‘La princesa prometida’, el mejor peor cuento de hadas de la historia
La novela de William Goldman, escrita como una parodia de los cuentos de hadas, fue llevada al cine en 1987.
Si, en medio de un ajetreado y grisáceo día de invierno, alguien llegara y nos propusiera una historia de aventuras, duelos con espada, venganza, milagros y amor verdadero ¿quién podría negarse? Por muy inmersos que estemos en el despiadado mundo real y muy adultos que nos sintamos, todo el mundo disfruta con un poco de magia de vez en cuando. William Goldman, que también escribió ‘Marathon Man’ y fue guionista de ‘Dos hombres y un destino’, consiguió crear una sátira a todos los topicazos de esos cuentos que acabó por convertirse en el mejor de ellos.
‘La princesa prometida’ vio la luz en las librerías en 1973 y nos presentó a Buttercup y Westley, dos jóvenes enamorados que acabarían por enfrentarse a todo tipo de peligros con tal de poder estar juntos. En su camino se encontrarían con el Príncipe Humperdinck y su plan para hacerse con el poder, el cruel Conde Rugen o el curioso trío formado por Vizzini, Fezzik e Íñigo Montoya. Las idas y venidas de estos personajes arquetípicos por el inventado país de Florin van dando lugar a una emocionante historia que alcanzaría la gran pantalla en 1987.
El éxito de la novela de Goldman no fue tanto el encanto de su historia o de sus personajes, que también lo tienen. William Goldman supo renovar uno de los géneros más antiguos y difundidos de la literatura, encontrando el punto exacto para combinar los elementos clásicos del cuento de hadas que nos lleven a la infancia con un tono irónico y un trasfondo complejo que satisfaga a la parte más reflexiva y madura de los lectores. Hizo que viéramos qué hay más allá del “fueron felices y comieron felices” y que, por muy maniqueo que sea un personaje, siempre tendrá un trasfondo y un pasado que les ha llevado hasta allí. Resumiendo, Goldman creó una historia para todas las edades.
La versión cinematográfica contó con el autor como guionista y co-director y eso aporta un cariño extra a la cinta, cuyo creador supo adaptar a otro medio sin que perdiera la esencia que la convirtió en una buena historia en primer lugar. 20th Century Fox compró los derechos el mismo año en que salió la novela pero el proyecto quedó en stand by hasta 1987. Lo cierto es que su acogida en las salas de cine fue más bien fría, sin recaudar demasiado, pero su lanzamiento en VHS multiplicó las ventas y la convirtió en un icono para toda una generación. Tanto tiempo después, todavía se escucha la frase “Me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate para morir” o “Como desees”. ‘La princesa prometida’ sigue siendo un clásico del cine cargado de nostalgia y una magia única.