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Philae encuentra moléculas precursoras de la vida en el Sistema Solar

Esto refuerza la teoría de que los cometas se formaron a partir de granos de polvo recubiertos de hielo en la gran nube que luego formó al Sistema Solar.

Luis Otero

Para que se lleguen formar moléculas orgánicas, que son las que contienen átomos de carbono y por tanto pueden ser aprovechadas por las células para fabricar vida, deben darse unas condiciones muy concretas, ya que el universo está compuesto sobre todo por hidrógeno, y en menor medida por helio y oxígeno.

Los científicos creen que es en el polvo interplanetario y en los resquicios de grandes rocas donde la radiación solar y la procedente del espacio exterior pueden interaccionar para sintetizar primero moléculas orgánicas simples y luego moléculas orgánicas más complejas. ¿Se formaron en la Tierra estas moléculas que han hecho posible la vida en nuestro planeta o llegaron hasta aquí transportadas por cometas que se estrellaron contra nuestra superficie? Un estudio de un equipo internacional, con participación de científicos del CSIC, ha publicado en la revista Science el hallazgo de moléculas orgánicas que podrían ser precursoras de la vida sobre la superficie de un cometa.

Esto ha sido posible gracias a la acción del módulo Philae, que forma parte de la misión Rosetta, de la Agencia Espacial Europea (ESA). Philae ha descubierto cuatro sustancias en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko que hasta ahora nunca se habían encontrado en estos cuerpos celestes. Según Guillermo Muñoz Caro, investigador del Centro de Astrobiología, que depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Instituto Nacional de Técnica Aerospacial (INTA), “algunas de las moléculas orgánicas halladas en el polvo del cometa se consideran precursores de la vida, pues intervienen en la formación de aminoácidos esenciales o de bases nucleicas.

Además, cuatro de ellas (isocianato de metilo, acetona, propanal y acetamida) nunca se habían visto antes en  cometas. Los resultados del estudio refuerzan la teoría de que los cometas se formaron a partir de granos de polvo recubiertos de hielo en la gran nube que luego formó al Sistema Solar. Además, tienen importancia para el estudio del origen de la vida sobre la Tierra, porque podrían ayudar a entender si es posible que el gran bombardeo de cometas que sufrió el planeta hace 3.800 millones de años supuso la llegada de los precursores de la vida.

En la investigación, dirigida por Fred Goesmann, del Instituto Max Plank para la investigación del Sistema Solar, se ha analizado la composición del cometa usando un dispositivo diseñado para identificar compuestos orgánicos presentes tanto en las proximidades del cuerpo como en el suelo. Así, después de que Philae rebotara y luego se posara en 67/P, detectaron la presencia de 16 compuestos orgánicos.

Varios tenían nitrógeno, uno de los elementos principales de los seres vivos. La presencia de estas moléculas orgánicas complejas que se han encontrado en el interior de 67/P, es un indicio acerca de la formación de los cometas. El motivo es que estas sustancias solo pueden formarse cuando interaccionan con la radiación ultravioleta procedente del Sol y con los rayos cósmicos procedentes del espacio, cosa que solo puede ocurrir cerca de la superficie.

Por ello, una explicación para encontrarlos en el núcleo de 67/P es que este se hubiera formado por la agregación de granos de polvo que hace millones de años estaban bañados por la radiación. Philae, módulo de la misión Rosetta, fue el primer artefacto humano en aterrizar sobre un cometa. Después de rebotar y de posarse sobre la superficie, se quedó sin baterías y permaneció dormido durante siete meses. Goesmann cree que esperan seguir recogiendo datos con cuentagotas.

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