El banco de neologismos

Así, nos hemos habituado a escuchar top manta, barranquismo, grafiti, clicar (que define el acto de pulsar o elegir determinada acción con el ratón del ordenador), ecoturismo o cibercafé. La Universidad Pompeu Fabra de Barcelona lleva años trabajando en un banco de neologismos en el que se recogen estos nuevos términos aún no reconocidos por la Academia que aparecen en periódicos, revistas, radios y televisiones. Hasta ahora se han recopilado unos 40.000, desde aznaridad o aznarismo hasta gore, drag, deluxe o solución habitacional. Aunque no son fáciles de ordenar por categorías, lo cierto es que hay ámbitos donde los neologismos se instalan con mayor asiduidad, por ejemplo, en el lenguaje económico: contraopa, corralito; en el mundo de la informática: cortafuegos, blogosfera, troyano; o en el deportivo: galáctico, crack o cajón como sinónimo de podio. También últimamente han sonado mucho palabras como estatuilla, famoseo, bailabilidad, friki, egiptomanía o espot, aunque la palma, sin duda, se la llevan las que tienen que ver con la construcción europea: eurocámara, eurocandidato, euroelecciones, euroescéptico, euroexigente; euroingénuo?
El banco de neologismos puede consultarse en la página web del Instituto Cervantes: cvc.cervantes. es/obref/banco_ neologismos.