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Buscando a LUCA, el origen de todo lo viviente

Los científicos deducen que la biología terrestre se ramificó de un solo organismo, nos cuenta Roger Corcho

Los fósiles de los organismos vivos más antiguos que se conocen se encontraron en el noroeste de Australia y tienen 3.400 millones de años de antigüedad. Aunque científicos como el paleobiólogo recientemente fallecido Martin Brasier han planteado que esas mismas estructuras se podrían haber originado por simples procesos físicos, comúnmente se acepta que son la firma de cianobacterias.
No hay que olvidar que estas son un tipo de microorganismos fotosintéticos que aprovechan la energía solar para obtener hidrógeno del agua y liberar el oxígeno restante a la atmósfera. Esta actividad metabólica habría transformado nuestro planeta.
Tal y como explica el bioquímico Nick Lane, del University College de Londres, en declaraciones a MUY, “el tipo de química que se necesita para el origen de la vida requiere la ausencia de oxígeno”, rasgo que caracterizó a la atmósfera terrestre hasta que surgieron los primeros microbios.
Desde entonces, la posibilidad de que otro ente orgánico emergiera de un medio abiótico, inerte, se redujo a cero.  Todos los seres vivos que existen usan el mismo alfabeto genético, basado en solo cuatro letras: adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina (C).
Este “libro de instrucciones” no solo es capaz de codificar la información del ADN y determinar el metabolismo de la célula, sino también de transmitir dicha información a la descendencia. Siempre se repite la misma ruta: el ácido ribonucleico (ARN) extrae y transporta las directrices contenidas en el ácido desoxirribonucleico (ADN) hasta los ribosomas, las fábricas celulares de proteínas.
Tales coincidencias indican que todas las células comparten un único tatarabuelo, al que se ha bautizado como LUCA –último antepasado común universal, según sus siglas en inglés–, organismo hipotético del que no hay restos fósiles. Hasta ahora se creía que esa criatura primordial surgió hace 3.700 millones de años, pero un nuevo hallazgo podía retrasar su nacimiento.
Se trata de unos cristales de zircón, con una antigüedad de 4.100 millones de años, que muestran ciertos vestigios orgánicos de probable origen biológico.     Surgiera cuando surgiera, LUCA parece un ente demasiado complejo y perfecto. Antes debió  de darse un conjunto de pasos intermedios que desarrollaron los ciclos y procesos metabólicos y replicativos necesarios para la vida.
Otros grandes enigmas de la ciencia en el dossier del Muy Interesante número 417, escrito por Roger Corcho.
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