
Decimos que nos ponen
condiciones leoninas cuando estas son
demasiado duras, abusivas o prácticamente imposibles de aceptar o de cumplir. El término
leonina es el adjetivo que corresponde a
león y alude a una conocida fábula recogida por el griego Esopo en el siglo VI a.C. y titulada "Las partes del León". En ella se cuenta que un león, una zorra y un asno fueron de caza y, a la hora de repartir las piezas capturadas, dividieron el botín en tres partes, el león mató al asno y luego le dijo a la zorra: "La primera para mí, que soy el rey de la selva; quedan dos: una para mí, pues vamos a medias en la caza, y la otra también, si no quieres que te pase lo mismo que al asno".
Según el Diccionario de la RAE, se dice específicamente que
una cláusula o condición de un contrato es leonina cuando resulta
ventajosa para una sola de las partes.