Qué debes ver en el cielo este mes (septiembre 2022)
Durante el mes de septiembre tendremos un cielo nocturno tranquilo, dominado por las oposiciones de Saturno del mes pasado y de Júpiter de mediados de mes, que nos darán unas vistas inigualables de los gigantes gaseosos y de todo lo que los rodea.
Septiembre suele ser un mes de vuelta a la rutina y de recordar lo disfrutado durante el verano, sin embargo aún podemos aprovechar el buen tiempo de finales de verano (y con el fresquito que tímidamente se deja ver, con la llegada del otoño) para salir al campo a disfrutar de un día alejados del ajetreo de la ciudad, con observación nocturna del cielo incluida. Con la llegada de septiembre hemos dejado atrás la lluvia de estrellas de las Perseidas y la oposición de cuerpos como Saturno y Vesta, para pasar a disfrutar de otros planetas en oposición como Júpiter y Neptuno, además de una ocultación de Urano por parte de la Luna. Además aún podemos disfrutar de algunos elementos propios del verano mientras los astros más otoñales e invernales van dejándose ver poco a poco.
En lo que a constelaciones respecta, septiembre es un mes de transición entre el paisaje más propiamente veraniego y el invernal, teniendo al principio de la noche un cielo dominado por el triángulo de verano, con las constelaciones de la Lira, el Águila y el Cisne bien visibles. Estas constelaciones sin embargo se esconden tras el horizonte hacia el final de la noche, mientras otras constelaciones como Orión y el Can Mayor aparecen por la parte contraria del cielo. Las constelaciones del zodiaco, aquellas que se sitúan en la eclíptica, la línea que traza el Sol en el cielo durante el año, más propias del cielo veraniego, como Libra, Escorpio, Sagitario o Capricornio dejan paso a otras como Aries, Tauro, Géminis o Cáncer.
En lo que a la Luna respecta, empezaremos el mes con una luna creciente que alcanzará su máximo brillo el día 10 de septiembre y regresará a la oscuridad propia de la luna nueva el día 25 de septiembre. El brillo de la Luna, aunque por supuesto palidece en comparación al del Sol (tiene sentido, pues la Luna brilla tan solo porque refleja la luz de la estrella, sin emitir su propia luz), puede llegar a ser considerable. Es por esto que suele desaconsejarse la observación del cielo nocturno en los días de luna llena y suele recomendarse en el momento opuesto del ciclo lunar, cuando la luna está en fase nueva. Este brillo lunar llega a ser tal, que puede llegar a ser suficiente para pasear por el campo tan solo bajo su luz y que sin duda es suficiente como para proyectar sombras como si de un faro se tratara.
La Luna será también protagonista de uno de los eventos astronómicos del mes, pues provocará la ocultación de Urano tras sí misma el día 14 de septiembre, entre las 23:10 y las 00:03 horas. Esta ocultación tendrá lugar a baja altura sobre el horizonte, por lo que su inicio resultará complicado de ver, resultando más accesible la reaparición del planeta gigante tras nuestro satélite.

Cielo nocturno
Otro evento astronómico que no será visible en el cielo nocturno pero sin duda afectará a nuestro día a día es el equinoccio que tendrá lugar el día 22 de septiembre. Durante este equinoccio el hemisferio norte entrará en el otoño mientras que el hemisferio sur empezará la primavera. Este equinoccio es el momento en el que el Sol pasa de estar por encima del ecuador celeste a estar por debajo de este, tal y como lo vemos desde el hemisferio norte. El ecuador celeste por otro lado no es más que la proyección del círculo descrito por el ecuador terrestre en la bóveda celeste. Esto tendrá como consecuencia que el Sol alcanzará cada vez una altura menor sobre el horizonte del hemisferio norte hasta llegar al mínimo durante el solsticio del 21 de diciembre, cuando empezará el invierno en España y el resto de nuestro hemisferio. Lo contrario ocurrirá en el sur, alzándose el Sol cada vez más alto y culminando con el solsticio de verano casi al final del año.
Además de todo esto, septiembre será un mes excepcional para la observación (con telescopios o binoculares) de los gigantes gaseosos. Por un lado Saturno acaba de pasar por su oposición, el punto en el que la Tierra “adelanta” al planeta en su órbita, situándose a una mínima distancia de éste, por lo que incluso con un telescopio modesto podremos llegar a distinguir sus anillos. Necesitaremos un equipo algo más sofisticado para poder identificar alguna de sus lunas, siendo la más grande y visible Titán, pero no resultará imposible, dadas unas buenas condiciones atmosféricas. Por otro lado en septiembre tendrán lugar dos oposiciones planetarias más: de Júpiter el día 16 de septiembre y de Neptuno el día 25. El primero será especialmente fácil de localizar, resultando el objeto más brillante del cielo nocturno, mientras que para localizar al segundo necesitaremos un telescopio de gama media y un buen conocimiento del cielo. A Júpiter lo acompañarán por supuesto sus cuatro lunas principales, aquellas que observara por primera vez Galileo Galilei hace más de 4 siglos, que resultarán visibles incluso con binoculares potentes.