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Hallan un nuevo escarabajo en unas heces fosilizadas de hace 200 millones de años

El antiguo excremento, proveniente de un antiguo reptil, fue encontrado en el pozo de arcilla de Krasiejów, al suroeste de Polonia.

Hace unos 230 millones de años, un día como otro cualquiera, un ejemplar de Silesaurus opolensis, un reptil ancestro de los dinosaurios, estuvo comiendo una gran cantidad de algas verdes y, posteriormente, defecó. Ahora, un equipo de científicos de Suecia, Taiwán, Alemania y México, han descubierto en estas heces fosilizadas una familia completa de escarabajos no digeridos; una especie completamente nueva para la ciencia.

A pesar de que el ámbar es uno de los mejores materiales que existen para preservar insectos y criaturas pequeñas, las heces fosilizadas no tienen nada que envidiarle. En este caso, parece que había escarabajos en el menú.

Los investigadores utilizaron la microtomografía de sincrotrón para escanear un coprolito - heces fósiles- de 230 millones de años y encontraron que estaba lleno de distintas partes del cuerpo de un escarabajo. Algunos de ellos estaban incluso completos, con patas y antenas, lo que permitió a los científicos analizarlos, compararlos y describirlos. Al hacerlo, descubrieron que los escarabajos constituían una nueva especie, un linaje extinto del suborden Myxophaga. Sus parientes todavía viven hoy, principalmente alrededor de las algas.

El Triásico es un período crucial para la evolución de los insectos, especialmente para los escarabajos, que son el orden más diverso de organismos de la Tierra en la actualidad.

Current Biology

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Se cree que las muestras probablemente estaban tan bien conservadas gracias a la composición fosfática de calcio de los coprolitos y la mineralización temprana facilitada por las bacterias en las heces. Los investigadores sospechan que el coprolito en cuestión pertenecía a Silesaurus opolensis, un ancestro dinosaurio del Triásico que medía alrededor de 2 metros de largo. Si bien los excrementos contenían muchos escarabajos, probablemente fueron capturas accidentales, ya que S. opolensis se estaba deleitando con algo más considerable, ya que su dieta estaba formada básicamente por plantas. Aunque se ve que también tenía predilección por los insectos, dada la cantidad de escarabajos encontrada en sus excrementos. Algo así como un complemento nutritivo de la comida.

El equipo cree que los diminutos escarabajos, que medían alrededor de 0,10 centímetros de largo, se encontraban en entornos húmedos o semiacuáticos.

"No sabíamos cómo se veían los insectos en el período Triásico y ahora tenemos la oportunidad de verlo", comenta el entomólogo Martin Fikáček de la Universidad Nacional Sun Yat-sen, Taiwán y coautor del trabajo que publica la revista Current Biology.


El descubrimiento de que los insectos se pueden conservar tan bien en coprolitos ofrece una nueva ventana para estudiar los insectos antiguos junto con el ámbar, la resina de árbol fosilizada que normalmente produce los especímenes de mejor calidad. Además, las heces fosilizadas son hallazgos bastante comunes en los sitios de excavación paleontológica y tienen otro lado positivo: los coprolitos aparecen desde más atrás que el ámbar en el registro fósil, lo que permite a los paleontólogos estudiar la evolución de los insectos mucho más atrás en el pasado.


Referencia: Exceptionally preserved beetles in a Triassic coprolite of putative dinosauriform origin Martin Qvarnström Martin FikáčekJoel Vikberg WernströmEmmanuel Arriaga-VarelaPer E. AhlbergGrzegorz Niedźwiedzki Open Access Published:June 30, 2021 DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.2021.05.015

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