¿El marisco sufre al cocerse?
Los neurólogos distinguen tres niveles de percepción dolorosa: la nocicepción, el dolor y el sufrimiento. Al introducir, por ejemplo, una langosta en agua hirviendo, las terminaciones nerviosas de los llamados receptores mecanicotérmicos desatan una respuesta dolorosa que se traduce en convulsiones y temblores. Pero probablemente la langosta no experimenta la percepción de este dolor, o sea, el sufrimiento. Esta respuesta sólo ha sido descrita hasta ahora en mamíferos, aves y algunos peces, que son capaces de memorizar el dolor y la fuente que lo ha producido. Las langostas y demás crustáceos son desmemoriados a este respecto. No obstante, los científicos no han dado por zanjado el asunto y siguen investigando hasta qué punto son inmunes al sufrimiento.