'Las meninas': el cuadro más versionado del Museo del Prado
La obra maestra de Velázquez es un icono cultural que ha inspirado a autores como José Ortega y Gasset, Dalí, Michael Foucault o Picasso, quien realizó un completo estudio de la obra.
En colaboración con Acción Cultural Española/Museo del Prado.
La influencia de Las meninas de Velázquez va mucho más allá de lo meramente pictórico: ha estimulado la cultura hasta convertirse casi en un icono pop, y es uno de los cuadros más versionados del Museo del Prado.
Por hacer un análisis breve de la obra, apuntaremos que Las meninas o La familia de Felipe IV era un cuadro prácticamente desconocido hasta el siglo XIX, pese a que hoy es considerada la obra maestra del autor, Diego de Velázquez.
El cuadro representa a servidores palaciegos, dispuestos alrededor de la infanta Margarita, a la que atienden doña María Agustina Sarmiento y doña Isabel de Velasco, meninas de la reina; esta estampa está siendo retratada por el propio autor, en un ingenioso autorretrato y en la obra aparecen otros personajes en segundo plano magistralmente retratados mediante los usos de la perspectiva. En el espejo, por ejemplo, se ven reflejados Felipe IV y Mariana de Austria, padres de la infanta, siendo testigos de la escena. El autor quiso dotar a la obra de multitud de significados.
Los admiradores de Las meninas
La influencia cultural de Las meninas es tal que autores en todas las etapas han hecho su particular análisis; además, ha sido versionada en multitud de ocasiones por autores de la cultura pop.
En el año 1700 Luca Giordano lo calificó como “teología de la pintura”; aunque en el siglo XIX Thomas Lawrence, retratista inglés, elevó la definición hasta la categoría de “filosofía de la pintura”; el impresionista Manet, que al observar el cuadro calificó a Velázquez como “el pintor de los pintores”; José Ortega y Gasset (sus reflexiones se pueden encontrar en la obra Papeles sobre Velázquez), Dalí, Michael Foucault… son muchos los autores que han expresado su admiración a las Meninas y han apreciado múltiples significados en el lienzo.
Del mismo modo, varios artistas, especialmente a partir del siglo XX, han elaborado su propia versión de Las meninas, impresionados por su calidad pictórica, la innovación de su planteamiento, y la multitud de significados que desprende. Y de las interpretaciones más elevadas, como el completo estudio que elaboró Picasso, encontramos también las versiones más pop, concepciones de este cuadro mucho más abstractas, incluso superficiales.
Se puede decir que el siglo XX está impregnado de Las meninas como icono. Repasemos algunas de sus versiones.
Las meninas de Picasso
En cuanto a las versiones de Las meninas, tal vez la más célebre es la de Picasso; esta obra le impresionó cuando era joven. La serie de cuadros, elaborada en 1957, está actualmente expuesta en el Museo Picasso de Barcelona, (es la única que se conserva del artista) y consta de 45 interpretaciones; un completo estudio de la obra.
Las meninas de Dalí
El autor catalán elaboró entre 1975 y 1976 Las meninas (obra estereoscópica), una interpretación del célebre cuadro de Velázquez desde el surrealismo.
Las meninas de Valdés
Otra célebre interpretación (no pictórica, y más vanguardista) es el conjunto de esculturas en homenaje a Las meninas de Manolo Valdés, son una propuesta contemporánea de las figuras femeninas de la obra de Velázquez: una serie de figuras en bronce destinadas a formar parte del mobiliario urbano de la ciudad, y como tal están instaladas en la zona peatonal de la calle Ercilla de la ciudad de Bilbao desde el año 2008 (aunque han sido expuestas en ciudades como París o Phoenix).
Las meninas de Kingston Lacy
Y pese a que la monumental obra original se encuentra a disposición del público en la Sala 12 de Velázquez del Museo del Prado, Reino Unido cuenta con una versión en tamaño reducido de este master piece. Las meninas de Kingston Lacy son, según el profesor Matías Díaz Padrón, un “modeletto” o boceto de Las meninas original, pese a la polémica que despierta esta obra de pequeño tamaño ya que, técnicamente, “no hay diferencias de estilo entre el "modeletto" y el lienzo del Museo del Prado”, como también apuntó el propio Díaz Padrón.
Las meninas de Equipo Crónica
Las esculturas de bronce no son la única versión de Las meninas de la autoría de Manolo Valdés. Él, junto a los pintores Rafael Solbes y Juan Antonio Toledo formaron el grupo Equipo Crónica, que realizó una versión de Las meninas inspirada en un apartamento de los años 60.
Las meninas de Mingote
Otra célebre versión de la obra, de Antonio Mingote, en la que la infanta Margarita se eleva por encima de las cabezas de sus servidores de palacio, movida por el vuelo de sus faldas.
Menina de Botero
Recordemos que para Botero lo atractivo residía en la sensualidad de las formas. Por ello, el autor realizó un homenaje a Las meninas con este retrato de estilo inconfundible de la infanta Margarita.
Las meninas en la cultura pop
El impacto cultural de la obra maestra de Velázquez ha hecho que quede retratada, no solo por otros artistas, sino también, a finales del siglo XX y principios del XXI, como símbolo de la cultura pop, hasta el punto de convertirse en un icono de la cultura occidental.Podríamos decir lo mismo de otras obras de arte consideradas “virales” como El jardín de las delicias del Bosco o la Maja desnuda de Goya (también conservadas en el Museo del Prado) y la inmortal Gioconda, de Da Vinci, considerada ‘obra menor’ que se hizo popular a partir del siglo XX.
Una reflexión sobre la viralidad del arte
Ante la viralidad de las obras de arte, cabe hacer algunas reflexiones.Por un lado, si es positivo o negativo el hecho de que la popularidad de su significado cultural esté por encima de su valor artístico para el público general, dado que son muchos los que visitan los museos en busca del selfi con la master piece más emblemática del edificio. ¿Resta esta conducta valor artístico a la obra? ¿Se es menos considerado con el autor? ¿Se menosprecian a su vez otras obras menos populares en favor de lo icónico de las favoritas? Quizás esta sea una forma de consumir el arte un tanto superficial.Por otro, si tal vez la popularidad del arte como icono cultural sea la consecuencia inevitable de las obras inmortales que dejaron los artistas más memorables de la historia; y los museos, los medios y las instituciones deban aprovechar la viralidad del arte para divulgar acerca de sus conceptos. Tal vez, en la era de la inmediatez, el fenómeno viral sea una nueva forma de consumir arte, el arte a modo de “fast food”.