¿Quién inventó el sistema de notación decimal?
Estamos tan acostumbrados a la notación decimal que creemos que ha estado entre nosotros desde siempre, cuando en realidad nació a finales del siglo XVI de la mano de un ingeniero holandés.

Uno de los científicos más brillantes e ignorados de la historia es un holandés de mediados del siglo XVI llamado Simon Stevin. Hijo ilegítimo de una rica pareja de Brujas, fue empleado del departamento de hacienda en el ayuntamiento de su ciudad. Viajó por Polonia, Rusia y Noruega y cumplidos los veinte decidió ponerse a estudiar en la Universidad de Leyden. A finales del XVI ya era un afamado ingeniero autor de bastantes libros y artículos sobre la estructura de diques y esclusas, algo de vital importancia para un país como Holanda. También era un experto en el diseño de molinos de viento, usados principalmente para bombear agua. Todo este ingente trabajo pasó desapercibido para el resto de Europa pues Stevin escribió sus obras en flamenco, su lengua natal. Para él, amante de la precisión, el flamenco era un excelente idioma para expresar las ideas con claridad y nunca sintió necesidad de expresarse en latín. Fue al traducir sus obras cuando se descubrió a un brillante científico de fino ingenio, gran sentido del humor y excelente escritor.

Simon Stevin
De los molinos de viento a la contabilidad
Quizá su faceta más desconocida fue la pequeña revolución que provocó en el mundo del comercio y las finanzas. Holanda estaba conociendo un crecimiento sin precedentes en el comercio externo provocado en parte por el desarrollo de un nuevo tipo de barco, el fluyt.
Con un novedoso sistema de izar las velas que reducía sensiblemente el número de marineros, un pequeño puente que dejaba libre gran parte de la cubierta y una amplia bodega de varengas prácticamente planas, el fluyt se convirtió en el barco ideal para el transporte fluvial y de cabotaje. A finales del siglo XVI los holandeses habían monopolizado virtualmente el negocio de las importaciones y exportaciones, llevando la mercancía a sus puertos para posteriormente distribuirla por toda Europa en sus fluyts. En consecuencia, la economía se disparó. Stevin, viendo la necesidad de mejorar algunos aspectos de la práctica contable, publicó una Tabla de Intereses con unas reglas sencillas paras calcular intereses simples y complejos y las tablas necesarias para obtener rápidamente descuentos y anualidades.

La llegada de la notación decimal
Pero su gran innovación llegó en 1585, cuando escribió un folleto de 29 páginas titulado El Décimo. Hasta entonces los contables europeos utilizaban números enteros y fraccionarios en sus balances. Así, uno podía encontrarse con largas, tediosas y complicadas sumas de fracciones. La propuesta de Stevin fue expresar cualquier fracción como una fracción decimal. De aquí se pasó a la notación decimal, mucho más manejable y que consumía menos tiempo. Los comerciantes, entusiasmados, la adoptaron instantáneamente y desde entonces se impuso en todos los aspectos de la vida cotidiana.