Así será el próximo viaje de la humanidad al espacio interestelar
Una sonda interestelar que podría conducir a una exploración nueva e inspiradora a través de la heliofísica, la astrofísica y la ciencia planetaria. Así será la misión ‘Interstellar Probe’.
Hasta ahora, solo cinco naves espaciales han conseguido escapar del campo de gravedad del Sol para viajar al espacio interestelar: Pioneer 10 y 11, Voyagers 1 y 2 y New Horizons. Las Voyager 1 y 2 se lanzaron en 1977 y todavía operan en los bordes de la heliosfera - la burbuja que abarca nuestro sistema solar y que está afectada por el viento solar-, mientras que New Horizons ha explorado el sistema Plutón y otros objetos del cinturón de Kuiper.
Ahora, la NASA y sus socios están preparando otra misión más ambiciosa todavía: la sonda Interstellar Probe se adentrará mucho más en el espacio interestelar con el objetivo de aprender mucho más sobre la formación de nuestra heliosfera local y su evolución. “Esto conducirá a una exploración nueva e inspiradora, que nos ayudará a comprender nuestro hogar en la galaxia y representará el primer paso deliberado de la humanidad hacia el océano espacial que existe entre nuestro sol y otros sistemas potencialmente habitables”, explica la web del proyecto.
"La sonda interestelar irá al espacio interestelar local desconocido, donde la humanidad nunca ha llegado antes", dice Elena Provornikova, líder de heliofísica de la sonda interestelar del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de Johns Hopkins en Maryland. "Por primera vez, tomaremos una fotografía de nuestra heliosfera desde el exterior para ver cómo se ve nuestro hogar en el sistema solar". La misión planea tomar "imágenes" de nuestra heliosfera utilizando átomos neutros energéticos, y quizás incluso "observar la luz de fondo extragaláctica de los primeros tiempos de la formación de nuestra galaxia, algo que no se puede ver desde la Tierra", explica Provornikova. Los científicos también esperan aprender más sobre cómo nuestro sol interactúa con la galaxia local, lo que podría ofrecer pistas sobre cómo otras estrellas de la galaxia interactúan con sus vecindarios interestelares.
Comprender el futuro de la Tierra
La heliosfera también es importante porque protege nuestro sistema solar de los rayos cósmicos galácticos de alta energía. El sol viaja por nuestra galaxia, atravesando diferentes regiones en el espacio interestelar, y se encuentra actualmente en lo que se llama la nube interestelar local, pero una investigación reciente sugiere que el sol podría estar moviéndose hacia el borde de la nube, y después entraría en la siguiente región del espacio interestelar, de la que no sabemos nada. Las consecuencias de este cambio son totalmente desconocidas: nuestra heliosfera podría crecer, disminuir, o se podría modificar la cantidad de rayos cósmicos galácticos que ingresan y contribuyen al nivel de radiación de fondo en la Tierra, explica la investigadora.
¿Cuándo será el lanzamiento?
Los encargados del proyecto explican que el lanzamiento de la misión Interstellar Probe será tecnológicamente posible en la década de 2030 y tardará unos 15 años en alcanzar el límite de la heliosfera, una velocidad considerable en comparación con las Voyager, que tardaron 35 años en llegar. Con el diseño actual, se prevé que la misión pueda durar al menos 50 años.
Como cualquier nave espacial interestelar, la sonda deberá ser autónoma, compacta y ligera, pero lo suficientemente robusta como para ser capaz de recopilar datos y comunicarse con los operadores de la Tierra. El equipo de ingenieros está usando New Horizons como diseño base a partir del cual hacer las mejoras pertinentes. Al igual que con las Pioneers, Voyagers y New Horizons, la fuente de energía de referencia será un generador termoeléctrico de radioisótopos, que proporcionará energía para esta misión de larga duración y que viajará a grandes distancias del Sol.