Vuelven las Oriónidas

La lluvia de estrellas de las Oriónidas está asociada al camino de partículas que dejó el cometa P/Halley cuando pasó cerca del Sol, hace dos décadas. Estas partículas de polvo, normalmente del orden de décimas de milímetros, se incineran al entrar en la atmósfera terrestre, volviéndose incandescentes. Desde hace unos años la actividad de estas fugaces es más intensa de lo habitual, especialmente en 2006, año en que se observaron grandes bolas de fuego que alcanzaron una velocidad de 240.000 kilómetros por hora. Científicos españoles demostraron entonces que el fenómeno era debido a perturbaciones gravitatorias con Júpiter, el planeta con más masa del sistema solar.