
Psicología
Diez ideas para escuchar mejor
La escucha activa es una herramienta básica de comunicación que requiere de esfuerzo y aprendizaje, pero puede mejorar mucho nuestras relaciones personales y laborales.
Aunque parezca algo sencillo, lo cierto es que la capacidad de escuchar es una de las habilidades más difíciles de aprender y practicar. Aunque pasemos gran parte de nuestro tiempo escuchando a otras personas, muchas veces nos distraemos, comenzamos a formular respuestas antes de que nuestro interlocutor termine, o interrumpimos para hacer algún comentario. Todo ello nos impide comprender realmente a la persona que nos está hablando, ni mucho menos entender sus sentimientos o su perspectiva.
La escucha activa es un término que describe una forma de comunicación que nos ayuda a obtener más información, mejorar nuestra comprensión de otros puntos de vista, trabajar en equipo e incluso provocar cambios positivos en la vida de los demás. Es un enfoque que requiere esfuerzo: ser capaz de recordar lo que nos ha dicho nuestro interlocutor y de comunicar nuestro interés, así como usar eficazmente tanto la comunicación verbal como la no verbal.
Te proponemos descubrir en este test si sabes escuchar a los demás y, por otro lado, en su libro The Lost Art of Listening (El arte perdido de escuchar), el psicólogo Michael Nichols recopila algunas claves para que aumentemos nuestra capacidad de escucha activa. Te ofrecemos aquí un resumen de sus propuestas.

Siempre aplicamos nuestros prejuicios a las palabras de los demás: darse cuenta ayuda a aminorar el efecto.

Gestos, mirada y tono de voz tienen que demostrar que estás receptivo al otro.

Las preguntas del tipo “¿Cómo acabó lo de tu hijo?” denotan interés; las cerradas, como “¿Todo bien, verdad?”, transmiten desidia.

Nadie te hablará con tranquilidad si se siente juzgado.

No interrumpas continuamente para hablar de ti mismo y tus cosas.

Así comprobará que, efectivamente, estás escuchándola.

El buen oyente siempre ayuda a encontrar un hilo conductor a los acontecimientos.

Es importante que la otra persona sepa que aguantarás que te hable abiertamente de las cuestiones más duras.

Siempre habrá alguna afirmación del otro con la que estés de acuerdo: reconóceselo para que no se sienta atacado cuando difiráis.

Si la situación o tu estado de ánimo no son propicios, explícalo y busca otro momento para hablar.