Misión Artemis I: en qué consistirá exactamente
La NASA quiere volver a la Luna con el programa Artemis, cuya primera misión despegará pronto. Este programa llevará en los próximos años a varios astronautas de nuevo a la superficie lunar. Pero para que esto suceda antes deben probarse todos los sistemas que asistirán al equipo que alunice sobre el satélite tras 50 años sin hacerlo.
La misión Artemis I de la NASA despegará dentro de poco, siendo el primer esfuerzo serio para llevar humanos a la superficie lunar desde la última misión Apolo, en 1972. Sin embargo en esta misión no habrá tripulación, pues su objetivo será precisamente probar todos los sistemas que harán ese regreso posible (y seguro). El lanzamiento ha tenido que posponerse varias veces, debido a dificultades técnicas y despegará como pronto el próximo 19 de septiembre. Entonces, si no va a haber alunizaje, ¿en qué consistirá exactamente la misión?
Esta misión, además de cumplir el objetivo más inmediato de llevar humanos de nuevo a la Luna, es la primera de una serie de misiones que abrirán el camino para la exploración humana del espacio profundo y para garantizar una presencia duradera en nuestro satélite y más allá. Para ello durante la misión Artemis I se pretenden probar por primera vez los nuevos sistemas de exploración del espacio profundo desarrollados en los últimos años. Por un lado está la nave Orión, diseñada para llevar a los astronautas hasta la Luna e incluso, con modificaciones y algún módulo extra, hasta Marte. Por otro lado el sistema SLS (o Space Launch System), que ha sido diseñado expresamente para estas misiones y que será el sucesor directo del Transbordador Espacial y el sistema de lanzamiento principal de la NASA durante esta década.

Artemis - NASA
El sistema SLS es actualmente el cohete más potente del mundo, aunque será superado en un futuro cercano cuando la Starship de SpaceX entre en funcionamiento. En esta misión se batirán varios records, de salir todo como planeado. En primer lugar, esta será la nave diseñada para el uso por astronautas que más se aleje de nuestro planeta (hasta los 450 000 kilómetros), tendrá la mayor duración para una misión de este tipo (poco más de 42 días) y entrará a la atmósfera antes del aterrizaje a una velocidad de unos 11 kilómetros por segundo.
Tras el despegue y tras la separación de la etapa principal del cohete, la nave Orión desplegará sus paneles solares y la etapa de propulsión criogénica (ICPS en inglés) le dará un gran empujón a la nave que la pondrá de camino a la Luna. Unas dos horas después del despegue Orión y la ICPS se separarán, y esta última lanzará una serie de satélites en miniatura, CubeSats, que llevarán a cabo varios experimentos y medidas.
A partir de entonces la nave Orión recibirá su combustible y energía eléctrica de un módulo de servicio diseñado por la Agencia Espacial Europea, que en futuras misiones llevará además agua y aire para el equipo a bordo. Una vez haya pasado los cinturones de radiación de Van Allen, las constelaciones de satélites de GPS y se haya alejado lo suficiente de la Tierra, pasará a comunicarse con esta a través de la red de espacio profundo de la NASA, diseñada para comunicarse con sondas que viajan a los planetas exteriores del sistema solar, pero también para misiones como esta.
Cuando alcance nuestro satélite, la nave Orión rozará su superficie, pasando a apenas 100 kilómetros de altura sobre esta, para situarse posteriormente en una órbita que la llevará a unos más tranquilos 70 000 kilómetros de distancia. Aquí permanecerá unos 6 días, cargados de experimentos y comprobaciones técnicas, para más tarde volver a rozar la superficie lunar como última maniobra antes del regreso a la Tierra. El resultado será que la nave Orión se dirigirá directa a la Tierra, entrando a su atmósfera a una velocidad de unos 11 km/s y alcanzando su casco temperaturas de hasta 2 800 ºC.
Cuando amerize tras recorrer más de dos millones de kilómetros en el transcurso de su misión, será recuperada del mar e inspeccionada hasta el último detalle, para conocer si está preparada para albergar humanos en una misión similar, la Artemis II, que estaría planeada para el próximo año.
A lo largo de todo el programa Artemis, la nave Orión y el sistema de lanzamiento SLS irán evolucionando para crecer desde una misión inicial con una carga de unas 26 toneladas a cargas de hasta 45 toneladas. Sin embargo, el primer alunizaje tripulado del programa está pensado para hacerse con el sistema Starship de la empresa privada estadounidense SpaceX. Tras ese primer alunizaje, el principal objetivo del programa Artemis se centrará en la construcción de la estación espacial Gateway, situada en órbita lunar y concebida para servir como link entre la superficie terrestre y la superficie lunar, facilitando el acceso a esta última. Esta estación espacial contará con varios módulos que se irán ensamblando a lo largo de sucesivas misiones.
El objetivo actual de la NASA es mantener un ritmo de al menos una misión Artemis por año hasta la finalización de la estación Gateway para posteriormente proceder a la construcción de una base permanente en la superficie de nuestro satélite. Esta última fase del programa, aún por definir más allá de líneas generales, tendría lugar no antes del inicio de la década de 2030.
Referencias:
Kathryn Hambleton, 2021, Around the Moon with NASA’s First Launch of SLS with Orion, NASA
Artemis I: about the mission, 2022, NASA