Mustang y eléctrico, es posible
Nos ponemos al volante del nuevo Ford Mustang Mach-E, el primer eléctrico de la firma americana que recibe el honor de lucir el pony en su parrilla.
No voy a negarlo, cuando Ford presentó el Mustang Mach-E fui de los que clamó venganza por usar un icono del automóvil para un vehículo eléctrico. Hablo del famoso pony americano que lucen las parrillas de estos coches, de espíritu indomable y carácter vintage muy alejado del concepto de coche cero emisiones. El paso del tiempo, como en todo, me ha ayudado a comprender la decisión de la firma. Ford pretende mostrar un futuro capaz de aunar diversión, autenticidad y responsabilidad por el medio ambiente. No les falta razón, pero a medias. Tras ponerme al volante de este SUV eléctrico me cercioro de que el porvenir es diferente, que no peor. Las sensaciones distan mucho de ser las típicas de un muscle car, pero , a cambio, estamos ante un Mustang que encaja en el parking de una familia.
Sobre el primer eléctrico de Ford eléctrico os hablamos largo y tendido en este artículo. Lo hemos visto aparecer, lo hemos conocido de primera mano y al fin podemos recorrer los primeros kilómetros con el Ford Mustang Mach-E. Antes de pasar a hablaros de su comportamiento dinámico, repasemos cuál es la oferta comercial de este modelo en España. Existen cinco versiones del Mach-E que surgen de la combinación de tres niveles de potencia, dos tipos de tracción y dos baterías de diferente tamaño.
A día de hoy, si vas al concesionario Ford podrás elegir entre las variantes de tracción trasera de 269 CV y 400 kilómetros de autonomía o la de 294 CV con 610 km de autonomía. Si optas por la tracción a las cuatro ruedas (AWD) las autonomías se reducen a 400 kilómetros para el de 269 CV y a 540 km para el de 351 CV. El Mustang Mach-E GT todavía no está disponible pero tendrá 487 CV y alcanzará los 500 kilómetros de autonomía, todos los datos en ciclo WLTP. Durante nuestro breve contacto pudimos conducir el modelo con más autonomía del portfolio, la elección indicada para viajar o para aquellos que lo quieran utilizar durante su día a día. Os explicamos más sobre las sensaciones de conducción en la siguiente galería.
Está claro que el Mach-E no conserva el espíritu de los V8 pero, estéticamente, han conseguido encajarlo en su gama. El estilo SUV de su carrocería ya no nos sorprende, muchas marcas de deportivos han caído en la moda por un detalle obvio: el mercado los demanda.
Era difícil adaptar las líneas de un Mustang a un todocamino, pero lo han conseguido. Sus cotas, de 4,71 metros de largo por 1,88 m de ancho y 1,59 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,98 m, lo convierten en un modelo grande. Tiene un maletero de 483 litros de capacidad, pequeño para su tamaño pero en la media de su segmento.
Competirá en el segmento de SUV’s eléctricos contra modelos como el BMW iX3, el Jaguar I-Pace o el Mercedes-Benz EQC. Su mejor baza, además del diseño, es su relación calidad-precio, con una oferta comercial que parte de los 48 473 euros para el Mustang Mach-E RWD de 269 CV y batería de 76 kWh.
El Mach-E está disponible en versión RWD (tracción trasera) o AWD (tracción total). Después, deberemos escoger entre el nivel de autonomía Rango Estándar (batería de 75,7 kWh) o de Rango Extendido (batería de 98,7 kWh). Esto nos ofrece hasta cinco versiones diferentes en función de su combinación.
Las prestaciones, como es de esperar, también cambian en función de la combinación elegida pero todos tienen la velocidad máxima limitada a 180 km/h. Si lo que buscas es un Mustang de datos estratosféricos deberás esperar al Mach-E GT, con 487 CV de potencia y 860 Nm de par máximo que acelera de 0 a 100 km/h en 4,4 segundos.
El equipamiento de serie del Mustang Mach-E no está nada mal, empezando porque cuenta con tecnología LED de serie. Las llantas del modelo de acceso son de 18 pulgadas, los asientos son calefactados y llega con la enorme tablet vertical de 15,5 pulgadas, junto al cuadro de instrumentación digital de 10,2 pulgadas.

Sin duda sentarse al volante del Mach-E recuerda, ligeramente, a los famosos Tesla. La pantalla central tiene mucho que ver pero también han trabajado en la calidad percibida. Ponemos en marcha su silencioso motor y nos dirigimos a nuestros primeros kilómetros de paz y tranquilidad en un Mustang, ¡Qué paradoja más interesante!.

En cuestión de metros nos damos cuenta que no estamos ante el típico Mustang, este Mach-E está pensado para el viejo continente. La firma ha trabajado en un esquema de suspensiones confortable, más que deportivo, y la suavidad de su rodadura hace que los kilómetros se nos pasen volando. La insonorización del habitáculo es muy buena y apenas se cuelan ruidos del exterior.
Finalmente Ford ha decidido lanzar el Mach-E con los modos de conducción: Active, Whisper y Untamed. Es una nomenclatura americana pero vendrían a ser los Normal, Eco y Sport que ya conocemos y que modifican la respuesta del motor y el chasis para una conducción al gusto del conductor.
No diría que el Mach-E destaque por su garra en un tramo de curvas pero se resolvió de maravilla. Podemos jugar con los modos de retención del e-pedal a través del menú de la pantalla principal, algo que complica ciertamente su navegación. Los pasos de una curva a otra me resultaron estables, firmes y muy seguros, al igual que su frenada.
El centro de gravedad es otro de los puntos positivos del Mach-E que, pese a ser un SUV, consigue transmitir bien lo que sucede bajo tu trasero. Además, no superamos los 18,3 kWh/100 km, un dato de consumo muy positivo para un coche de tamaño considerable y que invita a conducirse ligero.
En definitiva, estamos ante un Mustang que no tiene la esencia y el espíritu gamberro de los coches americanos de antaño pero que se ha adaptado muy bien a la actualidad. Deberemos esperar al modelo GT para hablar de la electrificación más pasional pero, mientras tanto, podemos hacernos con un pony cero emisiones desde 48 473 euros, que no está nada mal.