Muy Interesante

Aunque suene a broma, existe realmente una unidad para medir la fuerza de un olor, el olf. Un olf equivale a la emisión aromática de un adulto que se ducha 0,7 veces y se cambia de ropa interior a diario, mientras realiza sentado una actividad cotidiana. Esta medida es utilizada por los expertos en olfatometría, disciplina que se ha desarrollado ante la necesidad de estimar las molestias olfativas que pueden causar los materiales de construcción o los elementos que integran los edificios, como pinturas, aislantes, tejidos... Incluso se ha comprobado que los aromas emitidos por algunos de estos materiales causan trastornos de la salud que en el mundo anglosajón se conocen como sickbuilding syndrome. El olfatómetro es el aparato que mide la fuerza, no el hedor, de un olor. Por ejemplo, una alfombra sintética emite 0,4 olfs/m2; el mármol, 0,01olfs/m2; un niño de 12 años jugando, 2 olfs; un deportista, 30 olfs; y un fumador habitual, 25 olfs.



La ventana a un mundo en constante cambio

Muy Interesante

Recibe nuestra revista en tu casa desde 39 euros al año

Suscríbete
Suscripciones a Muy Interesante
tracking