El viento y la altura echan un cable a los deportistas olímpicos
Los investigadores, del Instituto Neozelandés de Investigación del Rendimiento Deportivo de la Universidad de Tecnología de Auckland (Nueva Zelanda), realizaron este curioso estudio que analiza el efecto de las condiciones ambientales sobre el rendimiento de los deportistas.
Este domingo, el jamaicano Usain Bolt podría batir su propio récord en la final de los 100 metros lisos de los Juegos Olímpicos de Londres. Según un estudio que se publica en la revista European Journal of Sport Science, el corredor superaría su marca, consiguiendo hacer los 9,48 segundos, con un viento a favor de dos metros por segundo y a 999 metros de altitud. Sin embargo, la ciudad olímpica no cumple todos los requisitos, ya que se encuentra a tan solo 24 metros sobre el nivel del mar.
Los investigadores, del Instituto Neozelandés de Investigación del Rendimiento Deportivo de la Universidad de Tecnología de Auckland (Nueva Zelanda), realizaron este curioso estudio que analiza el efecto de las condiciones ambientales sobre el rendimiento de los deportistas. Para ello, exploraron unos 44.000 resultados de 619 atletas masculinos, encontrando que, a las propias capacidades de cada deportista, se suman otros factores como la altitud, el lugar donde se celebra la competición, el método de cronometraje o el viento.
En el caso de Bolt, que batió su marca en los campeonatos mundiales de Berlín (Alemania) con 9,58 segundos, los investigadores estiman que el jamaicano tendría que haber corrido los 100 metros en 9,62 segundos sin viento. "El viento, por tanto, mejoró en 0,04 segundos el récord", señala a SINC Steve Hollings, uno de los autores.
La altitud es un factor clave que además puede influir de diferente forma según el tipo de competición. "En altitud, los atletas aguantan las carreras más cortas porque la resistencia al aire es inferior" explica Hollings. "Pero en los 1.500 metros, los 5.000 metros, los 3.000 metros de carrera de obstáculos, y los 10.000 metros produjeron tiempos inferiores". Esto es debido a que en las carreras en altitud se reduce el oxígeno disponible y por tanto la potencia aeróbica del deportista.
Lo que está claro es que, aunque el viento o la altura echen una mano, solo la constancia y el trabajo duro de los deportistas son imprescindibles para hacerles subir al podio.