Muy Interesante
Los pediatras recomiendan que los bebés entren en contacto con el medio acuático en los primeros meses de vida, ya que esta experiencia favorece tanto su desarrollo psicomotor como intelectual. Eso sí, la piscina debe estar acondicionada para los niños más pequeños: temperatura del agua en torno a 32º C, cloración inferior al 0,6 y, si es posible, presencia de un monitor infantil. También hay que tomar una serie de precauciones, como meter al bebé con cuidado para que no bucee hasta que se haya adaptado al medio, cosa que no le resulta nada difícil porque lo vivió antes de nacer, y hasta que tenga el reflejo de la apnea desarrollado, ya que de lo contrario seguirá respirando al sumergir la cabeza.

La ventana a un mundo en constante cambio

Muy Interesante

Recibe nuestra revista en tu casa desde 39 euros al año

Suscríbete
Suscripciones a Muy Interesante
tracking