Encuentran pruebas de uso de fuego hace 800.000 años
Ha sido gracias a un método que detecta rastros no visuales. Su hallazgo representaría una de las primeras huellas conocidas de uso del fuego.
Se suele decir que donde hay humo, hay fuego. Esta fue la premisa que siguieron los investigadores del Instituto de Ciencias del Instituto Weizmann de Ciencias. Describen una técnica innovadora y de vanguardia que han creado y utilizado para encontrar signos no visuales de fuego que datan de al menos 800 000 años, uno de los primeros indicios conocidos del uso del fuego, en un artículo reciente que se publicó en Actas de la Academia Nacional de Ciencias.
El método recién creado podría ayudarnos a comprender los comienzos de la historia humana, nuestras tradiciones más fundamentales y nuestra tendencia a la experimentación y la innovación.
¿Desde cuándo hacemos fuego?
Anteriormente, para determinar si alguna vez se había producido un incendio, los investigadores se basaban en encontrar evidencia directa (como restos de carbón) y analizar huesos para detectar cambios atómicos, escribe Michael Price de Science. Pero si bien ambos métodos son efectivos, rara vez se encuentra evidencia de este tipo en sitios antiguos.
No todos los incendios dejan rastros tan obvios, especialmente después de cientos de miles de años. Ahora, utilizando inteligencia artificial (IA) para detectar las formas sutiles en que el calor extremo deforma la estructura atómica de un material, los científicos han descubierto la presencia potencial de un incendio de casi 1 millón de años con docenas de objetos supuestamente quemados enterrados en un yacimiento arqueológico en Israel (Evron Quarry en el oeste de Galilea). Durante una serie de excavaciones que tuvieron lugar en ese momento, los arqueólogos excavaron 14 metros y descubrieron una gran variedad de fósiles de animales y herramientas paleolíticas que datan de hace entre 800.000 y un millón de años, lo que lo convierte en uno de los sitios más antiguos de Israel. Si la técnica resulta confiable, los hallazgos podrían arrojar luz sobre cuándo, dónde y por qué los humanos aprendieron por primera vez a aprovechar la llama.
"Esta evidencia de fuego es de un período muy temprano en el desarrollo humano y sugiere que hace un millón de años el contacto humano con el fuego podría haber sido más común de lo que pensábamos", dijo Michael Chazan, profesor del departamento de antropología en la U de T's Facultad de Artes y Ciencias y coautor del estudio. “Además, este método nos permite detectar rastros de fuego donde antes no se podían ver”.

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La "hipótesis de la cocina", la teoría de trabajo, sostiene que el uso del fuego desempeñó un papel crucial en el desarrollo humano, permitiendo a los homínidos no solo mantenerse calientes, fabricar herramientas sofisticadas y defenderse de los depredadores, sino también desarrollar la capacidad de cocinar. Cocinar la carne no solo elimina los patógenos, sino que aumenta la digestión eficiente de las proteínas y el valor nutricional, allanando el camino para el crecimiento del cerebro. La clave de nuestra evolución.
Usando inteligencia artificial
Los investigadores idearon un software para buscar patrones sutiles que los científicos habrían tardado siglos en encontrar por sí mismos. Usando una técnica llamada espectroscopia Raman ultravioleta (UV), que mide la absorción de la luz ultravioleta, la IA podría diferenciar de manera confiable las piezas quemadas y no quemadas del pedernal moderno e incluso revelar las temperaturas a las que se quemaron. Aplicaron su método a 26 herramientas de pedernal, en su mayoría pequeños bordes cortantes, que habían sido excavadas en la década de 1970 en Evron Quarry. La ventaja de la IA es que puede encontrar patrones ocultos en una multitud de escalas.
Los resultados revelaron que las herramientas se habían calentado a una amplia gama de temperaturas, algunas superando los 600 °C. Además, utilizando una técnica espectroscópica diferente, analizaron 87 restos de fauna y descubrieron que el colmillo de un elefante extinto también presentaba cambios estructurales como resultado del calentamiento. La presencia de calor oculto sugiere que nuestros antiguos antepasados, al igual que los propios científicos, estarían experimentando con la llama.
“Si usamos este método en sitios arqueológicos que tienen uno o dos millones de años, podríamos aprender algo nuevo”, apuntan los autores.
Referencia: “Hidden signatures of early fire at Evron Quarry (1.0 to 0.8 Mya)” by Zane Stepka, Ido Azuri, Liora Kolska Horwitz, Michael Chazan and Filipe Natalio, 13 June 2022, Proceedings of the National Academy of Sciences.
DOI: 10.1073/pnas.2123439119