ahogado; si el enunciado es falso será ahorcado. ¿Qué enunciado podría emitir para confundir a su verdugos? (y quizás salvarse...). Es uno de los enigmas que plantea Raymond Smullyan en Cómo se llama este libro, una de las obras más divertidas publicadas por este matemático autodidacta nacido en Nueva York, que dedicó gran parte de su vida a aprender por su cuenta lógica y matemáticas mientras se costeaba la vida como mago. En sus páginas podrán perderse junto a Alicia en el Bosque del Olvido, visitar la isla de los caballeros y los escuderos, conocer a los habitantes de Transilvania o ayudar a los pretendientes de Porcia a elegir un cofre. Una excusa excelente para ejercitar el cerebro, sólo o en compañía, durante las vacaciones.
Estas son nuestras recomendaciones. Y tú, lector, ¿qué libros sugieres?