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¿Por qué algunas personas nunca engordan?

La genética puede influir en la tendencia de una persona a bajar o subir de peso.

Es una de las mayores injusticias de la vida: algunas personas comen hasta llenarse sin engordar mientras que otras deben controlar cada alimento que se llevan a la boca para mantener un peso saludable. ¿Por qué sucede esto? Según Kathleen Melanson, profesora de ciencias de la nutrición y los alimentos en la Universidad de Rhode Island (Estados Unidos), la respuesta podría encontrarse en los factores genéticos, nutricionales e incluso en el comportamiento de cada persona.

Además, el factor más importante no está relacionado ni con el tipo de cuerpo ni con el metabolismo, sino con la percepción. Según la profesora Melanson, las personas que parecen comer sin aumentar de peso en realidad no comen mucho más que nosotros. Por ejemplo, si un amigo o familiar se come un helado a diario, es posible que lo compense comiendo menos en otra comida o bien comiendo menos durante el resto del día. Por eso, si se cuentan las calorías de estas personas, es posible que no coman tanto como se cree.

La actividad física también marca la diferencia, pues algunas personas caminan a diario o tienen un trabajo activo. Este movimiento puede acelerar el metabolismo del cuerpo o aumentar la cantidad de energía que gasta su cuerpo durante el día. Asimismo, según Inés Barroso, investigadora de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) existe poca evidencia científica que sugiera que, sin hacer ejercicio, algunas personas quemen más calorías que otras.

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Por otro lado, la genética puede influir en la tendencia de una persona a bajar o subir de peso. Según un estudio publicado en PLOS Genetics, los científicos han reconocido más de 250 regiones de ADN que están relacionadas con la obesidad. Para llevar a cabo la investigación, los científicos compararon a personas sanas (con un índice de masa corporal normal) con personas que padecían obesidad severa. De esta forma, los investigadores pudieron concluir que los participantes delgados tenían menos genes asociados con la obesidad.

Sin embargo, los genes por sí solos no pueden determinar el peso de una persona. De hecho, según la investigadora Barroso, también hay personas que tienen genes asociados con la obesidad pero que no son obesas. Por este motivo, la respuesta es bastante compleja, ya que nuestra tendencia a subir o bajar de peso no está completamente bajo nuestro control.

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