Encuentran la manera de que nos emocionemos ante una obra de arte
Un simple cambio hace que el arte moderno se vea con más entusiasmo y positividad.
¿Qué se puede hacer para que los visitantes de un museo de arte moderno se emocionen al ver las obras allí expuestas? Un equipo de investigadores parece haber dado con la clave y a simple vista no sería algo complicado.

Los hallazgos podrían ser específicos del arte moderno.
Según el estudio que se publica hoy en PLOS ONE, las personas que van a un museo de arte moderno están más tiempo delante de una obra y muestran más signos de emoción cuando la información que acompaña a la pieza artística es más detallada, no una descripción básica.
El hallazgo puede servir para que los museos mejoren la experiencia que tienen los visitantes no expertos cuando los visitan. En el estudio, los autores examinaron cómo las descripciones que acompañan a las obras de arte podían influir de manera positiva en la experiencia del visitante.
El experimentó consistió en lo siguiente. Primero, treinta estudiantes universitarios fueron al museo y se encontraron con descripciones básicas de cada obra de arte. En las descripciones solo constaba el autor de la pieza, el título, el año en el que se realizó y la técnica empleada.
Aproximadamente un mes más tarde, diez de estos estudiantes volvieron al museo e hicieron la misma visita que en la anterior vez. Otros veinte se encontraron, sin embargo, con descripciones más detalladas de las obras. En ellas también se incluían los antecedentes y el significado.
Lo que sucedió fue que, en comparación con la primera visita, estos veinte últimos estuvieron más tiempo contemplando cada obra de arte. Por el contrario, los otros diez, cuya segunda visita fue idéntica a la primera, pasaron mucho menos tiempo dentro del museo.
Las personas a las que se les facilitó una descripción más extensa de cada obra, mostraron signos físicos de excitación: se les dilataron las pupilas y su piel experimentó un aumento de la actividad electrodérmica (se produce tras sudar). Estos participantes del estudio también experimentaron más emociones positivas y menos negativas, y las obras de arte les parecieron más comprensibles y menos complejas. Sin embargo, no tendieron a cambiar sus valoraciones iniciales sobre la apreciación estética de cada obra, ni siquiera después de recibir una descripción más detallada.
Los autores señalan que los hallazgos podrían ser específicos del arte moderno, ya que este suele ser menos familiar y quizá menos accesible para el público medio en comparación con el arte clásico.
"La lectura de información detallada sobre las obras de arte provoca cambios psicofisiológicos y de comportamiento, lo que sugiere una mayor comprensión y agrado y una experiencia estética más satisfactoria”, dicen los autores en la publicación.
Quizá algún día los museos consideren la idea de facilitar descripciones más detalladas de las piezas expuestas. La experiencia de los visitantes posiblemente sea más enriquecedora y hasta emocionante.