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Joan Oró: "Casi todas las moléculas del universo podrían crear vida"

"Casi todas las moléculas del universo podrían crear vida" Nacido en Lleida en 1923, es licenciado en Químicas por la Universidad de Barcelona y doctor por la Universidad de Houston. Entre sus investigaciones destacan la interpretación química del origen de la vida y sus críticas científicas acerca de la existencia de organismos vivos en Marte.

Joan Oró descubrió su pasión por el espacio y el origen de la vida en su Lleida natal. Ayudaba a su padre, que era panadero, y, entre hornada y hornada, el joven Oró tenía una hora para observar el cielo. Aquellas madrugadas de observación e introspección, las habilidades pedagógicas de un par de profesores de instituto y la lectura de libros filosóficos y científicos le condujeron hacia la investigación.
-Desde aquellas madrugadas leridanas la ciencia ha desvelado muchas cosas, pero quizá también ha topado con sus límites...
-Es cierto que la ciencia tiene unos límites. No sólo somos incapaces de responderlo todo, sino incluso de hacer las preguntas adecuadas. Santiago Ramón y Cajal ya dijo: "Mientras el cerebro sea un misterio, el universo continuará siendo un misterio". Si yo tuviera otra vida, me dedicaría al conocimiento del cerebro.

-Empecemos por el principio. ¿Suscribe la teoría del Big Bang?
-La idea de una explosión primordial me resulta muy difícil de comprender. Una masa infinita, una temperatura infinita y una explosión, ¿pero cómo fue el principio de todo? Entre las varias teorías que contrastan la previsión del Big Bang me quedo con una que yo ya intuí en el año 1962. Daba entonces una conferencia en la Academia de Ciencias de Nueva York. Durante la presentación dije que hablaría sobre unos experimentos químicos que muy posiblemente tienen que ver con el origen de la vida, porque dan lugar a la formación de moléculas orgánicas fundamentales, pero, asimismo, comuniqué que no entraría en la cuestión del primer segundo de vida. Durante la comida se me acercó un colega llamado Linde y me dijo que él ya había resuelto aquello sobre lo que no quise hablar. Me lo explicó en cuatro palabras: "La formación del universo es una fluctuación mecánico-cuántica del vacío". Espontáneamente le contesté: "Si es una simple fluctuación, debe de haber un número infinito de universos". Me contestó que sí.

-Ésta es actualmente una teoría de moda dentro de la hipótesis del Big Bang...
-Efectivamente, y es el punto de vista que adoptan científicos como Stephen Hawking o Alan Gut, buen amigo mío. Gut sostiene que la teoría estándar del Big Bang no es suficiente, porque sólo maneja tiempos del orden de una millonésima de segundo y esto no es suficiente. Él trabaja con 10- 43 segundos: algo incomprensible. Partiendo de esta cifra establece la teoría de la Gran Unificación. Es interesante, pero creo que se trata de ciencia a medias.

-¿Ciencia a medias?
-El método científico se basa en la posibilidad de preguntar y confirmar algo que otros pueden medir y repetir. La repetición es clave en ciencia. ¿Pero cómo se hace un experimento sobre la formación del universo? Es cierto que hay ensayos con helio a la temperatura de una millonésima de grado kelvin, cerca del cero absoluto, que intentan reproducir el momento de la formación del universo. No obstante, es difícil hacer una ciencia completa sobre estos temas.


-Del origen de la vida ya sabemos más cosas. ¿Apareció en la Tierra o llegó de alguna parte?
-Ésta es la gran incógnita. Yo no estoy del todo de acuerdo con la posibilidad de que la vida proceda del cosmos, pero no rechazo totalmente que los cometas hayan jugado un papel crucial en la evolución de nuestro planeta.

-¿Cómo explica, entonces, el origen de la vida?
-El criterio fundamental que ha regido mis estudios bioquímicos sobre el origen de la vida es el principio de Darwin según el cual los seres complejos vienen de los más sencillos. De esta manera, también las moléculas más complejas han de provenir de las más sencillas. Siguiendo la teoría darwiniana, las moléculas más adecuadas sobreviven, y las otras desaparecen. Así, paso a paso, ha aumentado la complejidad de los seres vivos.

-¿Estamos cerca de conocer el origen de la vida a través de los procesos químicos?
-Relativamente cerca. Podemos tener todas las sustancias, todas la piezas, pero no conocemos cuál fue la chispa inicial: ¿cómo se -pone la célula en marcha? Ésta es la cuestión.

-¿La vida es un fenómeno excepcional?
-Ciertamente. Hasta donde sabemos, todas las formas de vida presentan unas características -comunes en lo que respecta a su estructura y a su composición química. Existe una unidad anatómica fundamental que es la célula, con capacidad de autorreproducción y automantenimiento, y con unos límites respecto al exterior. Los atributos comunes a todos los organismos vivos son la reproducción, la mutación y la transmisión de esta mutación, que puede ser negativa y letal, pero que en muchos casos es positiva. De esta manera, los seres vivos son sistemas organizados que se reproducen y experimentan mutaciones, las cuales se transmiten a las generaciones siguientes para dar lugar, mediante el proceso de selección natural de Darwin, a otros seres vivos cada vez mejor adaptados a su entorno. Generalmente, la complejidad del ser vivo aumenta a lo largo del proceso evolutivo, así como su -capacidad de difusión y supervivencia. Éstas son las condiciones básicas de un fenómeno tan excepcional como la vida.

-¿Entonces, no cree posible la existencia de formas de vida más allá de la Tierra?
-Sí, es una posibilidad lógica, aunque no se ha demostrado. Me baso en mi formación química. Del mismo modo que hay una evolución biológica con sus leyes, también existe una evolución de la formación de los elementos químicos. El universo comienza con hidrógeno y helio. Después, tres partículas de helio se combinan y forman otra de carbono. Los compuestos de carbono no se destruyen ni a cien millones de grados. Luego se juntan el carbono, el nitrógeno y otros elementos y terminan surgiendo los aminoácidos. Es decir, que la evolución de los elementos químicos viene dictada por unas leyes específicas. Por otra parte, los elementos más abundantes en el universo son el carbono, el nitrogeno y el oxígeno. Por tanto, puede afirmarse que casi todas las moléculas del universo -el 75 por 100- podrían crear vida, pues son moléculas orgánicas. Así, si se dan las condiciones adecuadas, en un planeta donde exista agua líquida y la temperatura adecuada, existe una gran probabilidad de que las moléculas interestelares, aportadas por los cometas o de la forma que sea, den lugar a la aparición de formas elementales de vida.

-¿Cómo valora el anuncio realizado el pasado verano del hallazgo de un meterorito que venía a reforzar la hipótesis de vida en Marte?

?Desde siempre hay muchas -ganas de encontrar vida en Marte. Pero la realidad es que en ninguno de los experimentos en los que participé en la NASA se encontraron evidencias. La cuestión del meteorito se ha exagerado: el mismo equipo de la NASA, con David McKay al frente, manifestó durante la presentación del hallazgo que se trataba de resultados no concluyentes. No creo en la existencia de vida en Marte, no tenemos ninguna evidencia definitiva, pero no voy a negar que las condiciones, hace 4.000 millones de años, al formarse el planeta, eran comparables a las que había en la Tierra: presencia de agua líquida, material orgánico y una temperatura adecuada.
Lluís Reales

Esta entrevista fue publicada en agosto de 1997, en el número 195 de MUY Interesante


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