Los pobladores de Atapuerca comían tortugas

Los datos relacionados con el estudio de la dieta cárnica hace más de 1, 2 millones de años son escasos porque hay pocos yacimientos de estas cronologías y, además, las investigaciones siempre se han centrado principalmente en los grandes animales. Sin embargo, los restos de fauna pequeña, como pájaros, roedores, ranas o tortugas, son frecuentes en los yacimientos de este periodo. "Su presencia a menudo se ha interpretado como el resultado de acumulaciones de origen natural o producto de intrusiones de carnívoros y aves rapaces en las cuevas. Aunque estos casos existen, en la Sima del Elefante hemos podido identificar a los grupos humanos como los responsables directos de la presencia de algunos de estos pequeños animales", explica Blasco, que publica sus conclusiones en la revista Journal of Human Evolution.
Casos similares se han identificado sólo en África, concretamente en los yacimientos del Este del lago Turkana, durante el mismo período. Con cronologías posteriores, el consumo humano de tortugas se registra más frecuentemente no sólo en Europa, sino también en Oriente Próximo y África.
Los restos de tortugas usadas con una finalidad nutricional, junto con los restos de un conejo y un pájaro también comidos por los humanos en otros niveles estratigráficos con cronologías similares y las grandes presas, sugieren un comportamiento generalista en cuanto a la dieta cárnica, "lo que podría haber sido una de las claves del éxito de los primeros homínidos que colonizaron Europa hace más de un millón de años", remarca la investigadora del IPHES.