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Pelagornis: el ave más grande de la historia

Supera en tamaño a Argentavis magnificens y es el doble de grande que el Albatros, el pájaro más grande en la actualidad.

Fran Navarro

En 1983 se descubrieron los restos fósiles del ave voladora más grande de la historia. Su descripción la hacía mayor incluso que Argentavis magnificens, hasta entonces el pájaro de mayor tamaño. Tan grande resulta la especie que ha generado debate y nuevas perspectivas acerca de la máxima envergadura con la que las aves podrían volar.

Un gigante en el cielo

Pelagornis es un género extinto de aves marinas que vivieron por todo el planeta desde hace 25 millones de años hasta hace unos 2,5. Entre sus características destacan las proyecciones óseas del pico en forma de dientes, su gran tamaño y unas alas cuyas modificaciones evolutivas han planteado muchas dudas sobre su rendimiento a la hora de volar. Este género fue descrito en 1857 por el paleontólogo francés Édouard Lartet y está integrado por cuatro especies: Pelagornis chilensis, P. mauretanicus, P. miocaenus y P, sandersi.

De las cuatro, Pelagornis sandersi es la especie de mayor tamaño, con unas alas que alcanzaron una envergadura de entre 6 y 7 metros. Esto la convierte en el pájaro más grande de la historia. Supera las medidas de Argentavis magnificens, estimadas en 4 metros, y la envergadura de P. sandersi sería el doble de grande que la del albatros, el ave voladora de mayor tamaño de nuestros días.

Pelagornis sandersi vivió hace entre 25 y 28 millones de años. Se cree que pudo habitar las zonas marinas de todo el planeta, pero necesitamos más evidencias fósiles para poder confirmar esta teoría. Se trataba de un animal con las patas cortas y robustas, con unas alas desproporcionalmente grandes a su cuerpo, quizás como característica que le permitiera volar. Se debate acerca del modo de vuelo que tenía P. sandersi, y sobre el método para despagar que necesitaría dado su enorme tamaño: ¿podía emprender el vuelo solo saltando con sus patas desde una posición estática? ¿O necesitaba saltar desde los riscos para aprovechar las corrientes de aire? Los investigadores le atribuyen un sistema de vuelo similar a las aves marinas actuales, como el mencionado albatros. Por tanto, Pelagornis sandersi debió ser especialista en planear durante largas distancias en busca de peces con los que alimentarse con apenas batir las alas unas pocas veces. Se estima que pudo volar a unos 60 kilómetros por hora, aprovechando siempre las corrientes de aire que se generan sobre el mar.

Se habla de los llamativos dientes que poseían estas especies en su pico. Técnicamente no son dientes, sino formaciones de la propia morfología ósea del pico, que presenta esta estructura en forma de sierra. Según Daniel Ksepka:

“Este es un fósil notable, casi como algo sacado de «Juego de Tronos». Su boca estaba llena de espinas huesudas que le daban el aspecto amenazador de un dragón”.

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Dibujo. Pelagornis, el ave mas grande

De una obra al museo

Los restos fósiles de Pelagornis sandersi fueron descubiertos en 1983 durante la construcción de una nueva terminal en el Aeropuerto Internacional de Charleston en Carolina del Sur. Hace unos 25 millones de años, el lugar en el que hoy aterrizan aviones era un lecho marino. Por ello se han encontrado otros restos fósiles en el yacimiento pertenecientes a rayas prehistóricas y una ballena dentada.

Se hallaron restos del cráneo, el omóplato, patas y alas, que presentaban huesos huecos, con la finalidad de aligerar el peso para que un enorme esqueleto como este pudiera volar. Sin embargo, el fósil permaneció almacenado en el Museo de Charleston hasta 2014. Fue Dan Ksepka, por entonces en el Departamento de Ciencias Marinas, Terrestres y Atmosféricas de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, quien se encargó de estudiar y describir los restos de lo que resultó el pájaro más grande que conozcamos.

Los resultados de la descripción fueron publicados en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS), y la especie fue nombrada Pelagornis sandersi en honor a Albert Sanders, quien estaba al cargo de la colección de historia natural del Museo de Charleston y lideró la expedición que descubrió el fósil en 1983. El propio Sanders fue quien invitó a Ksepka a examinar los restos fósiles que aún se conservan en el mismo museo, aunque, ahora sí, descritos e identificados oficialmente.

El fósil no presenta roturas ni marcas visibles que pudieran llevar a pensar en una muerte violenta. Más bien se sospecha que unas malas condiciones de viento pudieron hacer que este animal quedase atrapado sin poder volver a emprender el vuelo.

¿Cómo podía volar este animal tan grande?

De hecho este es uno de los atributos más controvertidos de Pelagornis sandersi: su vuelo. Los investigadores se sorprendieron de que estas aves pudieran volar con 7 metros de envergadura en sus alas y un peso que podría ir desde los 22 hasta los 40 kilos. Los vientos debieron ser unos aliados fundamentales para su desplazamiento por el aire y Ksepka cree que la clave puede estar en sus enormes alas, desproporcionadas en relación al tamaño del cuerpo.

Sin embargo, Palegornis sandersi fue el ave voladora más grande que conozcamos, pero no es el mayor animal volador. Quetzalcoatlus fue un reptil volador con una envergadura de 10 a 13 metros. Por lo tanto, estamos ante especies que desafían los límites conocidos en cuanto a tamaño y capacidad de vuelo. Es por ello que Kspeka no descarta la posibilidad de encontrar fósiles de P. sandersi aún más grandes.

Referencias:

Feltman, R. 2014. A newly declared species may be the largest flying bird to ever live. washingtonpost.com.

Ksepka, D. 2014. Flight performance of the largest volant bird. PNAS 111, 29, 10624-10629. DOI: 10.1073/pnas.132029711.

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