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Análisis de ‘Inmortals Fenyx Rising’ – Una agradable sorpresa homérica

Inmortals Fenyx Rising, el último juego de Ubisoft, nos presenta una desenfadada historia de aventuras y exploración basada en la mitología de la Antigua Grecia

En el E3 de 2019, Ubisoft pilló por sorpresa a muchos al anunciar un videojuego del que no se había escuchado nada hasta entonces. Lo hizo con un breve teaser en el que se nos adelantaban algunos detalles importantes: era un juego con estética cartoon, basado en el combate y el plataformeo y situado en un mundo que partía de la mitología griega. Se llamaba Gods & Monsters y poco más supimos de él hasta que, tras un par de retrasos, hizo una reaparición estelar con lavado de cara y un nuevo nombre: Inmortals Fenyx Rising. ¿Habrán valido la pena la espera y los cambios?

El nacimiento de un nuevo héroe

Inmortals Fenyx Rising es una nueva IP de Ubisoft y eso significa que es un lienzo en blanco, un producto distinto e independiente de las marcas con las que ya cuentan que debe llamar la atención y conquistar a los jugadores. Es  un juego que bebe indudablemente de Assassin’s Creed Odyssey, entrega de la saga que transcurre en la Antigua Grecia y que sus propios creadores reconocieron que había servido como inspiración, pero en el que llevaban a cabo un cambio muy significativo al abandonar el apartado histórico y centrarse exclusivamente en la mitología.

“La historia de Fenyx surge de algo llamado ‘Titanomaquia’, un antiguo poema perdido que narra la lucha entre titanes y dioses. No se sabe qué decía ese texto pero podría haber sido la historia de Feyx”, nos comenta Jeffrey Yohalem, Lead Narrative Designer del juego. Y es cierto que el juego, al igual que la saga Assassin’s Creed, hace algo muy bien: toma un mundo, unos eventos y unos personajes preestablecidos que ya conocemos y se los lleva a su terreno para darle un estilo propio. Además, Inmortals Fenyx Rising cuenta con una ventaja significativa respecto al buque insignia de Ubisoft y es que, al centrarse en la mitología en vez de en la historia, la libertad creativa se multiplica por diez.

El título nos ofrece un mundo atractivo y colorido, plagado de toda clase de criaturas a las que tendremos que hacer frente con nuestra espada y lleno de misiones y encargos que iremos descubriendo mientras lo exploramos libremente. ¿Nada que no hayamos visto en los últimos pelotazos de la compañía, verdad? Pues sí y no. Es cierto que Inmortals Fenyx Rising no viene a romper esquemas ni a redifinir el mundo de los videojuegos pero sí que consigue dar un paso al frente y distanciarse de la fórmula de otros títulos de Ubisoft tanto en la forma como en el fondo.

Imagen: Ubisoft

Inmortals Fenyx RisingImagen: Ubisoft

Mecánicas

Inmortals Fenyx Rising se asienta en tres pilares: la exploración, la resolución de rompecabezas y el combate. Cada uno de ellos funciona bastante bien por él solo (con sus más y sus menos) pero es la combinación de los tres la que consigue que la experiencia en el juego sea muy entretenida.

La gran virtud de la exploración es que es relativamente rápida y el mapa no es muy grande, por lo que uno puede pasar de una zona a otra a pie o sobre una montura en unos minutos, disfrutando del paisaje y de los muchísimos detalles que encontramos en el entorno, sin que el trayecto se haga pesado o tedioso. Además contamos con las alas de Dédalo (padre de Ícaro), que nos salvarán de grandes caídas y nos permitirán surcar los cielos de la Isla Áurea de forma rápida, cómoda y muy visual. La pega que podemos ponerle a la exploración del juego reside en el mapa de objetivos, que iremos desbloqueando poco a poco al subir a un lugar alto tipo atalaya en cada zona y que nos hará buscar y marcar todos los puntos de interés de la misma. Si bien esto resulta útil, recuerda a la mecánica de los viejos Assassin’s Creed y le quita cierto misterio a nuestro paseo por el mundo.

La resolución de puzles y rompecabezas es, para nosotros, uno de los puntos fuertes del juego. Son divertidos, ingeniosos, consistentes y desafiantes. Los hay por todo el mapa y su resolución nos proporcionará todo tipo de recompensas, desde nuevas piezas de armadura hasta el acceso a zonas cerradas. Durante los primeros momentos del juego nos parecerá que el camino a seguir con cada puzle es más o menos obvio ya que se basa en una serie de elementos fijos con los que interactuar moviéndolos de acá para allá, colocándolos en X posición, pulsando plataformas, repitiendo patrones o disparándoles flechas; pero conforme avancemos podremos valorar lo mucho que el equipo de Inmortals Fenyx Rising se ha esforzado para dar forma y peso a estos acertijos. La cosa se irá complicando y en más de una ocasión necesitaremos hacer gala de gran destreza o plantearnos otros caminos distintos a los habituales para cumplir nuestros objetivos.

Imagen: Ubisoft

Inmortals Fenyx RisingImagen: Ubisoft

La última pata de este taburete (por desgracia la que más cojea) es el combate. No es que tenga nada de malo, pero acaba siendo la más floja por comparación. Los controles en combate y las acciones que tenemos a nuestra disposición son básicamente las mismas que hemos visto en los últimos Assassin’s Creed (golpe ligero, golpe pesado, esquivar y bloquear) con el añadido de poderes y habilidades divinas que iremos desbloqueando. Sin duda, es más que suficiente para repartir espadazos y abrirnos paso entre hordas de enemigos, pero acaba sintiéndose un poco limitado. Lo mismo pasa con los enemigos, que cuentan con una variedad abrumadora y que suelen atacar en grupo para ponerte las cosas más difíciles, pero que llegan a un punto en el que ya los vemos venir y los combates con ellos se vuelven algo… mecánicos.

La unión de estos tres pilares la encontramos en las puertas del Tártaro, las mazmorras de Inmortals Fenyx Rising. Se trata de construcciones laberínticas muy distintas entre sí que pondrán a prueba nuestro conocimiento del mundo, nuestro ingenio y nuestra habilidad con las armas a cambio de jugosas recompensas. Las hay que se pueden terminar en cinco minutos y las hay que nos ocuparán una hora o más, pero todas son interesantes y merecen la pena.

Narrativa

Hasta aquí, como comentábamos, no es que hayamos dicho nada nuevo de Inmortals Fenyx Rising. ¿Dónde están entonces esos elementos de los que hablábamos antes y que supuestamente lo diferencian de otros juegos similares?  En su propia historia y, sobre todo, en la forma que tiene de contarla.

El relato de Fenyx es el clásico viaje del héroe, la epopeya que llevará a una persona normal y corriente a convertirse en la pieza clave para salvar el mundo. Esa trama cíclica, de cambio y crecimiento personal, se funde con “un trasfondo, unos personajes y unas relaciones ya existentes que vienen de la mitología griega”, nos explica Jeffrey Yohalem. Se nota que el juego se desarrolló a partir de un profundo estudio de los mitos y leyendas del mundo clásico y con un gran respeto por ellos, profundizando en su significado e importancia para una sociedad que “explicaba la realidad a través de estos mitos” pero además los hace suyos al darles un tono diferente al que estamos acostumbrados. “Muchas aproximaciones que se han hecho a la mitología griega son oscuras y muy serias e ignoran el humor que existía en esos mitos. Nosotros hemos querido profundizar en ese humor y resaltar que estos personajes tienen debilidades, cometen errores… Quería explorar eso y hacer reír a la gente”, confiesa Yohalem.

Efectivamente, el humor es una pieza clave del juego. La acción y los diálogos son divertidos e ingeniosos a la par, sutiles cuando tienen que serlo y canallas en otros momentos. “Queríamos tener una historia épica que fuese divertida al mismo tiempo, como cuando piensas en algo como Guardianes de la Galaxia”, nos cuenta Jeffrey Yohalem. El estilo cartoon, colorido y desenfadado, ayuda a que todos estos elementos guarden cierta armonía entre ellos pero lo que de verdad hace que salten chispas es la presencia de dos narradores que bien podrían actuar como un dúo cómico en Saturday Night Live: Zeus y Prometeo.

“Aunque tienen una relación… complicada, Zeus necesita a Prometeo para luchar contra Tifón y estos dos ‘amienemigos’ nos dan mucho material para el drama y la comedia”. Lo cierto es que la inclusión de estos dos personajes como narradores omnipresentes nos pareció un añadido interesante a la historia, un elemento narrativo con el que agilizar un poco la trama. Sin embargo, conforme avanzábamos en el juego y pasábamos más tiempo con ellos, descubríamos que son personajes tan importantes como Fenyx o los otros dioses y sus comentarios, bromas, pullitas y la ruptura de la cuarta pared que hacen ocasionalmente nos han regalado momentos verdaderamente interesantes dentro del juego.

Con todo esto en la cabeza, Inmortals Fenyx Rising construye una historia con un claro tono épico y humorístico, estructuras narrativas clásicas y la libertad justa para que el jugador decida hacia dónde quiere ir en cada momento y cómo quiere vivir su historia. “Siempre he efendido que la narración debe existir en distintos lugares de forma simultánea y que cada uno de ellos sea un gancho para que el jugador lo desarrolle, pero pudiendo decidir con cuáles y en qué orden”. Objetivo cumplido, Jeffrey.

Imagen: Ubisoft

Inmortals Fenyx RisingImagen: Ubisoft

¿Un nuevo BOTW?

Y terminamos este análisis haciendo hincapié en uno de los comentarios que más se han escuchado desde que se anunció el juego y que todavía se oyen y leen por ahí. Las comparaciones son odiosas pero sí, es innegable que Inmortals Fenyx Rising toma como un claro referente los juegos de The Legend of Zelda y más concretamente su última entrega, Breath of the Wild. Esto se nota tanto en el acabado visual como en las mecánicas de exploración y resolución de puzles, pero sería demasiado simplista quedarnos con esto y dar por hecho que es una copia del legendario juego de Nintendo.

Inmortals Fenyx Rising es mucho (mucho) más que una simple versión de un Zelda. Es un juego que sabe dónde debe mirar y qué quiere conseguir, que adopta las mecánicas más populares de otros juegos similares y las incorpora de forma natural a su propia estructura. El propio Jeffrey Yohalem nos lo contaba así: “fueron muchos los juegos que inspiraron el trabajo del equipo y puedo ver que la influencia de Zelda es importante (…). Sin embargo, me gusta esto porque creo que atraerá a mucha gente que se sorprenderá al ver los giros de la historia y la estructura, dándose cuenta de que no es un Zelda”.

Para nosotros, Inmortals Fenyx Rising ha pasado de lo que podría haber sido un título menor a una de las experiencias más satisfactorias y entretenidas del año. Su tono ligero, sus mecánicas sencillas y su estilo narrativo y audiovisual hacen de él un título que sorprende por lo bien construido que está y lo divertido que resulta jugarlo, demostrando que no todo tiene que ser dramático o profundo para ser bueno. Es un juego al que te acercas casi por curiosidad, por ver qué pasa, pero que consigue su objetivo: transportarte a ese colorido y hermoso mundo de fantasía en el que vivir aventuras, resolver misterios y ser un héroe.

Y es que, a veces, no hace falta nada más.

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