Si compro un eléctrico, ¿qué necesito saber?
Si te planteas la compra de un eléctrico pero tienes dudas, te explicamos todo lo que debes saber para cambiarte a la movilidad cero emisiones.
El ejecutivo español declaró la emergencia climática y ambiental el pasado 21 de enero, siguiendo las recomendaciones de una comunidad científica que reclama la acción urgente. Esta declaración compromete a España a desarrollar líneas de acción para hacer frente a una situación fuera de control, aprovechando los beneficios que ofrecen los avances tecnológicos en pro de la transición ecológica.
Las palabras suenan muy bien pero ¿qué significa eso para la población? Las primeras consecuencias se han dejado notar en las ciudades más habitadas, como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga, que han visto aplicados protocolos anticontaminación que limitan la circulación de vehículos viejos por sus metrópolis. Ante tales leyes, que han llegado para quedarse y mejorar la polución, muchos usuarios se plantean la compra de un vehículo eléctrico. Bien sea por conciencia social o por evitar problemas legislativos el interés está ahí, y también las dudas. Si estás pensando en convertirte en un orgulloso propietario de un coche eléctrico pero tienes preguntas, no sufras, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber para cambiarte a la movilidad cero emisiones.
El objetivo de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada en mayo, ha puesto sobre el papel la intención de poner fin a los modelos de combustión interna. Ese año, en España, será 2050, por ahora. No solo eso, el objetivo es que el país sea neutro climáticamente hablando para esa década, contando que el sistema eléctrico deberá nutrirse de energías renovables. Tenemos tres décadas para cambiar nuestras costumbres y evitar así las emisiones durante nuestros traslados en vehículo privado. Para conseguirlo debemos perder el miedo a la movilidad eléctrica y los desafíos que esta comporta. Los principales escollos de este tipo de modelos son tres: la autonomía reducida, el tiempo y proceso de carga y el precio.
El último aspecto es el más salvable, empezando por las ayudas que ha puesto en marcha el Estado gracias a los fondos europeos. El plan MOVES II ha motivado la renovación de muchos garajes y, al incentivar la compra sostenible, el comprador ha respondido con un interés creciente por ese tipo de vehículos. Además del apoyo por el achatarramiento de un vehículo de más de 20 años (500 euros), el estado compensa la adquisición con hasta 4 000 euros en caso de ser 100% eléctrico. Esa subvención, más los 1 000 euros de descuento que debe aplicar el concesionario, dejan precios realmente interesantes. ¿Quieres saber más? En la galería te contamos todo lo que debes saber sobre los vehículos eléctricos.

El mercado empieza a crecer y los precios empiezan a bajar. Si quieres conocer los coches eléctricos más baratos, sin ayudas ni descuentos previos, no dudes en leer este artículo. Si te interesan más los híbridos enchufables, no te pierdas los 12 PHEV más baratos del mercado español.

La movilidad eléctrica parece la mejor opción pero, ¿realmente necesito un eléctrico? Es más, ¿puedo ser propietario de un eléctrico? Existen muchos aspectos a tener en cuenta antes de convertirnos en compradores de un modelo cero emisiones. Empezando por el lugar de recarga de este coche.

No deberías comprar un eléctrico si no tienes un punto fijo de carga trifásica (de más de 7 kW de potencia) en tu casa. Si dependes de los puntos públicos, o privados, estarás vendido a la compra de esa energía, que tampoco es tan barata, y al mantenimiento de los puntos de carga, muy variable en nuestro país.

Si tienes un adosado o un chalet con su propio garaje, los problemas son menores. Tan solo tendrás que tener en cuenta las tarifas por tramos, de modo que recargar tu vehículo no dispare el gasto eléctrico del hogar ni dispare los límites del sistema. La instalación de un Wallbox (punto de carga) la realizará una empresa especializada. Un procedimiento que puedes gestionar con el concesionario durante la compra.

La gran mayoría de mortales españoles vivimos en edificios, con muchos vecinos y garajes comunitarios. En dicho caso, la Ley de Propiedad Horizontal nos permite instalar un punto de carga sin necesitar la aprobación de la junta de propietarios. Desde 2009 basta con informar por escrito al presidente o administrador de la comunidad. El circuito instalado debe ser exclusivo y no superar los 9,2 kW de potencia, suficiente para la carga trifásica más corriente de 7,4 kW.

La recarga de oportunidad es aquella que realizaremos durante los viajes largos o a la hora de ir a comprar. Cada vez son más los centros comerciales con puntos de recarga trifásicos gratuitos, e incluso supercargadores. Esta nunca deberá ser nuestra única opción de carga, ya que estaremos a merced del mantenimiento de dichos puntos, del número de cargadores, la velocidad de estos y la presencia de otro vehículo.

Si dependes de la recarga de oportunidad tendrás otro problema. En España existen más de 40 operadores de carga distintos, con su suscripción, su tarjeta y sus procedimientos de pago. Porque no, la electricidad no te saldrá gratis. No es lo mismo ir a un punto de Iberdrola o Endesa que intentar enchufarte en la red pública del ayuntamiento de Madrid. Con el objetivo de facilitar la vida de los propietarios, los fabricantes tratan de colaborar con cuantos más mejor. Es el trámite más engorroso de tener un eléctrico, sin duda.

Si os habéis interesado por un eléctrico os sonará el concepto red de carga. Tesla ha trabajado previamente para ofrecer una red de supercargadores realmente interesante, repartido por España pero también Europa. La red Ionity, una joint venture formada por el resto fabricantes como BMW Grupo, Daimler AG, Volkswagen AG y Ford Motor Company, trata de hacer la competencia a la compañía americana. Las electrolineras todavía no son una realidad en España.

Una vez sabemos las complicaciones de la carga toca conocer qué tipo de conectores y cargas existe. El conector rápido más visto en España será el conector combinado o CCS, presente en los puntos de carga rápida y la red Ionity. Luego está el Tipo 2 o Mennekes, que se estableció como el estándar en la Unión Europea y que permite cargas lentas de hasta 16 A y cargas rápidas de hasta 43,8 kW. Esta opción es necesario para las cargas trifásicas así que deberás hacerte con uno.

La carga de un coche puede ser lenta o rápida y dependerá del conector utilizado pero también de la capacidad del coche de aceptar la carga. La carga súper lenta, por debajo de 10 A, no es recomendable por el tiempo de espera. La más habitual, o aconsejable, es la de 16 A (de 3,6 kW hasta 7,4 kW) por tener un equilibrio entre tiempo de carga y salud de la batería.

La carga semi-rápida se realiza a partir de los 11 kW hasta los 22 kW y la rápida es la de 50 kW, recomendable durante viajes largos. Los supercargadores de 150 kW son los más escasos y no todos los eléctricos son capaces de aceptar dicha carga.

Conducir un coche eléctrico no tiene nada que ver. Es un modo de transporte silencioso e incluso tranquilizante. Al no tener la vibración del motor, el nerviosismo y la necesidad de cumplir con el régimen de vueltas desaparece. A cambio aparece la conocida como ansiedad por autonomía eléctrica, que es el miedo a quedarnos sin batería en medio de la nada. Esa sensación desaparece cuando estableces una rutina con tu eléctrico y mejorará al paso que vayan apareciendo más puntos de carga rápidos por España.