No hay dos orejas iguales

El profesor Mark Nixon, que en 2005 fue el primero en demostrar que las orejas eran un parámetro biométrico viable y ha participado en este nuevo estudio, asegura que, frente a otras técnicas biométricas como el reconocimiento de caras, las orejas "tienen una estructura estable que se mantiene desde el nacimiento hasta la edad adulta y que, en lugar de envejecer, sencillamente aumenta de tamaño". Además, su forma no se altera si cambiamos la expresión del rostro. El único inconveniente que habría que solventar, según Nixon, es el hecho de que el pelo puede ocultar las orejas.
Las pruebas con la nueva tecnología con rayos han conseguido alcanzar un grado de acierto del 99,6 % identificando orejas. El trabajo fue presentado en Washington (EEUU) durante la Cuarta Conferencia Internacional en Biometría del IEEE (Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos).