¿Contaminan las desaladoras?
El principal problema ecológico de las desaladoras es que inciden de forma perniciosa sobre las praderas de Posidonia oceanica, la planta marina fanerógama en la que se basa todo el ecosistema litoral nerítico, es decir, las aguas situadas por encima de la plataforma costera. Estos prados marinos, además de impedir la desaparición de la arena de las playas, constituyen el sitio de cría de los alevines.
Las posidonias soportan una salinidad límite de 38,4 gramos de sal por litro de agua, una barrera que es superada con creces por los emisarios submarinos de las desaladoras, que vierten una concentración de salmuera de 70 gramos por litro. Atajar este grave impacto medioambiental es el gran reto técnico con el que se enfrenta el plan de desaladoras propuesto por el actual Gobierno como alternativa al PHN.