La genética del sueño

Según concluyen en el artículo Trudy Mackay y sus colegas de la North Carolina State University, las moscas macho duermen más tiempo que las hembras, especialmente durante el día. Además, ellos suelen ser más activos que sus compañeras durante el tiempo que permanecen despiertos. Las hembras, por el contrario, tienden a sufrir "ataques" repentinos de sueño, y es más frecuente que su descanso se vea interrumpido.
Analizando el ADN, los investigadores identificaron hasta 1.700 genes asociados a la variabilidad de los patrones de sueño en estos diminutos insectos. Y demostraron que pequeñas mutaciones en algunos de estos genes podían modificar el tiempo que permanecía una mosca durmiendo.
Si conseguimos explicar cómo afecta la genética al ciclo de sueño natural, sostiene Mackay, podría mejorar el tratamiento de los trastornos del sueño, además de reducir enfermedades asociadas al insomnio como la obesidad o la diabetes.