La ciencia es más sorprendente que la ciencia ficción
El mundo de la ciencia ficción nos ha transportado al hiperespacio y ha anticipado en muchas ocasiones avances científicos de gran envergadura. Sin embargo, según el último estudio del profesor Lawrence Krauss de la Universidad estatal de Arizona, la ciencia ficción es la que ha tomado siempre la inspiración de la ciencia de vanguardia de la época.
El mundo de la ciencia ficción nos ha transportado al hiperespacio y ha anticipado en muchas ocasiones avances científicos de gran envergadura. Sin embargo, según declaraciones del profesor Lawrence Krauss de la Universidad estatal de Arizona, la ciencia ficción es la que ha tomado siempre la inspiración de la ciencia de vanguardia de la época.
En el prefacio que realiza el mismísimo Stephen Hawking del best-seller internacional del profesor Krauss titulado “La física de Star Trek”, afirma que “la ciencia ficción sugiere ideas, y los científicos las incorporan en sus teorías; pero, en ocasiones, la ciencia suscita ideas más extrañas que cualquier ficción”. Así, la ciencia ficción ayuda a inspirar nuestra imaginación pero ésta “no concuerda con la realidad”. Y esto es así porque la imaginación de la naturaleza (la realidad) supera con creces la imaginación humana (la ficción).
“Lo más interesante de la ciencia ficción no es en todas aquellas cosas en las que han acertado, sino más bien en las que han fallado”, afirma Krauss. Este cosmólogo y físico teórico ahonda en la cuestión afirmando que, a pesar de todo, es instructivo y divertido comparar la ciencia con la ciencia ficción para toparse con retos (aún no resueltos) tan emocionantes como los viajes en el tiempo o la teletransporación. Aunque Krauss duda de que sea posible transportar a un ser humano de un lugar a otro, sí que apuesta por la teleportación cuántica como modelo revolucionario de la física.
Lawrence Krauss es el único científico galardonado con el premio al conocimiento científico público de la Sociedad para el Avance de la Ciencia de EE UU (2000), el premio Julius Edgar Lilienfeld, de la Sociedad Norteamericana de Física (2001) y el premio Andrew Gemant, del Instituto de Física de Estados Unidos. Entre sus libros más conocidos se encuentra el galardonado “Historia de un átomo”.