William Golding (1911-1993) fue un escritor británico que saltó a la fama cuando, tras participar en la
Segunda Guerra Mundial -dirigiendo una unidad de desembarco durante el desembargo de Normandía el día D- publicó
El señor de las moscas, un libro que trata de la condición humana y la naturaleza del mal, y que a fecha de hoy ha vendido más de cinco millones de ejemplares. En la novela, un grupo de niños de 6 a 12 años, aparentemente encantadores, se encuentra por accidente en una isla desierta donde se ven obligados a refundar una sociedad en la que emergen la solidaridad y el egoísmo, la violencia, la irracionalidad... En 1983 se le concedió el premio Nobel de
literatura por la totalidad de su obra.
Un año después de ver la luz
El señor de las moscas, Golding escribió
Los herederos (1955), un relato ambientado en la prehistoria en el que se produce un encuentro entre el hombre de Neandertal y el cruel y salvaje
Homo sapiens.
Golding entabló amistad con el científico
James Lovelock, al que apoyó en su teoría de que la vida en la Tierra se comporta como un único organismo, para que el que el propio Golding sugiere el nombre de
Gaia, la diosa griega. También se le conoce por ser uno de los mayores
defensores de la existencia del Monstruo del Lago Ness.