
Mazda MX-30: el vehículo que recicla plástico
El Mazda MX-30 es el primer modelo 100% eléctrico de la firma y su tapicería está fabricada en un material desarrollado a partir de botellas de PET recicladas.
Mazda completa su transición hacia la electrificación con el lanzamiento de su primer modelo 100% cero emisiones: el Mazda MX-30. Este todocamino compacto debe hacer su aparición durante el segundo semestre de 2020, siempre y cuando el coronavirus no haya afectado a su plan de fabricación y comercialización. La más destacable de sus peculiaridades es la ausencia del pilar central y la apertura, al revés, de las puertas traseras. Como curiosidad, este mecanismo tan futurista recibe el nombre de puerta suicida y se utilizaba en los primeros Fiat 600. Sin embargo, existe un detalle más importante para la firma: la sostenibilidad. Mazda lleva más de tres décadas volcado en el reciclaje de plásticos y el aprovechamiento de los vehículos dados de baja. Con el lanzamiento del MX-30 han querido ir un paso más allá, utilizando botellas PET recicladas para fabricar el tejido de la tapicería.
Este textil, utilizado en la sección superior de las puertas del nuevo MX-30, no es el único recurso vanguardista de la firma. Mazda desarrolló un bioplástico de alta calidad en 2015, montado por primera vez en el MX-5. Un material que se usa en las puertas delanteras y traseras de este nuevo SUV urbanita. Además, la semipiel Premium Vintage que luce en los asientos, consigue una textura de cuero clásica gracias a la utilización de agua y silicona durante su fabricación.
El concepto emergencia climática lleva unos pocos años con nosotros. La situación crítica de nuestro planeta ha tomado protagonismo, convirtiéndose en un concepto esencial de los programas políticos de toda Europa. El reciclaje y la reutilización es el primer paso hacia la sostenibilidad, un proceso que Mazda supo reconocer hace tres décadas. En 1992 fue el primer fabricante en reciclar parachoques, utilizados para crear bolígrafos o nuevas piezas de interior para modelos en producción. Un proceso que mejoró hasta poder reutilizarlos en el refuerzo de parachoques, allá por 2001, y transformarse en piezas completamente nuevas en 2007. En 2011 Mazda dispuso de la tecnología para reconvertir esos plásticos en resina para nuevos parachoques, un sistema que se estrenó en el Mazda Biante.

El Mazda MX-30 es el primer modelo 100% eléctrico de la firma. Sus medidas son: 4,39 metros de largo por 1,79 m de ancho y 1,57 de alto con una distancia entre ejes de 2,65 metros. La ausencia del pilar central permite abrir las puertas traseras al revés, una solución muy vista en prototipos pero poco común en modelos de producción. Su maletero tiene 430 litros de capacidad.

Todavía no se sabe demasiado sobre su mecánica pero tendrá 143 CV de potencia y su batería, de 35,5 kWh, rondará los 200 kilómetros de autonomía. En 2021 llegará una versión de autonomía extendida que contará con el apoyo de un motor de combustión. Este propulsor, tipo rotativo, no moverá el coche pero se encargará de recargar la energía, como sucede con algunas variantes del BMW i3.

En 2015 Mazda desarrolló un bioplástico técnico, derivado de plantas, que reducía el consumo de hidrocarburos y las emisiones de CO2. Este material, se transformaba en etanol que, más adelante, se utilizaba para pintar los plásticos tanto del interior como del exterior del coche.

Ese bioplástico no se conseguía a través de un cultivo alimenticio, como sí sucede con el etileno y polipropileno derivado de la soja o el maíz. El primer modelo en utilizarlo fue el MX-5 de 2015 pero pronto se incorporó a los CX-5, Mazda2, Mazda3 y Mazda CX-30. El nuevo MX-30 también hará uso de este plástico orgánico.

El MX-30 utiliza láminas de corcho, extraído del alcornoque, para revestir las superficies duras de la consola central y la zona interna de las puertas delanteras. Mazda se fundó como empresa tratante de este material que proviene, principalmente, de Portugal. El país vecino es el mayor productor de corcho del mundo con un 54% de la cota de mercado.

Los asientos del nuevo Mazda MX-30 parecen de cuero pero no lo son. La semipiel Premium Vintage consigue dar el pego mediante un proceso de fabricación algo distinto. Este textil se fabrica empleando agua en lugar de disolventes orgánicos y se aplica una capa de silicona, con un espesor concreto, para conferirle el tacto clásico del cuero.

Mazda lanzó el plan ‘Zoom Zoom sostenible 2030’ en 2017, una hoja de ruta que busca enriquecer la vida de las personas a través de la adquisición de uno de sus coches. Para ello desarrollarán tecnologías que ayuden a resolver los problemas de nuestro planeta pero también de la propia sociedad.