Los anquilosaurus utilizaban sus colas para luchar entre sí
A mazazo limpio. Los investigadores sugieren que estos dinosaurios habrían empleado la cola para afianzarse en multitud de campos.
Los anquilosaurios eran enormes dinosaurios acorazados con grandes garrotes en la cola y púas a lo largo de los flancos. Ahora, un equipo de investigadores del Museo Real de Ontario (ROM) y el Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte (EE. UU.) ha llegado a esta conclusión a partir de un anquilosaurio crurivastator Zuul fosilizado en la colección del primer museo. Según sus hallazgos, la cola parecida a un mazo habría sido empleada no solo para enfrentarse con el feroz depredador Tyrannosaurus rex, sino también para luchar contra otros de la misma especie ya fuese en una batalla por el poder, el territorio o una posible pareja.
Un comportamiento complejo
El dinosaurio herbívoro fue nombrado en honor al monstruo ficticio 'Zuul' de la película Cazafantasmas de 1984. Zuul crurivastator significa 'Zuul, el destructor de espinillas', un guiño a la idea de que los garrotes de la cola se usaban para aplastar las piernas de los tiranosaurios bípedos.
A la luz del descubrimiento, los científicos encontraron en el fósil de Ankylosaur Zuul crurivastator de 76 millones de años, las púas que se rompieron mientras el dinosaurio aún estaba vivo y sanaron nuevamente. Los científicos también afirmaron que esto podría deberse a que se estrelló contra otra enorme cola Zuul, como el propio dinosaurio. Los patrones de estas lesiones sugieren que lo más probable es que fueran el resultado de algún tipo de combate ritualizado, o justas con sus garrotes de cola entre miembros de la misma especie debido a la ubicación de las lesiones en el cuerpo.

anquilosaurus
"He estado interesada en cómo los anquilosaurios usaron sus garrotes de cola durante años y esta es una nueva pieza realmente emocionante del rompecabezas", explica Victoria Arbour, curadora de paleontología en el Royal BC Museum en Canadá y líder principal del trabajo que publica la revista Biology Letters. “Sabemos que los anquilosaurios podían usar sus garrotes de cola para dar golpes muy fuertes a un oponente, pero la mayoría de la gente pensaba que estaban usando sus garrotes de cola para luchar contra los depredadores. En cambio, los anquilosaurios como Zuul pueden haber estado peleando entre sí".
Cola de martillo
La cola de Zuul mide unos tres metros de largo con púas afiladas a lo largo de sus costados. La mitad posterior de la cola estaba rígida y la punta estaba encerrada en enormes protuberancias óseas, lo que creaba un arma formidable parecida a un mazo.
La nueva investigación no refuta la idea de que los garrotes de cola podrían usarse en defensa propia contra los depredadores, pero muestra que estas colas también habrían funcionado para el combate dentro de la especie, un factor que probablemente impulsó su evolución; tal y como hacen actualmente los antílopes o ciervos durante las batallas por parejas o territorio.

anquilosaurus-cabeza
Respecto al fósil estudiado, el espécimen medía seis metros de largo y se cree que murió en el agua y flotó boca arriba en un pequeño río donde su cuerpo se alojó en un banco de arena y finalmente se fosilizó. El género fue descrito y anunciado a partir de este fósil en 2017, aunque en ese momento solo se habían descubierto el cráneo y la cola. A lo largo de los años ha ido desenterrándose el resto de su cuerpo que seguía sepultado bajo arenisca. Es el anquilosáurido más completo de América del Norte, ya que se conserva un 99% del animal (incluso la mayor parte de la piel y la armadura ósea de toda la espalda y flancos) que habría pesado unas 2.500 toneladas cuando estaba vivo y vagaba con su enorme cola de tres metros con púas hace 76 millones de años por la Tierra repleta de dinosaurios.
“El hecho de que la piel y la armadura se conserven en su lugar es como una instantánea de cómo se veía Zuul cuando estaba vivo. Y las lesiones que sufrió Zuul durante su vida nos dicen cómo pudo haberse comportado e interactuado con otros animales en su entorno antiguo”, concluyó David Evans, curador de paleontología de Vertebrados en el Museo Real de Ontario y coautor del estudio.
Referencia: “Palaeopathological evidence for intraspecific combat in ankylosaurid dinosaurs” by Victoria M. Arbour, Lindsay E. Zanno and David C. Evans, 7 December 2022, Biology Letters.
DOI: 10.1098/rsbl.2022.0404