Hallan el agujero negro más masivo detectado con ondas gravitacionales
Charlamos con Sascha Husa y Alicia Sintes, investigadores principales del observatorio LIGO de detección de ondas gravitacionales de la Universidad de la Islas Baleares.
Producción: Pablo Cantudo
Dos estudios publicados a fecha de 2 de septiembre de 2020 en 'Physical Review Letters' y 'Astrophysical Journal Letters' describen la detección del agujero negro más masivo que se haya detectado con ondas gravitacionales.
El equipo de investigación detectó la fusión de dos agujeros negros, pero uno de ellos era más masivo que cualquier otro observado en una colisión de este tipo. Los investigadores creen que el más pesado de los dos puede ser el resultado de una fusión entre dos agujeros negros.
Se estima que la fuente de la señal, catalogada como GW190521, se encuentra a unos 17 mil millones de años luz de la Tierra.
En este episodio de Planeta Muy, charlamos con Sascha Husa y Alicia Sintes, investigadores principales del observatorio LIGO de detección de ondas gravitacionales de la Universidad de la Islas Baleares.
El agujero negro, de alrededor 142 masas solares, es el resultado final de la fusión de dos agujeros negros de 66 y 85 masas solares. Tanto la componente primaria como el remanente se sitúan en un rango de masas que no ha sido observado nunca antes, ni a través de ondas gravitacionales ni con observaciones electromagnéticas.
Tal como publica la Universidad de las Islas Baleares en su página web, el evento de ondas gravitacionales fue detectado por los tres interferómetros de la red global el 21 de mayo de 2019. Se estima que la fuente de la señal GW190521 se encuentra a unos 17 mil millones de años luz de la Tierra, y se produjo hace 7 mil millones de años, cuando el universo contaba con la mitad de la edad que tiene ahora.
Hasta hoy, muy pocos candidatos a agujeros negros de masa intermedia han sido identificados únicamente a través de observaciones electromagnéticas y el remanente de GW190521 es la primera observación de un agujero negro de masa intermedia vía ondas gravitacionales, lo que supone un nuevo reto para la astrofísica.