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El gran tenor italiano Enrico Caruso

En este vídeo hablamos de uno de los tenores más grandes de la historia: el gran Caruso.

Hoy hablamos de un tenor napolitano, Enrico Caruso (1873 – 1921). Su nacimiento vino precedido de la muerte de 17 hermanos, aunque posteriormente sus padres consiguieron darle tres hermanos más.
Desde siempre le gustó mucho cantar, y comenzó haciéndolo en el coro de la iglesia. Comenzó a trabajar con su padre muy joven, mientras estudiaba canto y dibujo. El primer gran momento de su carrera le llegó a los 25 años, con su debut en la mítica Scala de Milán. Tres años después, Caruso conseguía su sueño: cantar en el San Carlo de Nápoles, en su tierra, y lo hace con la famosísima obra L’elisir d’amore.
Sin embargo, Caruso obtuvo muchas críticas, y el tenor juró que nunca más volvería a cantar en su tierra. Aun así, su carrera ya era imparable. En el año 1902 se convirtió en el primer cantante en grabar un disco de vinilo y consiguió vender un millón de copias en todo el mundo.
A lo largo de su carrera, el tenor grabó un total de 260 discos. Vesti la giubba fue uno de sus mayores éxitos, con los que logró hacerse un hueco en los hogares de todo el mundo, al igual que hizo Luciano Pavarotti con Nessun Dorma. Y, siguiendo con los paralelismos entre ambos artistas, es destacable que, para los dos tenores, sus grandes éxitos se produjeron en el Metropolitan Ópera House, donde Caruso se convirtió en el principal tenor durante diecisiete temporadas consecutivas. Su fama fue tal, que la famosa joyería Tiffany creo una edición especial de una medalla de oro y diamantes para conmemorar la presencia del tenor.
Enrico Caruso nunca olvidó sus orígenes italianos y tampoco dejó de ser un inmigrante en Nueva York. En muchas ocasiones, consciente de la presencia de muchos compatriotas que no habían podido pagar su entrada para escucharle en el teatro, salía a la puerta al finalizar y cantaba para ellos, demostrando el amor por su patria y su gente.

La última canción de Caruso

Enrico Caruso murió en agosto de 1921, cuando solo tenía 48 años. Hay una leyenda, contaba en la canción ‘Caruso’ de Lucio Dalla, que dice que el tenor, en los últimos momentos de su vida, estaba dando una lección de canto a una chica de la que estaba enamorado, y una noche, en la bahía de Sorrento, hizo que las barcas de los pescadores se acercaran hasta las ventanas de su hotel. Allí habría entonado, para ella, su última canción.

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