¿Cómo se produce una ola de calor?
Explicamos con ayuda de dos expertos qué provoca las olas de calor y cómo agrava el cambio climático este fenómeno.
Las olas de calor se producen a causa de una masa de aire caliente proveniente de otro continente. Pero, ¿qué causa este movimiento atmosférico inusual?
Si vives en una ciudad europea, es probable que la noticia de la inminente ola de calor que está a punto de asolar el continente te haya preocupado, pero quizás no te haya sorprendido. Durante los últimos años, hemos escuchado en los medios de comunicación constantes alertas climáticas una vez llegado el periodo estival. En España, año 2015, se alcanzaron temperaturas de récord superando los 40ºC en casi todas las provincias, y 2017 fue el año con el mayor número de olas de calor de la historia desde 1975.
Según anuncian los meteorólogos, en el recién estrenado verano de 2019 tampoco nos libraremos de las temperaturas extremas. La Agencia Española de Meteorología (AEMET) emitió el pasado lunes 24 un comunicado en el que expone que, con una probabilidad del 80%, en Península y Baleares va a experimentarse una subida de las temperaturas provocada por la llegada de una masa de aire tropical continental “muy seca, muy cálida, y con polvo en suspensión” que llega después de un extenso recorrido por el norte de África.
Y, lo más importante: ¿cómo se produce una ola de calor?
El físico y comunicador científico José Miguel Viñas (@divulgameteo) ha explicado a MUY INTERESANTE cuáles son los procesos físicos que se producen en la atmósfera en una ola de calor. Pero, primero, debemos tener claro con qué criterio se evalúa que una elevación de la temperatura se trata en realidad de una ola de calor.
Viñas explica que debemos atender a tres principios fundamentales:
La atmósfera terrestre es dinámica y tiene movimiento, como el océano, y estas corrientes de aire son representadas por los meteorólogos con ondas. A veces, estas ondas, que llevan corrientes de aire fría o caliente, invaden regiones fuera de su latitud habitual, alterando su temperatura. Según las explicaciones de Viñas, una ola de calor se produce a medida que las ondulaciones atmosférica se vuelven más amplias y estacionarias.

Niños jugando en la calle en verano
Jacob Petrus (@jacobpetrus_tve), geógrafo, climatólogo y divulgador científico que presenta el programa Aquí la Tierra, explica en una conversación con MUY INTERESANTE cómo la ciencia define una ola de calor: “Una ola de calor es un episodio de altas temperaturas que ha de ser generalizado, y cuyas temperaturas son ‘significativamente altas’, a partir de la medición de los datos por percentiles".
Es decir, tomando todas las temperaturas máximas, la ola de calor viene definida por el 10% de las temperaturas más altas jamás registradas.
El papel del cambio climático en las olas de calor
Pese a que las olas de calor son un fenómeno que se produce de manera natural, los científicos observan que la frecuencia y la intensidad de las mismas no lo es tanto. En la primera y segunda década del siglo XXI, las olas de calor han sido más intensas y frecuentes que las observadas en las décadas de los 70, 80 y 90. Y no es descabellado pensar que el factor humano en el aumento global de las temperaturas podría cumplir una función en este fenómeno.
Para José Miguel Viñas: “Estos cambios en la dinámica atmosférica podría ser una respuesta al aumento de la temperatura, lo mismo que algunas características inusuales observadas en el deshielo del Ártico”.
En la misma línea, Petrus reconoce que los fenómenos extremos se incrementan en el contexto del cambio climático: “Sabíamos que, a raíz del cambio climático, los fenómenos extremos iban a verse potenciados, como las olas de calor o las olas de frío. La razón es que, cuando se produce un intercambio más fácil entre masa de aire frío entre masas de aire frío y caliente, es más fácil que lo que obtengamos sean olas de calor”.
Y añade: “No hay lugar a dudas; las masas de aire caliente que viene de África son cada vez más frecuentes, provocando veranos más largos e intensos”.
José Miguel Viñas no es partidario de ser catastrofista, pero considera que es importante avisar a la población para que tome medidas de protección frente a episodios de temperaturas inusualmente elevadas: “Una de las consecuencias son los ciclos de sequía, y que cada vez haya más problemas para vivir en determinada zona y el acceso al agua; en este sentido, hay un componente humano, y es que estén más o menos preparados para luchar contra ello”.
Por su parte, Petrus destaca a las personas mayores de 65 años como una población especialmente vulnerable: “Son aquellos que no pueden desplazarse fácilmente a zonas más frescas, o incluso a darse un baño, o que no disponen de aire acondicionado”. Ambos expertos reconocen un aumento de la mortalidad relacionado directa o indirectamente con las olas de calor.
Por otra parte, Jacob Petrus no olvida que hay otros problemas ambientales de los que debemos preocuparnos con mayor urgencia: “Algunos ejemplos son los episodios de contaminación en las grandes ciudades, que tienen un impacto directo en la salud, o la contaminación proveniente del plástico”.