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Hacen sonar un cuerno de concha marina de hace 18.000 años

Se trata del más antiguo encontrado hasta la fecha. Es un instrumento de viento utilizado por la cultura magdaleniense.

Tenemos que ubicarnos entre las regiones francesas de Alto Garona y Ariège, donde se halla la cueva de Marsoulas. Aquí es donde un equipo de investigadores de la Universidad de Toulouse (Francia) ha encontrado un cuerno hecho con una gran concha que los antiguos europeos utilizaron para tocar notas musicales hace aproximadamente 18.000 años, según recoge su estudio publicado en la revista Science Advances.


Una de las cuevas prehistóricas más famosas de Francia

Si bien no se sabe cómo usaban el cuerno exactamente, en las culturas históricas y modernas, las conchas han servido como instrumentos musicales, dispositivos de llamada o señalización y objetos sagrados o mágicos, afirman los investigadores. La arqueóloga Carole Fritz afirma que estos antiguos europeos tocaban el cuerno marino dentro de la cueva Marsoulas, cuyas pinturas murales representan humanos, animales y formas geométricas.

La cueva de Marsoulas fue la primera cueva decorada que se encontró en los Pirineos. Descubierta en 1897, atestigua el comienzo de la cultura magdaleniense en esta región, al final del Último Máximo Glacial. Durante un inventario del material de las excavaciones arqueológicas, la mayoría en el Muséum de Toulouse, los científicos examinaron una gran concha de Charonia lampas (caracol de mar), que se había pasado por alto tras ser descubierta en 1931. Ahora se cree que es el instrumento de viento más antiguo de su tipo. Mide 31 cm de altura, hasta 18 cm de diámetro y hasta 0,8 cm de grosor.

Las caracolas como instrumentos de viento se remontan a miles de años como hemos visto. Básicamente, se sopla la concha como una trompeta a través de un agujero en la aguja y se ajusta el sonido con la mano en la abertura de la misma. Cuanto más superficie tapa la mano, más baja es la nota.

Carole Fritz et al. 2021 / drawing: Gilles Tosello

concha-marinaCarole Fritz et al. 2021 / drawing: Gilles Tosello

Precisamente para confirmar la hipótesis de que esta caracola se utilizó para producir sonidos, los científicos solicitaron la ayuda de un trompetista. Según expone el estudio, esta antigua concha de caracol puede producir sonidos cercanos a tres notas: C (Do), D (Re) y C sostenido (Do agudo).

Los exámenes microscópicos mediante técnicas de fotogrametría también determinaron que alguien cortó el extremo estrecho del caparazón para crear una pequeña abertura. Sospechan que se insertó una boquilla cilíndrica, posiblemente un hueso de pájaro hueco, en el agujero. Los rastros marrones de una resina o cera alrededor de la abertura artificial parecen servir como pegamento o adhesivo para la boquilla.

La concha también había sido decorada con un pigmento rojo (de hematita, un mineral común) en un estilo que coincide con el arte de la pared dentro de la cueva Marsoulas, lo que indica el estado de la concha como un objeto simbólico, según el equipo.

"Hasta donde sabemos, el caparazón de Marsoulas es único en el contexto prehistórico, sin embargo, no solo en Francia, sino a la escala de la Europa paleolítica y quizás del mundo", afirman los autores.


Y es que, hasta la fecha, solo se han descubierto flautas en contextos europeos anteriores del Paleolítico Superior, mientras que las caracolas que se encuentran fuera de Europa son mucho más recientes. Las impresiones en 3D del caracol Marsoulas permitirán a los investigadores explorar más a fondo si tenía una boquilla y verificar si se puede utilizar para producir otras notas.

Si el cuerno de concha se utilizó, tal y como parece, como instrumento musical, ciertamente no es el más antiguo. Ese honor es para las flautas de hueso y marfil que los europeos fabricaron hace unos 40.000 años.

Referencia: Carole Fritz el al., "First record of the sound produced by the oldest Upper Paleolithic seashell horn," Science Advances (2021). advances.sciencemag.org/lookup … .1126/sciadv.abe9510

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