La cabra que vivió como un reptil

Los resultados del estudio histológico de una amplia muestra de huesos de Myotragus muestran que este género insular tenía una fisiología más propia de un cocodrilo que de un mamífero. A diferencia de cualquier otro mamífero, Myotragus crecía a un ritmo lento y flexible, parando el crecimiento periódicamente, llegando a la madurez a edades muy avanzadas y mostrando, por tanto, un considerable aumento de la longevidad, tal y como lo hacen los actuales cocodrilos.
¿Por qué? Los resultados del estudio publicado en la revista PNAS sugieren que Myotragus, a pesar de ser un mamífero endotérmico (de sangre caliente), podía pasar temporadas en estado letárgico cuando las condiciones climáticas y la falta de recursos dificultaban la vida en las islas. La gran abundancia de restos fósiles de Myotragus en cuevas, hace pensar que posiblemente éstas eran usadas para pasar las temporadas más duras. Ahora, los investigadores esperan que el estudio de un bóvido que evolucionó en condiciones de un laboratorio natural (islas) ayude a revelar los mecanismos que influyen en la fisiología de los seres humanos y las causas de la longevidad.
Myotragus es uno de los representantes de la fauna cuaternaria de mamíferos que presumiblemente se extinguió con la llegada del hombre. Otros representantes de aquella fauna son Hypnomys, un roedor estrechamente emparentado con los actuales lirones; y Nesiotites, una musaraña lejanamente emparentada con la "rata aranyera" menorquina.