La revolución eléctrica de Peugeot
Peugeot lanzó su primer modelo 100% eléctrico en los años cuarenta y, desde entonces, ha presentado prototipos de todo tipo hasta la llegada del e-2008.
Existen muchas teorías sobre el fracaso de la energía eléctrica como medio de propulsión para los automóviles. Es más, el primer coche era eléctrico y lo desarrolló Robert Anderson entre 1832 y 1839. Tres décadas más tarde apareció el primer vehículo impulsado por un motor térmico, con ventajas claras en autonomía y funcionalidad. La investigación no se paralizó y consiguió afrontar los inconvenientes de la movilidad cero emisiones gracias al montaje de baterías recargables. En 1900 algunos taxis de Londres no emitían un solo gramo de CO2 de modo que las dudas son lógicas: ¿Por qué no tuvo éxito el coche eléctrico? Algunos hablan de complot, lobbies e intereses industriales de países con interés en los combustibles fósiles. Lo más probable es que, pese a la utilidad urbanita de modelos como el Peugeot VLV, las necesidades de una sociedad en plena expansión no fueran correspondidas por vehículos limitados en autonomía.
Como habéis leído, Peugeot era uno de los agentes protagonistas de la movilidad limpia del siglo pasado. La propulsión eléctrica impulsó proyectos dentro de la compañía en 1902, centrados principalmente en vehículos de reparto. La primera unidad fue comercializada en 1941 y se llamó VLV (Vehículo Ligero de Ciudad). Fueron realmente útiles durante la Segunda Guerra Mundial y la escasez de combustible pero su producción acabó en 1943. Por suerte, la semilla de la innovación quedó plantada en las entrañas de Peugeot y la electrificación nunca llegó a desaparecer de sus despachos. En los años 70 y 80 la firma presentó diversos prototipos eléctricos gracias a la colaboración con otras compañías.
Estos modelos de exposición dieron paso a un programa de Peugeot 106 eléctricos, una operación llamada “50 vehículos eléctricos en La Rochelle”. Las intentonas no se quedaron ahí y los concept cars siguieron apareciendo. Por los salones de todo el mundo se han paseado prototipos como el ION (1994), el BB1 (2009) o el EX1 (2010), todos ellos eléctricos y portadores de tecnología de vanguardia. Un camino de innovación que les ha permitido afrontar el gran reto de la industria del automóvil del siglo XXI: la reducción drástica de emisiones. La gama del león estará electrificada al 50% este mismo 2020 y el 100% de sus modelos presentarán una variante ECO para 2025.

El Peugeot VLV es el primer coche 100% eléctrico de Peugeot y data de 1941. El Vehículo Ligero de Ciudad era un automóvil biplaza y cabrio de cotas muy reducidas. Funcionaba mediante baterías, colocadas en el maletero delantero, y un motor eléctrico que no pasaba de los 35 km/h. Alcanzó los 80 kilómetros de autonomía antes de finalizar su producción en 1943, con 377 ejemplares vendidos.

La firma del león ya comercializaba algunas variantes eléctricas en el mercado profesional de 1989 pero con el 106 ELECTRIC, lanzado en 1995, dieron el paso definitivo. Antes, realizaron un programa en colaboración con la EDF y la a Comunidad de Ciudades de La Rochelle. Durante un par de años, veinticinco 106 Electric estuvieron circulando por sus calles para poner a prueba su viabilidad. Se vendieron un total de 3 542 unidades de 106 eléctrico entre 1993 y 2003.

La propulsión eléctrica todavía no estaba suficientemente desarrollada. Los proyectos de producción fracasaron pero Peugeot no renunció a la investigación. En 1994 se desveló el Ion, un concept car urbanita equipado con tecnologías futuristas y propulsión eléctrica. Su diseño ofrecía un nivel de confort superior con soluciones que ahora damos por sentadas. Por ejemplo, montaba un reproductor de CD, pantalla de cristal líquido y huecos para adaptar los videojuegos de los más pequeños.

El Peugeot Tulip fue presentado en 1996 como un vehículo preocupado por la reconciliación con el planeta y el medio ambiente. Desde la firma del león querían plantear un transporte urbano limpio, individual y público. Una estación central se encargaría de las reservas, el mantenimiento y la facturación de su utilización. ¿Os suena? Fue la semilla de lo que ahora conocemos por carsharing.

El Peugeot Touareg se presentó en 1996 en el Salón del Automóvil de París. Finalmente, ese nombre se lo adueño Volkswagen para su todocamino más grande. Curiosamente, la firma francesa planteaba un prototipo aventurero con baterías de hidruro de níquel / cadmio situadas en los respaldos de los asientos. Con 300 kilómetros de autonomía, el Touareg mostraba una propulsión eléctrica realista y divertida.

El stand de Peugeto del Salón de París del 2000 fue una declaración de intenciones. La firma presentó cuatro concept cars bajo la temática “año 2000” y “movilidad urbana”. Dos de los prototipos eran eléctricos: e-doll y Bobslid. El primero de ellos montaba un propulsor derivado del scooter Peugeot Scoot’elec y tenía espacio para tres personas.

El Peugeot Bobslid entró dentro del proyecto futurista de Gérard Welter. El e-doll y este modelo se enmarcaron dentro de la familia City Toyz por su carácter urbanita y su propulsión eléctrica. El Bodslid utilizaba 40 motores eléctricos distribuidos en sus cuatro ruedas motrices y se conducía a través de un joystick.

Peugeot presentó el BB1 en el Salón de Frankfurt de 2009. Este prototipo ofrecía una habitabilidad sorprendente para sus 2,50 metros de largo y su diseño no pasó desapercibido. Su carrocería estaba fabricada en carbono por lo que apenas pesaba 600 kg con la batería incluida. Su autonomía rondaba los 100 kilómetros.

Con motivo del 200 aniversario de la firma Peugeot, sus ingenieros desarrollaron un prototipo 100% eléctrico y emocional. Se trataba de un roadster biplaza de aspecto alucinante y prestaciones escandalosas. Gracias a sus dos motores eléctricos, el Peugeot EX1 alcanzaba los 340 CV en un sistema de tracción integral. Alcanzaba los 260 km/h en 5,1 segundos y el cero a cien lo completaba en solo 2,24 segundos. Esos datos le sirvieron para batir seis récords mundiales en el circuito de Montlhéry y en China.

La experiencia extraída durante todos estos años ha permitido a Peugeot afrontar el desafío más complicado para la industria del automóvil: la electrificación. La urgencia de la crisis climática ha acelerado su introducción y la firma del león está preparada. El Peugeot e-2008 es un ejemplo, como también lo es el e-208. Este compacto de diseño deportivo y sofisticado, encaja en el uso urbanita que reclaman sus clientes.