Cuestionan el papel de la "abuela Ardi" en la evolución de los homínidos

Ahora, ocho geólogos y antropólogos dirigidos por Thure Ceirling, de la Universidad de Utah (EE.UU.), señalan que hay "abundantes evidencias" que indican que Ardi habitaba en la sabana africana en lugar de en bosques. La crítica concluye que Ardi vivió sobre todo en los árboles o arbustos de sabana, con un área de un 5 a un 20% cubierta por árboles o matorrales, y no el mínimo del 60% que exige la definición de un "bosque cerrado". Cerling admite que Ardi podría haber vivido en un bosque con un corredor como un río, pero era un río que atravesaba la sabana. "No era una pradera pura ni tampoco un bosque", asegura Brown.
Estas afirmaciones contradicen con los postulados de White y sus colaboradores, quienes proponen un hábitat que en su mayor parte estaba "poblada de árboles con las copas de sus árboles conectadas", dice Cerling. Según el investigador, su crítica reafirma la hipótesis de la sabana, que propone que hay una conexión entre el inicio de la postura erguida y la expansión de praderas.