La sonda rusa Fobos-Grunt cae en Chile
Los restos de la sonda rusa Fobos-Grunt, cuya reentrada a la Tierra vigilaban agencias espaciales de todo el planeta, han caído finalmente en aguas del océano Pacífico, al oeste de Chile, tras dos meses en órbita sobre la Tierra, según ha informado un portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el coronel Alexei Zolotujin.
Los restos de la sonda rusa Fobos-Grunt, cuya reentrada a la Tierra vigilaban agencias espaciales de todo el planeta, han caído finalmente en aguas del océano Pacífico, al oeste de Chile, tras dos meses en órbita sobre la Tierra, según ha informado un portavoz del Ministerio de Defensa ruso, el coronel Alexei Zolotujin. "Los fragmentos de la Fobos-Grunt se han estrellado en el océano Pacífico", ha afirmado Zolotujin en declaraciones a la agencia de noticias RIA Novosti. En concreto, los restos habrían impactado en el mar a unos 1.250 kilómetros al oeste de la isla de Wellington, situada en la Patagonia chilena. La nave tocó la superficie del planeta sobre las 21.45 horas de Moscú (18.45 hora peninsular española) tras un rápido descenso desde una órbita situada a entre 133 y 113 kilómetros de altura, según los datos de la agencia espacial rusa Roscosmos. Fobos-Grunt pesaba 13,5 toneladas, aunque su combustible habría quedado destruido en las capas más densas de la atmósfera. Por lo tanto, a la superficie habrían caído entre veinte y treinta fragmentos cuyo peso total no superaría los 200 kilógramos, según expertos rusos.
La sonda Fobos-Grunt fue lanzada el día 8 de noviembre de 2011 a una órbita inicial de 206 x 341 km, donde un fallo impidió su inserción en la trayectoria que la llevaría hacia Marte. La agencia espacial rusa, Roscosmos, declaró oficialmente el fracaso de la misión al planeta rojo el pasado día 13 de diciembre. El día 2 de enero el Comité Inter-Agencia para la Coordinación de la Basura Espacial (IADC) inició una campaña intensiva para predecir las condiciones de la reentrada de Fobos-Grunt en la atmósfera terrestre.
El IADC es un foro técnico formado por 12 agencias espaciales, entre las que se encuentran la ESA, la NASA y Roscosmos. Su principal objetivo es coordinar las actividades derivadas de la presencia de satélites inoperativos, fragmentos de objetos artificiales y micrometeoritos en órbita a nuestro planeta.