
Carnavales famosos en la ficción
Repasamos algunos de los libros, cómics y películas más famosas en los que el carnaval es otro personaje en la trama.
El calendario está lleno de fechas importantes y celebraciones, momentos en los que la tradición de otros tiempos se restaura y la cotidianidad del día a día se ve rota por un breve periodo de tiempo. Aunque cada país, e incluso cada región o ciudad, tiene sus propias fiestas hay algunas que se destacan y se repiten (aun con sus variantes) a lo largo y ancho del globo: las fiestas religiosas, las navidades, las fiestas nacionales, el recuerdo a los difuntos y el carnaval. Esta última es especialmente interesante ya que supone una pequeña brecha mayor con el día a día.
El origen del carnaval es relativamente incierto y tiene “un poco de aquí y un poco de allá”. La primera celebración que suele plantearse como predecesora del carnaval es la Saturnalia o Saturnales, una fiesta romana en honor a Saturno en la que los esclavos eran liberados de sus responsabilidades y se les permitía interactuar y celebrar con sus amos, diluyéndose así las separaciones entre clases sociales que en cualquier otro momento del año hubieran sido insalvables. En la Edad Media, y tras varios intentos infructuosos de la Iglesia Católica de erradicarlas, empiezan a proliferar las fiestas que imitaban este ambiente de jolgorio y libertad que había en Roma, las cuales acaban siendo asimiladas por países europeos como España, Francia, Italia o Portugal. Estos países acabarían por exportarlas en sus colonias del Nuevo Mundo.
Así las cosas, es innegable el carácter popular del carnaval, una fiesta pensada para el pueblo llano que sigue celebrándose en todo el mundo y se ha convertido en un referente cultural. No es extraño, por lo tanto, la presencia de esta fiesta en productos narrativos como libros, películas o teatros. La fiesta de carnaval evoca misterio, celebración, color, anonimato, música y grandes agrupaciones de gente que juegan, tal vez sin saberlo, un disimulado papel dentro de un tablero mayor de lo que ellos mismos se imaginan.
Partiendo de esta idoneidad del carnaval para ser escenario de trepidantes historias, recopilamos algunos ejemplos significativos de libros, novelas gráficas y películas en los que la fiesta de las máscaras ha sido muy importante.

Esta maravillosa novela del romántico francés por excelencia nos ofrece una escena en su Libro Primero que, para muchos, se sitúa en una fiesta muy parecida al carnaval. Se trata de la Fiesta de los Locos, celebración en la que el populacho elige al rey de los locos en base a un concurso de muecas. Qué sorpresa se llevarían al descubrir que el ganador no portaba máscara alguna, sino que era el rostro del misterioso campanero Quasimodo.

Entre las idas y venidas de Edmundo Dantés y su maquiavélico plan de venganza, Alejandro Dumas nos ofrece un breve vistazo al carnaval de Roma desde los ojos del joven Alberto de Morcef, hijo de Mercedes y Fernando Mondego. Los capítulos que transcurren en Roma y los sucesos que allí tienen lugar son claves para la trama, ya que permiten al vengativo conde entrar en la vida de quien fue su amada y su mejor amigo.

El Arcipreste de Hita plantea en su título más conocido una curiosa situación llena de simbolismos y con ese tono tan propio de la parodia épica medieval: la “Pelea que ovo entre don Carnal con la Cuaresma”. Representado como una batalla entre dos ejércitos, el Arcipreste plasmaba el paso del desenfreno gastronómico que suponía el carnaval (con amplio consumo de carne) al ayuno y la vigilia de Cuaresma en la que la carne era sustituida por pescado.

El autor del inmortal Fausto (1772-1831) nos introduce con este cuaderno de viaje en todo el folklore y el colorido de Roma durante su fiesta de carnaval. Con un estilo profundamente romántico y ricas descripciones, la ciudad eterna abre sus puertas y sus secretos en este libro originalmente acompañado por las ilustraciones de Georg Melchior Kraus.

Aunque la única relación directa que se puede encontrar entre esta novela y la fiesta que nos ocupa es que comienza en la noche de carnaval, no queríamos perder la ocasión de mencionar a la gran Ana María Matute. Sin ser la obra más conocida de la autora española, Fiesta al Noroeste plantea un interesante retrato de la condición humana desde la niñez.

John Kennedy Toole no consiguió publicar su novela y esa sensación de fracaso le llevó al suicidio. Fue el empeño de su madre el que consiguió que La conjura de los necios viera la luz y se convirtiera en un auténtico fenómeno merecedor de un premio Pulitzer. Esta tragicomedia se sitúa en Nueva Orleans, ciudad portuaria del sur de Estados Unidos famosa por su festival Mardi Gras. Aunque no es importante en la historia, esta celebración próxima al carnaval está presente a lo largo de toda la novela.

La ciudad de Cádiz se viste de gala para celebrar su carnaval, una fiesta con tradición y un estilo muy marcado que cada año reúne a miles de personas que quieren pasarlo bien unos días. Este escenario es en el que Fernando Macías Grosso situó su trilogía de novelas policiacas en las que la fiesta más alegre del año queda manchada de sangre por un siniestro crimen.

Blacksad es una serie de novelas gráficas que homenajean la mejor narrativa noir en las que un gatuno detective debe resolver casos de desapariciones y asesinatos. En su cuarta entrega (El infierno, el silencio), John Blacksad se traslada a Nueva Orleans para buscar a un heroinómano en paradero desconocido. De nuevo nos encontramos con el Mardi Gras en todo su esplendor y un curioso contraste entre la festiva superficie y los oscuros bajos fondos de la ciudad, plagados de alcohol, drogas, violencia y personas con sueños rotos.

Ganadora del Oscar a Mejor Película de Habla Extranjera y a la Palma de Oro del Festival de Cannes, esta mítica película del cine brasileño traslada el mito de Orfeo y Eurídice a Rio de Janeiro durante su famoso carnaval. Esta historia de amor se reimagina entre las calles y rincones de Rio y bajo el rítmico sonido de la samba.

Peter Fonda y Dennis Hopper protagonizan esta road movie en la que dos jóvenes moteros cruzan Estados Unidos para asistir a Mardi Gras (sí, otra vez Mardi Gras). La película presenta, a lo largo de todo el viaje, algunas de las realidades más pintorescas y características de los años 60 en el llamado país de las libertades.

Venecia presume de tener el carnaval más antiguo del mundo y su rica y exuberante estética, basada en el misterio, los trajes de época y el elegante y sobrecargado estilo barroco lo han convertido en uno de los más mitificados. Así, el carnaval de Venecia es un punto de partida perfecto para narrar los amoríos de Giacomo Casanova, el conquistador más famoso de Italia, tanto en su versión de 1976 como en la de 2005.

Esta entretenida (aunque no desternillante) aventura animada nos lleva tras los pasos de dos guacamayos azules que deben escapar de unos contrabandistas en una muy bien recreada Rio de Janeiro que celebra su magnífico carnaval. La película es regulera y el carnaval solo un telón de fondo, pero la ambientación y el colorido mundo que presenta pueden hacer que el viaje merezca la pena.

Aunque estamos acostumbrados a ver al arácnido superhéroede Marvel columpiándose entre los rascacielos de Nueva York, esta película decidió sacarlo de su entorno natural y llevarlo a algunas de las principales ciudades europeas. En la ruta se destaca Venecia, ciudad en la que tienen lugar algunos de los eventos más importantes de la trama y en la que, cómo no, está teniendo lugar la celebración del carnaval.