Los paleontólogos tienen pequeñas aliadas para encontrar fósiles: las hormigas
Se han descubierto nuevas especies de mamíferos gracias al trabajo de hormigas.
Las hormigas cosechadoras (Pogonomyrmex barbatus) del oeste de Estados Unidos viven en grandes montículos de sedimentos que ellas mismas se encargan de construir. Estos insectos recubren sus montículos con una capa de apenas un centímetro de grosor formada por pequeñas rocas, así logran proteger su hábitat contra la acción del viento, la lluvia y otros problemas que puedan causar la naturaleza y los humanos. Pues en esos montículos, además de rocas, las hormigas recogen pequeños fragmentos de fósiles y restos arqueológicos. Esta circunstancia ha llevado a que los paleontólogos fijen su mirada en estos montículos y tomen a las hormigas como aliadas para encontrar cientos y cientos de fósiles diminutos que estas incansables “paleontólogas” reúnen.
Una investigación reciente ha logrado encontrar más de 6 000 restos de “minifósiles” recogidos por estas hormigas, entre los que se encuentran dientes y partes de mandíbulas de nuevas especies de pequeños mamíferos roedores. A estos minúsculos fósiles, de apenas un milímetro de ancho, se unen restos de primates, antiguas especies cercanas a los conejos y un tipo de murciélago también desconocido.
De hormiguero a yacimiento
Todo empezó a partir de un foro online. Marco Gulotta tiene un rancho en Nebraska donde las hormigas cosechadoras acumulan montículos. De manera general, estas hormigas son plagas con las que los rancheros tienen que lidiar, puesto que son incansables cosechadoras de semillas y son capaces de limpiar todo el terreno alrededor de sus montículos en un radio de hasta nueve metros. Una colonia puede extender durante décadas la actividad en un montículo. Sin embargo, Marco Gulotta es aficionado a la paleontología y conocía esa información acerca de que estas hormigas recogían fósiles para proteger sus montículos.
Marco Gulotta y sus hijos buscaron restos antiguos entre los guijarros de las hormigas. Empezaron a encontrar pequeños dientes. Gulotta realizó fotos a sus hallazgos y las publicó en “The Fossil Forum”, una comunidad online de aficionados a la paleontología. Los paleontólogos Clint Boyd y Deborah Anderson vieron las fotografías en el foro y contactaron con la familia Gulotta para pedirles algunas muestras de estos fósiles y poder investigarlos. El contacto no se limitó a esto, sino que varios investigadores se unieron al estudio y en 2020 acabaron visitando el rancho para catalogar la ubicación de los hormigueros y continuar con el estudio de estos fósiles. Miles de restos hallados fueron donados por la familia Gulotta a la Escuela de Minas y Tecnología de Dakota del Sur, para que aquellos investigadores interesados puedan estudiar los fósiles encontrados por hormigas. De aquel contacto surgió un estudio publicado en la revista científica “Paludicola”. En relación con esta historia, Boyd comentó:
"A veces algunas personas ven, ya sabes, un poco de antagonismo entre los paleontólogos académicos y los propietarios de tierras cuando se trata de fósiles. Pero éste es un buen ejemplo de cómo podemos trabajar todos juntos y lograr una importante investigación científica".

Hormigas fósiles
Pequeñas cazadoras de fósiles
La capacidad de estas hormigas para encontrar fósiles es conocida desde hace mucho. Ya en 1896, el paleontólogo John Bell Hatcher aconsejó echar un vistazo en los hormigueros del oeste de Estados Unidos. Otro equipo de investigación ya publicó en 2009 los resultados del estudio de 812 hormigueros también en Nebraska. Encontraron pequeñas lascas de piedras que podrían tratarse de los restos del trabajo de un nativo tallando una piedra para usarla como herramienta.
El estudio reciente encabezado por William Korth, del Instituto de Paleontología de Vertebrados de Rochester, en Nueva York, ha examinado 19 hormigueros del rancho de los Gulotta. El botín de fósiles recogido permite estudiar cómo era la vida en la Norteamérica de hace unos 35 millones de años. Por entonces, nuestro planeta iniciaba un período de enfriamiento que acabó con muchas especies. Gracias a la labor de estas hormigas, el registro fósil de materiales tan minúsculos puede ser localizado en puntos muy concretos como son los hormigueros.
"Nos proporciona esta fuente concentrada de fósiles que, de otro modo, nos costaría mucho esfuerzo tener que excavar en la roca... o simplemente años y años de tener que arrastrarnos a cuatro patas, con la esperanza de encontrar algo suelto".
Según el punto de vista, las hormigas cosechadoras pueden ser una plaga o las paleontólogas más pequeñas de la historia; sus montículos pueden ser un estorbo a erradicar o un “minimuseo” con miles de piezas que solo ellas son capaces de encontrar.
Referencias:
Greshko, M. 2022. Así trabaja el coleccionista de fósiles más pequeño del mundo. nationalgeographic.es.
Korth, W. et al. 2022. Fossil mammals from ant mounds situated on exposures of the Big Cottonwood Creek Member of the Chadron Formation (latest Eocene-early Oligocene), Sioux County, Nebraska. Paludicola 13, 4, 191-344. ISSN: 1091-0263.