Inventos de la NASA que usas cada día

Es uno de los productos de ortodoncia más exitosos del mundo. También debemos los brackets u ortodoncia invisible a un desarrollo de la NASA junto con las compañías Ceradyne y el programa de Investigación de Cerámica Avanzada de la NASA. Aunque te resulte chocante, originalmente estaban destinados para su uso en tecnología militar. El objetivo era encontrar un material que pudiera usarse en radomos infrarrojos (recubrimiento para antenas) para rastrear misiles buscadores de calor. Estas estructuras que protegen los equipos de radar deben ser lo más transparentes posible, para permitir que las ondas de radar pasen fácilmente. Posteriormente, Unitek Corporation/3M se puso en contacto con Ceradyne para obtener sugerencias de materiales transparentes que pudieran usarse en aplicaciones dentales y el resto, como suele decirse, es historia: surgió la ortodoncia invisible.

A los viajes espaciales del pasado le debemos el poder contar con aspiradoras inalámbricas. Y es que, durante el programa Apolo, la compañía Black & Decker se encargó de desarrollar un motor para un taladro portátil que se utilizaría para extraer muestras en la Luna. Afortunadamente, dicha tecnología condujo al desarrollo de aspiradoras inalámbricas y otros pequeños electrodomésticos que se emplearían sin cable. La primera aspiradora inalámbrica comercialmente exitoso se introdujo en enero de 1979.

Gracias a la NASA, muchas personas duermen mejor. La espuma Temper, también conocida como espuma viscoelástica, se creó originalmente como relleno para mejorar la protección o reducir el impacto durante los aterrizajes. Esta espuma fue creada en 1966 para emplearse en los asientos de la NASA, según el Programa de Transferencia de Tecnología de la agencia espacial estadounidense. Años después, la espuma viscoelástica la podemos encontrar en todas partes: desde colchones y almohadas, sillas de montar a caballo o en los coches de carreras.

La tecnología de la NASA también ayuda a los bomberos a proteger nuestro hogar y la vida de todos a diario. La naturaleza del trabajo de los astronautas se parece mucho a la de los bomberos, de ahí que el interés en los materiales que pueden soportar entornos extremos sea común en ambos campos. Así, los polímeros creados para su uso en trajes espaciales han sido valiosos en la creación de trajes ignífugos y resistentes al calor para los bomberos. Todo surge en la década de 1950, cuando el doctor Carl Marvel desarrolla un tejido artificial resistente a la temperatura para la Fuerza Aérea de los EE. UU. llamado polibencimidazol (PBI). En 1963, la NASA reconoció la utilidad de este material para sus astronautas y se unió para investigarlo más profundamente. Esto condujo a mejores trajes de protección para bomberos que les ayudan a mantenerse lo más seguros posible mientras están dentro de un edificio en llamas o entornos similares. Los trajes de bomberos más nuevos también cuentan con refrigerante circulante para evitar que los bomberos sucumban al calor, por ejemplo. De la misma forma, la misma tecnología se usa en materiales de construcción para que los edificios en llamas no se derrumben tan rápido. Así que sin saberlo, también usas cada día otra de las tecnologías desarrolladas por la NASA.