Las estrellas hallan una nueva forma de morir
Un peculiar estallido de rayos gamma (GRB por sus siglás en inglés) que tuvo lugar en el espacio el día de Navidad de 2010 podría estar causado por la fusión de dos estrellas, una estrella de neutrones y una estrella gigante, tras una etapa en la que compartieron envoltura.
Un peculiar estallido de rayos gamma (GRB por sus siglás en inglés) que tuvo lugar en el espacio el día de Navidad de 2010 podría estar causado por la fusión de dos estrellas, una estrella de neutrones y una estrella gigante, tras una etapa en la que compartieron envoltura. Además de una duración muy superior a la media, GRB101225A -apodado "la explosión de Navidad"- mostró un resplandor posterior cuya causa era de origen térmico. Un grupo internacional de astrónomos, liderado por Christina Thöne y Antonio de Ugarte Postigo, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), publica en la revista Nature un trabajo que expone cómo la fusión de dos estrellas podría explicar del fenómeno.
Hasta ahora había dos mecanismos para explicar los GRBs: los GRBs largos (de dos o más segundos de duración) se deben al colapso de una estrella muy masiva, mientras que los cortos (de menos de dos segundos) se producen por la fusión de dos objetos compactos, como estrellas de neutrones. Gracias al estudio español ahora se distinguen tres modalidades.
El sistema binario en el que se produjo la explosión de Navidad estaba situado a 5500 millones de años luz y formado por una estrella de neutrones (una estrella degenerada que puede contener la masa del Sol en un radio de decenas de kilómetros) y una estrella gigante evolucionada. Según los investigadores, atravesó una fase de envoltura común cuando la estrella de neutrones se adentró en la atmósfera de la estrella gigante, que durante esta etapa perdió la mayor parte del hidrógeno que la componía. Más tarde, cuando la estrella de neutrones y la gigante se fusionaron, la explosión produjo un chorro semejante a los que se generan en los GRB normales, pero que se calentó por la interacción con la envoltura común preexistente.
Unos diez días después del estallido en rayos gamma comenzó a emerger una débil explosión de supernova que alcanzó su máximo tras cuarenta días. Los GRBs largos suelen ir acompañados de una supernova brillante, cuyo brillo parece estar relacionado con la producción de níquel durante el evento. "Nuestro escenario predice la producción de una pequeña cantidad de níquel que conduciría a una explosión de supernova muy débil, lo que lo hace más consistente con las observaciones" apunta Christina Thöne (IAA-CSIC).
Tras años investigando GRBs, los astrónomos han observado que estos objetos deparan muchas sorpresas y que "las estrellas parecen disponer de muy diversas formas de morir", concluye Thöne.
Hasta ahora había dos mecanismos para explicar los GRBs: los GRBs largos (de dos o más segundos de duración) se deben al colapso de una estrella muy masiva, mientras que los cortos (de menos de dos segundos) se producen por la fusión de dos objetos compactos, como estrellas de neutrones. Gracias al estudio español ahora se distinguen tres modalidades.
El sistema binario en el que se produjo la explosión de Navidad estaba situado a 5500 millones de años luz y formado por una estrella de neutrones (una estrella degenerada que puede contener la masa del Sol en un radio de decenas de kilómetros) y una estrella gigante evolucionada. Según los investigadores, atravesó una fase de envoltura común cuando la estrella de neutrones se adentró en la atmósfera de la estrella gigante, que durante esta etapa perdió la mayor parte del hidrógeno que la componía. Más tarde, cuando la estrella de neutrones y la gigante se fusionaron, la explosión produjo un chorro semejante a los que se generan en los GRB normales, pero que se calentó por la interacción con la envoltura común preexistente.
Unos diez días después del estallido en rayos gamma comenzó a emerger una débil explosión de supernova que alcanzó su máximo tras cuarenta días. Los GRBs largos suelen ir acompañados de una supernova brillante, cuyo brillo parece estar relacionado con la producción de níquel durante el evento. "Nuestro escenario predice la producción de una pequeña cantidad de níquel que conduciría a una explosión de supernova muy débil, lo que lo hace más consistente con las observaciones" apunta Christina Thöne (IAA-CSIC).
Tras años investigando GRBs, los astrónomos han observado que estos objetos deparan muchas sorpresas y que "las estrellas parecen disponer de muy diversas formas de morir", concluye Thöne.