Comida a cambio de sexo

Según se puede leer en un artículo publicado hoy en la revista Science, las cicas son plantas dioicas, con los órganos sexuales (conos) masculinos y femeninos en individuos separados. Por eso dependen de que ciertos insectos voladores las polinicen.
Los insectos acuden a la planta en busca de polen (en los conos macho). De forma natural, estos animales saldrían una vez saciados y se irían volando sin más. Pero las cicas tienen otros planes para ellos... Durante el período fértil de estas plantas, que tiene lugar una vez al año y dura menos de un mes, aumentan en varios grados la temperatura de sus conos entre las 11 de la mañana y las 3 del mediodía. Cuando los conos masculinos y femeninos se calientan, ambos liberan una sustancia tóxica con un olor intenso, el beta-mirceno, que empuja a los insectos a salir huyendo sin haber concluido su alimentación. "Imagina a un chico con demasiado after-shave", compara con humor el profesor Roemer, coautor del trabajo. Cuando el olor se reduce, los insectos regresan a las plantas llevando aún a cuestas bastante polen. Algunos van a parar a los conos masculinos, pero otros, confundidos por el olor, se introducen en los femeninos y los polinizan. Un ingenioso método de "repulsión-atracción" que para sus descubridores constituye un claro ejemplo de adaptación evolutiva.